Renunciar a la herencia: trámites, costes y cuándo conviene rechazarla

El motivo más común para rechazar una herencia es que esta no solo incluye bienes, sino también las deudas del fallecido

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El motivo más común para
El motivo más común para rechazar una herencia es que esta no solo incluye bienes, sino también las deudas del fallecido. (Drazen Zigic/Freepik)

Perder a un ser querido nunca es fácil. Y, mientras se sufre el duelo, también hay que enfrentarse a los trámites relacionados con la sucesión, un proceso que puede convertirse en un desafío adicional. Aunque recibir una herencia suele percibirse como algo positivo, la realidad es que no siempre aporta beneficios.

En ocasiones, los herederos se encuentran con más deudas que bienes y optan por rechazarla para proteger su propio patrimonio. Según explican desde Mapfre, conocer los mecanismos legales para renunciar a una herencia permite tomar decisiones con conocimiento y evitar problemas económicos inesperados.

¿Por qué alguien decide renunciar a una herencia?

El motivo más común para rechazar una herencia es que esta no solo incluye bienes, sino también las deudas del fallecido. La Ley General Tributaria establece que estas obligaciones pueden exigirse a los herederos, salvo sanciones concretas. Por ejemplo, heredar una vivienda cuya hipoteca supera su valor de mercado puede suponer asumir una deuda mayor que el patrimonio recibido.

Otro motivo frecuente es el elevado coste del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que debe abonarse en un plazo máximo de seis meses desde el fallecimiento. En determinadas comunidades autónomas, esta carga fiscal puede ser considerable y superar las posibilidades económicas de los beneficiarios. Además, en ocasiones, la renuncia se realiza de manera voluntaria para favorecer a otros familiares, como cuando los padres ceden sus derechos en beneficio de sus hijos con menor capacidad económica.

Cómo renunciar a una herencia

Renunciar a una herencia no es un acto informal, sino que está regulado por el Código Civil y requiere una serie de pasos obligatorios. La decisión debe formalizarse mediante escritura pública ante notario, y nunca basta con una manifestación verbal o tácita.

Algunos aspectos clave son:

  • Deben transcurrir al menos nueve días desde el fallecimiento antes de tramitar la renuncia.
  • La decisión es, en principio, irreversible, salvo que se demuestre un error en el procedimiento.
  • Si se trata de menores no emancipados, es necesaria la autorización judicial, mientras que los tutores pueden necesitarla para personas incapacitadas, aunque la aceptación con beneficio de inventario sí está permitida.

Costes asociados a la renuncia

Aunque no se hereden bienes ni se pague el Impuesto de Sucesiones, renunciar a una herencia genera gastos que conviene anticipar. Entre ellos:

  • Escritura pública ante notario: entre 60 y 100 €.
  • Asesoramiento legal: de 150 a 300 €, si se busca apoyo profesional.
  • Gestoría: entre 100 y 200 €, en caso de delegar los trámites administrativos.
  • Inscripción registral: si es necesario modificar la titularidad de inmuebles.

En total, el coste de renunciar a una herencia puede situarse entre 180 y 600 €, según la complejidad del proceso y los servicios contratados. Por ejemplo, una herencia de 100.000 € compuesta por un inmueble con hipoteca de 120.000 € implicaría un gasto aproximado de 440 € para formalizar la renuncia, sin que el heredero tenga que asumir la deuda o pagar impuestos adicionales.

Alternativa: aceptación a beneficio de inventario

Cuando un heredero desea aceptar la herencia sin comprometer su patrimonio personal, existe la figura de aceptación a beneficio de inventario. Este procedimiento permite responder de las deudas únicamente hasta el valor de los bienes heredados, evitando que las obligaciones del fallecido afecten al patrimonio propio del heredero.

Si bien esta opción protege financieramente, es más compleja y requiere la intervención de notario o juez, lo que incrementa los costes. Aun así, resulta recomendable cuando existe incertidumbre sobre el equilibrio entre activos y pasivos del difunto.

Una de las estrategias más eficaces para evitar renuncias obligadas es contar con un seguro de vida. Este tipo de póliza proporciona liquidez inmediata para hacer frente a impuestos, deudas y otros gastos sucesorios, reduciendo la presión sobre los herederos y permitiendo decisiones más flexibles respecto a la aceptación de la herencia.