El truco para saber cuándo tiene que salir a la calle tu perro, según un veterinario: “Es la regla de los meses”

Un experto explica como el tiempo para que tu perro haga sus necesidades está directamente relacionada con su edad

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Un cachorro de pastor alemán
Un cachorro de pastor alemán sale a la calle por primera vez y juega en el parque (Freepik)

Sacar a un perro a la calle parece una tarea sencilla. Sin embargo, hay un detalle clave que muchos tutores pasan por alto: el tiempo adecuado entre paseos según la edad del animal. Un especialista explicó en redes cómo aplicar esta regla y evitar accidentes dentro del hogar.

Un médico intensivista, instructor canino y futuro veterinario que, además, es comunicador animal, comparte consejos en su cuenta de TikTok @vectoconnectanimals. Su enfoque es simple y directo: la edad marca el ritmo de los paseos.

“¿Sabes que existe un tiempo para saber cuándo tienes que llevar a tu perro a su sitio de lavabo o sacarlo a la calle para que haga sus necesidades?”, pregunta en uno de sus videos. Luego, explica la llamada “regla de los meses”.

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Regla de los meses

El principio es práctico. El tutor debe sumar una hora de espera adicional por cada mes de edad del cachorro. Así se logra una rutina estable y un hábito sano. En consecuencia, cuando el perro tiene dos meses, debe salir cada dos o tres horas. Con tres meses, el intervalo puede extenderse a tres o cuatro horas. A los cuatro meses, el tiempo se alarga a cuatro o cinco horas. El margen aumenta de forma gradual hasta los diez meses, cuando la capacidad de retención llega a las ocho horas, como sucede en los perros adultos.

Buddy es un cachorro de
Buddy es un cachorro de un año, mezcla de Labrador y Golden retriever, que está en entrenamiento para desempeñar un papel esencial como animal de servicio con los Mets de Nueva York. Crédito: Instagram: @metsvetdog

El especialista aclara que esta pauta es una guía. No es una regla rígida. Cada cachorro tiene un ritmo distinto. Algunos se adaptan rápido. Otros necesitan más tiempo. La clave está en la observación constante. Asimismo, destaca que respetar estos tiempos mejora la convivencia. El perro aprende a asociar la salida con el momento de hacer sus necesidades. El hogar se mantiene limpio y el tutor gana tranquilidad.

Además, este hábito reduce el estrés del animal. Un cachorro que aguanta más de lo que puede, sufre incomodidad. Esa presión genera ansiedad y afecta su conducta. Una rutina estable aporta seguridad y confianza.

La frecuencia de los paseos no solo responde a necesidades fisiológicas. También influye en el bienestar emocional. Un cachorro que sale a su tiempo se siente acompañado, lo que hace que se adapte mejor al entorno y aumente la confianza en su tutor. En este sentido, el experto recomienda crear horarios fijos. Las salidas regulares fortalecen el vínculo entre humano y perro, y la constancia facilita el aprendizaje. Así, el cachorro entiende cuándo y dónde debe hacer sus necesidades.

Otro punto importante es la paciencia. El tutor debe evitar castigos si ocurre un accidente dentro de casa. La educación canina se basa en el refuerzo positivo. Cada avance, por pequeño que parezca, cuenta. A medida que crece, el perro controla mejor sus necesidades, haciendo que la relación se equilibre y la dinámica del hogar sea más ordenada.

En definitiva, la rutina no es solo un método, sino una herramienta para crear un espacio seguro y de confianza. Así, un cachorro puede confiar en su dueño o tutor y responder mejor a la rutina. El especialista concluye: “Con esta regla lograrás que tu cachorro haga sus necesidades en el momento adecuado y en el lugar correcto”.