Carlos, tercer expulsado de ‘OT 2025’, desmiente la división de la Academia: “No hay ningún mal rollo. Cada uno es de su padre y de su madre”

Tras convertirse en el tercer expulsado de Operación Triunfo 2025, Carlos de los Reyes reflexionó sobre su experiencia en la Academia y los momentos que marcaron su estancia en el programa en una entrevista con Infobae España. El joven cantante, que abandonó el concurso tras decidir el público la permanencia de Laura Muñoz con un 59,3% de los votos, describe su paso por OT como un proceso de aprendizaje y autodescubrimiento.

Carlos asegura que al principio necesitó adaptarse al ritmo y la dinámica del concurso, pero con el tiempo logró soltarse y mostrarse tal como es. “Siento que mi paso por el programa ha sido un proceso de adaptación, de ver cómo funcionan las cosas. Ya conociendo a las personas, he ido soltándome y mostrándome más como soy yo. Ha sido todo un disfrute, la verdad”, confesó.

Sobre sus primeras horas fuera de la Academia, el artista confiesa sentirse en una fase de readecuación. Explica que ha sido extraño volver a la vida cotidiana tras semanas de rutina controlada, pero asegura sentirse cómodo y contento de compartir tiempo con su familia. “Es como readaptarse a una realidad que tenías como aparcada, un poco olvidada y es superextraño”, detalló.

La elección de la canción que determinaría su futuro en el concurso, Que te quería de La quinta estación, ha sido muy comentada en redes sociales; no obstante, asegura que no la cambiaría. “Podría haber elegido un tema con el que me hubiese sentido supercómodo y en el que no me hubiese sentido yo al cien por cien. Pero también tuve la necesidad ponerme algún reto, porque si iba a ser mi última semana, yo no quería que la semana pasara en vano y que hubiese un progreso, y siento que así ha sido. Además, en la gala conseguí disfrutarlo, que era el objetivo que yo tenía”, explicó.

Respecto a las relaciones dentro de la Academia, De los Reyes aseguró que las amistades son auténticas y que no existe mal ambiente entre los concursantes: “Cuando era espectador también pensaba que era una exageración, porque se conocen de un mes. Pero confirmo que es real y te puedo decir con certeza no hay ningún mal rollo entre nadie. Sencillamente, al final entramos dieciséis personas, cada uno de su padre, de su madre, con sus costumbres, con sus rarezas, con sus peculiaridades”, indicó.

Por ese mismo motivo, afirmó que “al final es difícil no congeniar más con unos que con otros, pero no hay ningún mal rollo entre nosotros”. Y admitió que lo que más le dolió tras su expulsión fue dejar allí a compañeras, Cris, Laura y Judit, con quienes había creado un vínculo especial. “Me parte el alma”, confesó.

De la misma manera, reveló que “la convivencia varía cuando se apagan las luces, porque al final cambiamos en relación al medio que nos rodea. Y cuando se apagan las luces hay un ambiente más íntimo“. Sin embargo, “agradezco la charla que nos dio Noemí para que nos soltáramos ante las cámaras y que pudiéramos disfrutar realmente de su experiencia y de mostrarnos nosotros, así como somos“. A pesar de todo, valora los momentos de desconexión y relató el recuerdo tan bonito que vivió con Cristina horas antes de abandonar la Academia: ”Estuvimos en una sala con la guitarra cantando hasta la una y media de la madrugada. Y me llevo ese momento como algo supermágico“.

La pasada gala no solo ha dejado un gran hueco en el corazón de sus compañeros, también alguna que otra crítica hacia el jurado. La figura compuesta por Abraham Mateo, Cris Regatero, Guille Milkyway y Leire Martínez tiene el poder de nominar a cuatro de los concursantes; no obstante, sus razones no han convencido a alguno de ellos, como Tinho o Guillo. El propio Carlos ha confesado que “aunque el jurado es bastante profesional y muy inteligente a la hora de valorar”, siempre debía realizar un ejercicio de comprensión sobre sus palabras.

“Tenía que hacer un ejercicio para entender cuál es el mensaje real o clave que me están queriendo decir. Tenía que entender qué es lo que querían que corrigiese o que trabaje, y creo que ahí está el quid de la cuestión: en hacer ese ejercicio cuando recibes una valoración”, admitió.