Los consejos que debes tener en cuenta para cuidar la lengua de suegra, según los expertos en plantas

Su facilidad para crecer en espacios interiores y con poca luz, e incluso para sobrevivir sin agua durante un tiempo, hace que sea ideal para las personas que no tienen demasiadas habilidades para el cultivo

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De estas formas, nuestras plantas estarán más saludables

La lengua de suegra se ha convertido en una de las plantas de interior más populares, sobre todo, por su facilidad para mantenerlas en buen estado. Y es que son capaces de sobrevivir con poca luz e incluso sin agua durante un tiempo. También conocida como planta serpiente, planta de cáñamo en rama o lengua del diablo, son muchas las variedades que aglutina esta especie. No obstante, las más habituales tienen unas hojas en forma de espada que son características por crecer erguidas o en rosetas.

Esta planta destaca como una de las más efectivas para eliminar sustancias tóxicas del aire, tal y como recoge un estudio que evaluó métodos para purificar el ambiente dentro de una estación espacial. Estas investigaciones demostraron que algunas especies vegetales contribuyen de manera natural a la limpieza del entorno, y la conocida como lengua de suegra se situó entre las más eficientes.

Cuáles son las claves para criar la lengua de suegra

Sansevieria, también conocida como lengua
Sansevieria, también conocida como lengua de suegra, es una planta resistente que purifica el aire y requiere pocos cuidados. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El cuidado de la lengua de suegra requiere permitir que el sustrato se seque completamente entre riegos, ya que el exceso de agua puede dañarla. Esta especie demanda menos riego que otras plantas de interior, especialmente en ambientes sombríos, donde la actividad disminuye y el suelo tarda más en secarse. Durante el invierno, conviene espaciar aún más el riego, pues permanece inactiva y la evaporación es más lenta.

Esta planta tolera bien la escasez de luz, lo que la convierte en una opción adecuada para interiores con poca iluminación, siempre que reciba al menos algo de luz. Es importante evitar la exposición directa y prolongada al sol, ya que las hojas pueden sufrir quemaduras y perder su color original.

La fertilización resulta opcional: puede beneficiarse de una aplicación ocasional de abono líquido durante el periodo de crecimiento, pero no es imprescindible para su desarrollo. El sustrato debe ser suelto y bien drenado, a fin de impedir la podredumbre de las raíces, y la maceta debe contar con orificios adecuados para el drenaje del exceso de agua.

No se recomienda trasplantarla prematuramente, ya que esta planta prospera en macetas algo ajustadas a su raíz. Limpiar periódicamente las hojas con un paño húmedo ayuda a mantenerlas libres de polvo, favorece la fotosíntesis y aporta un aspecto saludable.

El lugar ideal para colocarlas en casa

Un gato reposa junto a
Un gato reposa junto a una planta lengua de suegra en un rincón acogedor del hogar. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esta especie destaca por su capacidad para adaptarse a diferentes niveles de luz, tolerando desde ambientes oscuros hasta luz solar directa. Aunque sobrevive en rincones poco iluminados, el crecimiento puede ralentizarse y los dibujos de las hojas perder intensidad. Prefiere la luz indirecta moderada a intensa para mantener un desarrollo óptimo y colores vivos. Al permanecer demasiado tiempo en zonas sombrías, sus hojas tienden a amarillear y la planta puede morir tras algunos meses por la falta de fotosíntesis.

Tolerante a la sequía, requiere pocos riegos: basta con hacerlo cuando el sustrato esté completamente seco. El exceso de agua provoca fácilmente podredumbre de raíces, identificable por hojas amarillas, tallos blandos y, en casos graves, arrugas en el follaje. La frecuencia de riego disminuye aún más en invierno o en condiciones de luz limitada, donde una vez al mes suele ser suficiente. Esta resistencia hace de la lengua de suegra una elección ideal para quienes suelen olvidar regar sus plantas.