El aire que respiramos está contaminado: 2025 se convierte en el año con niveles de ozono “malo” más elevados de la última década

El ozono troposférico tiene efectos negativos en la salud, especialmente en el aparato respiratorio, así como en la vegetación y los ecosistemas

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Varios vehículos en la A3,
Varios vehículos en la A3, a 1 de agosto de 2025, en Madrid (España). (Carlos Luján/Europa Press)

En lo que va de 2025, los niveles de contaminación por ozono troposférico (el conocido como ozono “malo”) en España han sido los más elevados en la última década, un dato que refleja los efectos que el cambio climático tiene en la salud de las personas.

Nuestro país se enfrentó este año al verano más caluroso desde al menos 1961, con dos largas olas de calor que elevaron los termómetros por encima de los 40 grados durante días sucesivos y obligaron a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) a activar decenas de alertas en todo el territorio. Esto es relevante porque influye en la calidad del aire con respecto al ozono troposférico, que es un contaminante complejo que se forma cerca de la superficie terrestre por la reacción de óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV) en presencia de la radiación solar.

Así, la luz solar intensa repercute en la contaminación derivada de la combinación de las sustancias emitidas por el transporte, ciertas actividades industriales, la ganadería intensiva o las grandes centrales termoeléctricas, según destacan Ecologistas en Acción en su informe sobre La contaminación por ozono en el Estado español durante 2025.

Esta investigación, que comprende el periodo entre el 1 de enero y el 30 de septiembre, ha sido elaborado a partir de los datos de las páginas web de calidad del aire de las Administraciones estatal, autonómicas y locales y de AENA, así como de consultas específicas realizadas por la asociación ecologista.

Ciclista por las calles de
Ciclista por las calles de Sevilla en plena ola de calor. A 11 de agosto de 2025 en Sevilla, Andalucía (España). (Francisco J. Olmo/Europa Press)

Este “asunto grave” es un problema que atañe a todos, ya que afecta tanto a las áreas suburbanas como a las rurales, que se ven influenciadas también por la contaminación urbana e industrial. “Hoy en día no hay territorios libres de contaminación atmosférica”.

Un problema que afecta a toda la población española

A consecuencia de las elevadas temperaturas de este verano (estación en la que, junto con la primavera, más afecta este tipo específico de contaminación), “casi toda la población española ha estado expuesta a concentraciones de ozono peligrosas para la salud”, explican desde Ecologistas en Acción.

Partiendo del valor objetivo para la protección de la salud establecido por la legislación vigente (no deben superarse los 120 µg/m³ de concentración de ozono en el aire en más de 25 días al año), el total de población española que habría respirado aire contaminado este año sería del 16,7 % (8,1 millones), es decir, uno de cada seis.

Los datos son más preocupantes cuando se toman otros objetivos, como el aprobado por la Unión Europea para 2030 (no deben superarse los 120 µg/m3 en más de 18 días): teniendo en cuenta este marco, uno de cada cuatro españoles (25,5 %; 12,4 millones) se habrían visto afectado por un aire que incumpliría el nuevo estándar legal.

El porcentaje se eleva hasta un 96,7 % si se tiene en cuenta la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indica que no deben superarse los 100 µg/m3 en más de 3 días. De esta manera, la contaminación de ozono afectaría en nuestro país hasta a 47 millones de personas.

La contaminación del aire promueve el cáncer de pulmón en no fumadores.

¿Cómo afecta la contaminación por ozono del aire a la salud?

Los altos niveles de ozono en el aire resultan perjudiciales para la salud, causando especialmente problemas respiratorios, como tos; irritación de garganta, ojos y nariz; dificultad para respirar, y empeoramiento de enfermedades como asma, bronquitis crónica o EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica). Además, aumenta el riesgo de infecciones respiratorias y reduce la capacidad pulmonar.

Según los datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la contaminación del aire por ozono troposférico provoca entre 2.500 y 10.000 muertes en España anualmente. De hecho, tal y como recoge el informe de Ecologistas en Acción, el Instituto de Salud Carlos III identificó entre mayo y septiembre de 2025 hasta 3.840 muertes atribuibles a las altas temperaturas y la exposición a contaminantes como el ozono.

Esto, además, también afecta a la vegetación y a los ecosistemas, ya que disminuye el rendimiento de las plantas y aumenta la vulnerabilidad a enfermedades y plagas, explican desde el organismo ecologista.

Comunidades autónomas con mayor contaminación por ozono

El informe de Ecologistas en Acción destaca que los territorios de España más afectados por este problema de salud pública se reparten entre la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, interior de Cataluña, Región de Murcia y Andalucía (concretamente la comarca de Villanueva del Arzobispo, en Jaén).

Mapa de la superación de
Mapa de la superación de los niveles de contaminación por ozono troposférico en España. (Ecologistas en Acción)

En cuanto a las localidades, la ciudad de Madrid “ha alcanzado los niveles más elevados de este contaminante desde que se dispone de registros, con todas sus estaciones de medición por encima del vigente valor objetivo para la protección de la salud”, explican.

Ante esta situación, Ecologistas en Acción incide en la necesidad de crear protocolos de actuación frente a los episodios de ozono y Planes de Mejora de la Calidad del Aire, ya que todavía existen gobiernos autonómicos que carecen de ellos. Además, es sumamente importante establecer mecanismos de información eficaces para que la población conozca cuándo los niveles de este contaminante son perjudiciales para la salud.

Entre las medidas que exigen para actuar en la reducción de la contaminación por ozono “malo”, Ecologistas en Acción mencionan la reducción del tráfico motorizado en las ciudades; el ahorro y la eficiencia energética; la reducción del tráfico aéreo y evitar nuevas ampliaciones de aeropuertos, o una moratoria para las nuevas grandes explotaciones ganaderas industriales.