Ni pañuelos ni toallitas: cinco consejos para limpiar correctamente tus gafas

Los problemas de visión son algo que afecta a muchas personas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), aproximadamente el 61% de la población mayor de 15 años utiliza gafas o lentillas, lo que equivale a 24,4 millones de personas.

Si eres una de esas personas que necesita gafas, probablemente hayas tenido problemas para limpiarlas más de una vez. Si estás buscando una solución, estos son cinco consejos clave para dejar los cristales relucientes.

Tener las gafas limpias no solo mejora la visión, también ayuda a conservarlas durante más tiempo. Y es que, aunque parezca un gesto sin importancia, muchos de los métodos más habituales pueden acabar estropeándolas. Para limpiarlas adecuadamente, hay cinco consejos que da el medio Ouest-France para dejarlas relucientes.

Olvídate de las toallitas o los sprays caros. El método más eficaz y económico para limpiar las gafas es el de toda la vida: agua y jabón. Solo necesitas un jabón suave, sin aceites ni perfumes, y un poco de agua fría o tibia, pero nunca caliente.

Es importante que te laves bien las manos antes; después, frota suavemente los cristales con los dedos y enjuaga con abundante agua. Por último, seca las gafas con un paño limpio, preferiblemente de microfibra.

El paño de microfibra es un imprescindible para el cuidado diario de las gafas. Gracias a sus materiales, es capaz de eliminar el polvo, las huellas o el sudor sin rayar los cristales.

Lo ideal es usarlo con movimientos circulares y, si es necesario, ligeramente humedecido con agua. También puedes recurrir a un paño de algodón sin pelusa, aunque la microfibra sigue siendo la opción más segura. Aprovecha para pasar el paño por toda la montura y las patillas, ya que también acumulan suciedad.

El material es importante, pero aún más lo es que esté limpio. Muchas personas olvidan lavarlo, y esto puede tener el efecto contrario al buscado: un paño sucio acumula polvo y grasa que, con el tiempo, puede rayar los cristales.

Para evitarlo, lávalo regularmente en la lavadora (sin suavizante) o cámbialo una vez al año. De esta manera, se limpiará de manera más efectiva, eficaz y completamente segura para tus gafas.

El vinagre blanco es un truco casero infalible para devolver el brillo a los cristales. Este producto limpia, desinfecta y desengrasa sin agredir los materiales. Solo tienes que mezclar partes iguales de vinagre blanco y agua, y aplicar la mezcla con un pulverizador o directamente con un paño de microfibra. No es necesario enjuagar: basta con secar suavemente.

Si quieres una limpieza profunda y sin esfuerzo, puedes inspirarte en las ópticas y usar un limpiador ultrasónico. Este pequeño aparato, muy fácil de encontrar hoy en día, utiliza vibraciones de alta frecuencia para eliminar la suciedad más difícil sin necesidad de frotar.

Solo hay que colocar las gafas en el recipiente con agua y dejar que el dispositivo haga el trabajo. Además de las gafas, también sirve para limpiar joyas, relojes y otros objetos delicados, por lo que es una inversión práctica y duradera.