Un hombre consigue poner fin a pagar la pensión alimenticia de su hijo de 28 años: ha acabado sus estudios y tiene un trabajo remunerado

Los costes de los divorcios pueden alargarse en el tiempo y varían según las relaciones intrafamiliares, la edad de los hijos y los bienes comunes de la pareja

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Un divorcio amistoso con hijos
Un divorcio amistoso con hijos de por medio. / Freepick

¿Qué es más caro: casarse o divorciarse? Se lo podrían preguntar a Melinda y Bill Gates, a Kim Kardashian y Kanye West o a Madonna y Guy Ritchie. No obstante, casarse suele ser más caro, sobre todo cuando se trata de bodas grandes, aunque los divorcios no amistosos pueden llegar a ser muy costosos debido a los honorarios legales. Más aún cuando una separación no de mutuo acuerdo acarrea pensiones por parte de uno de los dos progenitores. Este es el caso de Juan Pedro, el padre que tras 10 años pagando la pensión a su hijo mayor de edad, ha conseguido ponerle fin a la obligación que arrastraba desde 2011.

El matrimonio, cuando se divorció en 2011, llegó a un acuerdo: la Justicia le asignó a Sandra la vivienda familiar y dispuso que Juan Pedro debía sostener económicamente a sus hijos, Mariano y Josefina, aun siendo ambos menores de edad. Años después, las circunstancias cambiaron. Juan Pedro acudió a los tribunales con el reclamo de que ambas medidas carecían ya de sentido, dado que sus hijos y habían superado los 18 años.

Ahora, con su hijo de 28 años de edad, la Audiencia Provincial de Alicante le da la razón a Juan Pedro, quien no tendrá que pagar la pensión alimenticia. Este organismo también ha decretado que Sandra pierda el uso exclusivo de la vivienda familiar.

El argumento central que llevó a este desenlace se apoyó en una máxima del derecho de familia: la pensión alimenticia para hijos mayores de edad solo se justifica si estos no pueden sostenerse por sí mismos. A diferencia de lo que sucede con los menores, para continuar percibiéndola los mayores deben probar que están en una situación real de necesidad. Según el expediente, Mariano, el hijo del matrimonio, “cuenta en la actualidad con 28 años, ha concluido su formación académica y tiene trabajo remunerado por cuenta ajena, como él mismo reconoció en el juicio”. Esto llevó al tribunal a considerar que la obligación paterna debía darse por terminada, “con independencia de la relación que pudiera existir entre padre e hijo”.

No obstante, Juan Pedro planteó que la falta de relación con sus hijos y el desconocimiento de sus circunstancias actuales impedían justificar el sostenimiento económico. Sandra, en cambio, defendió que la responsabilidad de esa falta de vínculo recaía únicamente sobre el padre y se opuso especialmente a la extinción de la pensión para Mariano.

El precio del ‘sí, quiero’ y del divorcio en España

La plataforma de ahorro Raisin trató, en verano de este año, de dar una respuesta sobre el coste medio de las bodas en España: 16.175 euros. Aunque hay quienes consiguen ajustar sus gastos a presupuestos más bajos, una gran mayoría de parejas superan los 30.000 euros en el día en el que se dicen el ‘sí, quiero’. La investigación, realizada a partir de una encuesta a más de 1.500 personas, revela cómo se financian las bodas, en qué se gasta el dinero y cuánto cuesta también ser invitado. Con una media de 116 invitados, se ahorra para este día cerca de dos años y se financia la boda a partir de un 12%, aproximadamente, de los regalos de amistades. Por su parte, las familias, según el estudio, aportan el 30%, más o menos, de lo que le cuesta casarse a la pareja.

Qué pasa con el dinero y bienes de la herencia en caso de divorcio.

Por otro lado, los divorcios suelen carecer de subvención familiar para llevarlos a término. Sin embargo, el coste de estos varía tremendamente en función de si son contenciosos, de mutuo acuerdo o exprés. Los factores que, además, influyen en el precio final de un divorcio son los abogados, quienes tienen libertad para fijar sus honorarios, la posesión de bienes compartidos, o la presencia de descendientes mayores o menores de edad. Por todo ello, se calcula que los divorcios en los que no hay acuerdos de antemano implican un coste aproximado de entre 1.500 y 2.500 euros por cada miembro de la pareja. Estas cifras, dependiendo de la duración del proceso, pueden ascender hasta los 10.000 euros. Estas cantidades se contraponen a aquellos divorcios de mutuo acuerdo o exprés, que pueden rondar los 200 euros en adelante.