La alumna expulsada de clase por llevar el velo islámico reúne 11.000 firmas para pedir que el centro retire la norma que atenta contra su libertad religiosa

La joven riojana fue expulsada del instituto a comienzos de curso por usarlo y, ahora, se ve obligada a no ponérselo para poder acudir a las clases

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Eman Akram, la estudiante riojana
Eman Akram, la estudiante riojana de 17 años expulsada de clase por llevar velo islámico entrega 11.000 firmas en la Consejería de Educación este miércoles en Logroño. (EFE/Raquel Manzanares)

Eman Akram, una estudiante riojana de 17 años que cursa el Bachillerato Internacional en el IES Práxedes Mateo Sagasta de Logroño, se ha presentado este miércoles en la Consejería de Educación de La Rioja con 11.000 firmas para pedir que presione al centro para que le permitan a acudir a clase con hiyab. La joven, que ha recogido las firmas en las últimas semanas a través de la plataforma change.org, fue expulsada del instituto a comienzos de curso por negarse a quitárselo y, ahora, se ve obligada a no ponérselo para poder acudir a las clases.

La joven, que cursa el primer año del Bachillerato Internacional —una modalidad exclusiva de su centro en la región—, ha explicado ante los medios que la imposibilidad de cambiar de instituto la obliga a elegir entre su derecho a la educación y su libertad religiosa. “He tenido que cumplir con la norma”, relata Eman, que denuncia que asistir a clase sin velo es una experiencia “muy humillante y vergonzosa”, que la hace sentirse “observada por todo el mundo”.

El reglamento interno del instituto Sagasta prohíbe el uso de “gorros, gorras, viseras, capuchas, boinas y similares” dentro del edificio, pero, según Eman, no menciona explícitamente el hiyab. El 15 de septiembre, la estudiante fue expulsada de clase por no descubrirse la cabeza, lo que la llevó a presentar quejas tanto al centro como a la Consejería de Educación. Ninguna de las instituciones le ha ofrecido una alternativa: su permanencia en el Bachillerato Internacional depende de asistir a clase sin cubrirse la cabeza.

Durante una declaración ante la prensa frente a la Consejería, Eman, cubierta por el velo, con un pañuelo palestino sobre sus hombros y de espaldas a las cámaras para preservar su anonimato, ha recordado que es su voluntad usar el velo y que atentan contra sus derechos al negárselo. “Me he puesto el pañuelo como musulmana y es muy humillante que venga una persona y te lo haga quitar. Dicen algunos que nos obligan a ponernos pañuelo, pero es que son los mismos que nos obligan a quitármelo. Déjame a mí ponérmelo por mi voluntad y quitármelo por mi voluntad también”, iniste.

Sus compañeros y exprofesores la apoyan

La estudiante ha recibido el apoyo de numerosos profesores, la mayoría de sus compañeros y exdocentes del centro, quienes han contactado a la organización del Bachillerato Internacional, aunque hasta el momento no han obtenido respuesta. Eman busca demostrar, con la recogida de firmas, que su caso no es aislado y refutar el argumento de la dirección del instituto, que sostiene que la normativa no puede modificarse por una sola alumna.

En sus declaraciones, Eman ha rebatido los motivos esgrimidos por la directora del centro. Según la estudiante, la equiparación del velo islámico con prendas como capuchas o gorras carece de fundamento, ya que tienen usos distintos. También ha respondido a la preocupación sobre la posibilidad de copiar en exámenes con auriculares ocultos, proponiendo como solución mostrar las orejas antes de entrar al aula. Respecto a la identificación de alumnos en caso de incidentes en los pasillos, Eman considera que ese argumento “no tiene ningún sentido”.

La joven también ha cuestionado la exigencia de adaptación a las normas locales que algunos plantean a la población musulmana. “Las normas... ¿Qué norma hay en la Constitución española que diga que no puedes expresarte libremente? Ni siquiera en la normativa de mi instituto hacen referencia al hiyab. Si me dices que en Afganistán prohíben algo, es porque está en su norma. Pero es que aquí esa norma no existe. Si España es democrática hay que cumplirlo, porque es un derecho de cada persona”,sostiene Eman, que ha solicitado a la Consejería un pronunciamiento claro sobre la cuestión, advirtiendo. Les recuerda que prohibir el velo supone “limitar la educación de las personas musulmanas” y “obligar a elegir entre religión y educación, dos cosas fundamentales para una persona”.