Hallado un insólito cofre-templo de hace 1.800 años en Transilvania: los expertos creen que formaba parte de un rito devocional de la época romana

El descubrimiento de la caja de bronce miniatura con iconografía religiosa en una vivienda de Turda ofrece pistas sobre rituales privados y la mezcla de tradiciones en la vida bajo el Imperio romano

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El hallazgo de un cofre-templo de bronce con forma de templo en la antigua Potaissa, actual Turda en Transilvania (Rumania), ha revelado una faceta poco conocida de la vida espiritual y doméstica en la provincia romana de Dacia. Este objeto, completamente intacto y sin paralelos conocidos en la región, fue descubierto durante las excavaciones organizadas por la Universidad Babeș-Bolyai de Cluj-Napoca junto a especialistas del Museo de Historia de Turda y otras instituciones, quienes trabajaron durante cinco semanas a partir de julio.

El contexto de este descubrimiento resulta tan relevante como la pieza misma. Las excavaciones se centraron en el área civil del yacimiento, conocida como canabae, donde prosperó una comunidad junto al campamento de la Legión V Macedónica. Allí, los arqueólogos identificaron los cimientos, el pórtico y diversas estructuras domésticas de una domus romana, residencia que perteneció a un habitante adinerado del asentamiento. Entre los restos arquitectónicos, se documentaron también dos hornos, cuyos usos específicos aún se investigan.

“Una pieza única”

La caja de bronce, que reproduce en miniatura la fachada de un templo romano con columnas y frontón triangular, destaca por su iconografía profundamente vinculada a la religión imperial. Los investigadores consideran que su función era ritual o devocional, posiblemente destinada a contener ofrendas, amuletos o pequeños objetos sagrados. La ausencia de inscripciones impide identificar a qué deidad estaba dedicada, pero el hecho de haber sido hallada en el interior de una vivienda sugiere un uso íntimo, probablemente relacionado con cultos domésticos o mistéricos. Según los especialistas, “es una pieza única en el territorio de la antigua provincia romana de Dacia”, en palabras de uno de sus descubridores.

El estado de conservación de la caja y su contexto arqueológico han llevado a los expertos a plantear hipótesis sobre su papel en la protección divina del hogar o como recipiente de sustancias aromáticas y objetos rituales. Este tipo de cofres, aunque documentados en otros lugares del Imperio, no presentan en Dacia ejemplos con semejante precisión arquitectónica, lo que convierte a este hallazgo en un unicum para la provincia.

Una ventana al pasado romano de Rumanía

Junto a la caja, los arqueólogos recuperaron una variedad de objetos personales y domésticos que ilustran la vida cotidiana de los civiles que convivían con la población militar. Entre los artefactos destacan una pulsera, cuentas de vidrio que formaron parte de un collar, un anillo de bronce, horquillas de hueso para el cabello, accesorios de cinturón y elementos de mobiliario como una pata de trípode de bronce decorada con motivos zoomorfos. Este último objeto constituye una muestra de la riqueza y el refinamiento artístico de los habitantes de la domus.

Algunos de los objetos recuperados.
Algunos de los objetos recuperados. (Muzeul de Istorie Turda)

El hallazgo de un pequeño conjunto de monedas romanas ha permitido datar la ocupación de la casa entre finales del siglo II y principios del III, un periodo de estabilidad tras las guerras marcomanas, que enfrentaron al Imperio romano con tribus germanas y sármatas del norte. Los investigadores subrayan que la Legión V Macedónica, originalmente estacionada en Moesia antes de trasladarse a Dacia, practicaba tanto el culto imperial como la veneración de deidades locales. Esta coexistencia de creencias propició “una fusión de creencias romanas y dacias que podría verse reflejada en este increíble descubrimiento”, según afirman los especialistas.