Una pareja intentó escalar un pico de 2500 metros con un bebé de 9 meses: terminaron siendo rescatados

Un guía tuvo que cargar con el bebé para que pudiesen descender desde la cima sin el material adecuado y con un factor de riesgo enorme

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ARCHIVO - En caso de accidente en alta montaña es vital una asistencia veloz. Una nueva aplicación permite coordinar la ayuda . Foto: Angelika Warmuth/dpa

Una montaña de más de 2.500 metros, un material desapropiado y un bebé de 9 meses, no parecen los mejores ingredientes para el fin de semana perfecto. El monte en cuestión es Rysy, una montaña del alto Tatra que se ubica en la frontera entre Eslovaquia y Polonia. Una excursión bastante peligrosa y compleja para ir sin un experto o sin material. Todos estos riesgos los pasaron por alto el pasado fin d semana una pareja.

El suceso fue relatado por el guía de montaña Szymon Stoch, quien se encontró con la familia durante su propio ascenso. Al percatarse de las condiciones precarias en las que viajaban; sin casco, sin piolet y con crampones inadecuados, el experto trató de convencerlos de regresar antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, la pareja ignoró sus consejos y decidió continuar hacia la cima, confiando en que el buen clima sería suficiente para completar la travesía sin incidentes.

La imprudente decisión casi termina en tragedia. Al llegar al punto más alto del Rysy, los padres se dieron cuenta de que no podían descender por sus propios medios. El guía, al observar la situación, decidió intervenir de inmediato y se hizo cargo del bebé para garantizar su seguridad. Gracias a su experiencia y a las condiciones meteorológicas favorables, la familia logró finalmente regresar sana y salva al pie de la montaña.

Rescatados gracias al guía

En declaraciones al canal polaco TVN24, Szymon Stoch describió con detalle el peligro de la situación y criticó la falta de responsabilidad de los excursionistas. “Estas subidas son muy difíciles”, explicó. “Aunque el tiempo era precioso y soleado, la nieve, sobre todo cerca de la cima del Rysy, es muy peligrosa. El más mínimo error o resbalón podía ser mortal”.

El guía aseguró que nunca se debe intentar una ascensión de este tipo con un bebé, incluso en condiciones climáticas favorables. “No llevaríamos a un niño de nueve meses a Rysy, ni siquiera en el mejor día. Es una total irresponsabilidad”, subrayó. Según su relato, la pareja insistió en seguir su plan pese a las advertencias y, cuando ya no pudieron continuar, se vieron completamente superados por las dificultades del terreno.

La rápida intervención del guía evitó un desenlace fatal. Stoch cargó al bebé y descendió con él mientras los padres, exhaustos y desorientados, bajaban lentamente por sus propios medios. Una vez en un punto seguro, todos fueron atendidos y ninguno resultó herido.

La importancia de la seguridad

El episodio ha reavivado el debate sobre la seguridad en las actividades de montaña y la necesidad de respetar las recomendaciones de los profesionales. Cada año, los equipos de rescate de los Tatras atienden decenas de casos de senderistas que subestiman las condiciones del terreno o sobrevaloran sus propias capacidades.

FOTO DE ARCHIVO: Un alpinista
FOTO DE ARCHIVO: Un alpinista se agarra a la cuerda durante una sesión de escalada en hielo REUTERS/Purnima Shrestha

“Las montañas no son un patio de recreo”, advirtió Szymon Stoch tras el rescate. “Enseñan humildad y no perdonan la negligencia”. Su testimonio sirve como recordatorio de que, incluso en días despejados, la alta montaña exige preparación, respeto por el entorno y sentido común.

La historia de esta familia terminó bien gracias a la intervención oportuna de un profesional. Sin embargo, el incidente deja una lección clara: la aventura no debe ponerse por encima de la seguridad, especialmente cuando hay una vida tan frágil de por medio.