Diez hábitos de limpieza con los que ahorrar tiempo en tu rutina y obtener resultados relucientes

Aquello que se deja de hacer es tan importante como las acciones implementadas para mantener libre de ácaros cualquier espacio de una casa, incluidas las mascotas

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Si se utiliza demasiado producto
Si se utiliza demasiado producto a la hora de fregar el suelo, este puede quedar pegajoso y sin brillo. (Freepik)

A lo largo de un día cualquiera, una persona debe hacer frente a unos cuantos deberes imprescindibles: algunos más placenteros, como alimentarse, y otros más aburridos, como hacerse la cama. Por ello, son muchas las personas que buscan (y encuentran) recomendaciones que ayudan a hacer un día a día más llevadero sin descuidar el orden y la limpieza del hogar, ya que lo que menos apetece a la vuelta de la oficina es ponerse a hacer limpiezas integrales a una casa.

El primero de los consejos mira hacia el espacio más personal de cada uno: la habitación en la que se duerme. Si se tiene un cuarto propio grande, no hay tanto problema a simple vista porque la sensación de organización es mayor sin necesidad de limpiar tanto. Pero si la habitación de la que se dispone tiene una dimensiones reducidas, mantener el orden es fundamental. Una de las claves aquí es hacer la cama nada más despertarse. Más sencillo si se tiene funda nórdica y más complejo si se hace a ‘la española’, pero con un poder en ambos casos que no pasa desapercibido.

De la habitación, se pasa al baño. Este espacio, muchas veces compartido, es la segunda parada en casi todas las personas nada más despertarse. Un par de trucos aplicados a este área pueden solucionar incluso cuestiones higiénicas y de salud. En primer lugar, desinfectar el lavabo después de cada uso es un hábito que debería estar instaurado siempre. No obstante, si no tiene tiempo suficiente, desinfectarlo nada más levantarse puede ser la solución. Del mismo modo ocurre con la ducha. Lo ideal es limpiar las mamparas con una escobilla de silicona al salir de cada lavado. De esta manera, no se dejarán gotas que posteriormente se convertirán en manchas que afean los cristales.

Una vez ya se ha cubierto esa necesidad básica, es probable que se acuda a la cocina. Este cuarto es especialmente sensible a gérmenes que pueden transmitirse a través de los alimentos que se ingieren. Por ello, es importante mantener una estricta limpieza del área donde se acudirá a desayunar. En primer lugar, la basura orgánica sería estupendo que estuviese en un anexo, terraza o galería para que no impregne su olor en el resto de la casa. No obstante, dado que esto no es siempre posible, se recomienda sacar el contenedor a diario. Una vez la basura fuera del hogar, debe tenerse una rutina ágil sobre el lavado de la vajilla. Sacar y poner el lavavajillas evita que una pila de platos y vasos se acumule en las cocinas. Si ya se tiene esto recogido, se ha adelantado notablemente y ya se puede pasar una bayeta sobre las superficies que se utilizan.

Otros trucos que también funcionan son, por ejemplo, quitar el polvo de los suelos de las estancias. Si no se dispone de aspiradora, un elemento que no consume energía y deja las superficies impolutas es la mopa. Si se tienen plantas, también cabe quitarle las motas de polvo a estas. Si se recogen los pelos que se acumulan en las diferentes estancias, se evita desarrollar alergias. Lo mismo sucede con el cepillado de las mascotas. Si no se espera a que estas suelten y enreden su pelo, mejor. Y, por último, el aseo de uno mismo. Si uno se asea para desarrollar cualquier actividad dentro de casa, la sensación de limpieza es mayor.

Hábitos poco higiénicos que no aplicar en un hogar

Ni tanto ni tan calvo, decía el dicho. No por el uso de un mayor número de productos, será mejor la limpieza. Esto es algo que no siempre se aplica y que es fundamental. Además, mezclar productos de limpieza no es nada recomendable para la salud, pues pueden afectar a la calidad del aire que se respira. Lo ideal es utilizar productos básico de limpieza sin aromas extras. Lo mismo ocurre con la ropa y el lavado de esta con un uso excesivo de detergente o suavizante.

Como ya se avanzaba más arriba, no aspirar sí tiene consecuencias nocivas para el ser humano, así como no limpiar las herramientas de limpieza que se emplean para mantener bajo control el orden y los ácaros dentro de una casa. Esto es uno de los errores más comunes durante el lavado de una estancia: no cambiar el agua entre la cocina y el baño o limpiar con los mismos trapos áreas diferenciadas de una casa. Así que, igual que no se escatima en tiempo para comer, tampoco debe hacerse en tiempo para fregar.