Un email enviado por error a los padres de un colegio de Toledo destapa un caso de presuntos abusos sexuales de un sacerdote jubilado

El director del centro asegura que el documento “nada tiene que ver con el colegio, ni con personas que trabajen en el centro o con menores”

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Imagen de archivo de la aatedral de Toledo. (Europa Press)

Cada domingo, los padres de los alumnos del Colegio Nuestra Señora de los Infantes de Toledo reciben un boletín semanal con información relativa al centro, a las actividades o al menú semanal de los alumnos, pero este último correo también les llegó por error el borrador de una carta que debía revisar el Arzobispado de para, posteriormente, ser enviada al Vaticano. El texto trata sobre los presuntos abusos sexuales un sacerdote jubilado en 2023, que actualmente es canónigo emérito de la Catedral de Toledo.

Según detalla el escrito, J.M.G. habría sido investigado por "tres hechos que eran susceptibles de abrir una investigación previa, por el comportamiento inmoral del sacerdote... Dos de estos hechos se produjeron en clínicas de fisioterapia y el otro durante una peregrinación a Medjugore (Bosnia-Hertzegovina)“. Es más, el director del Colegio Infantes, remitió una carta a los padres para disculparse por el fallo, y “para recalcar que el documento que adjunté por error nada tiene que ver con el colegio, ni con personas que trabajen en el centro o con menores”.

Una investigación interna tras una “extorsión”

El correo, que ha dado a conocer el diario ABC, detalla que el sacerdote que habría cometido presuntamente abusos sexuales recibió mensajes con “algún tipo de extorsión” donde recogían “acusaciones veladas de cierta actividad homosexual”. Al conocer este suceso, el autor de la carta explica que se animó al sacerdote a denunciar ante la Policía ese chantaje, que él se resistió a hacerlo, pero que finalmente accedió. “En aquel correo no pudimos comprobar si era un tema de menores”, añade el documento. Se aclara que la Policía realizó pesquisas, pero no emitieron ningún informe y “el sacerdote no quiso proseguir con la acción”. No obstante, meses después tuvieron constancia de que los hechos eran ciertos y tres hechos “susceptibles de abrir una investigación” relacionados con presuntos abusos sexuales.

“Se pudo comprobar que los hechos denunciados eran ciertos, y que el sacerdote había actuado de forma inadecuada e inapropiada siendo motivo de escándalo para las personas que vivieron los hechos. Lo relatado por los denunciantes eran hechos similares, en los que el sacerdote buscaba algún tipo de contacto y satisfacción sexual con las personas que habían denunciado los hechos", detalla el borrador. En este caso, no se detalla si los hechos de los que tuvieron constancia fueron denunciados ante las autoridades, pero sí detallan que se tomaron medidas.

Durante dos años, le prohibieron celebrar misa en público así como otros sacramentos, excepto el canon. Le retiraron las licencias para celebrar el sacramento de la penitencia. Durante los primeros meses, según detalla la carta, el sacerdote “aceptó de buena gana el acompañamiento profesional, durante las pruebas que le hicieron nos indicaron que, debido a su edad, tiene dañado el cerebro corteza orbitofrontal, que juega un papel clave en la evaluación de las consecuencias de las acciones y en la inhibición de comportamientos“. Se inició un seguimiento de sus comportamientos, y a día de hoy, se mantienen las restricciones al ejercicio del ministerio que le impusieron. Pero, dice la carta que "siguen llegando noticias de comportamientos inadecuados en sitios públicos".