Más de la mitad de las especies de aves del mundo están en declive: los líderes se reúnen para abordar la “crisis de extinción”

El 61% de todas las especies de aves han visto reducir su población en los últimos años, advierten los científicos

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Guacamayo de Illiger, especie en
Guacamayo de Illiger, especie en peligro de extinción. (UICN)

Seis de cada diez especies de aves en el planeta se encuentran en declive, según la última actualización de la lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). La deforestación, el avance indiscriminado de los campos de cultivo y el cambio climático han dejado su huella en todas las especies aviares, hasta el punto que el 61% de ellas han visto su reducida su población.

Los datos, revelados el pasado viernes durante el Congreso Mundial de la Naturaleza en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) son una alerta para el mundo, advierten los expertos. La Lista Roja de la UCIN incluye ya 172.620 especies de todo el mundo y 48.646 se encuentran amenazadas de extinción, el 28% del total. Entre los animales, la situación es especialmente preocupante entre los anfibios (44%), tiburones y rayas (38%), crustáceos (28%) y reptiles (21%), mientras que las plantas cícadas, como las palmeras, son la especie más amenazada (71%).

Los datos entre las aves no dejan de ser alarmantes: si bien el 11% de todas las especies se encuentran amenazadas, el 61% del total han registrado descensos en todo el mundo, un 17% más que hace nueve años. “El hecho de que tres de cada cinco especies de aves del mundo tengan poblaciones en declive muestra cuán profunda se ha vuelto la crisis de la biodiversidad y cuán urgente es que los gobiernos tomen las medidas a las que se han comprometido en virtud de múltiples convenciones y acuerdos”, dijo el doctor Ian Burfield, coordinador científico global de BirdLife, quien ayudó a supervisar la evaluación.

Un peligro para la biodiversidad

La deforestación amenaza la supervivencia
La deforestación amenaza la supervivencia de las aves. (Freepik)

La lista elaborada por la UICN advierte de que un total de 1.256 de las 11.185 especies de aves evaluadas están amenazadas en el mundo, mientras más de la mitad pierden población. La principal causa de este declive es la pérdida y degradación de sus hábitats naturales, impulsada por la expansión e intensificación agrícola y la tala. Regiones como Madagascar, África occidental y América central destacan especialmente por la pérdida de bosques tropicales, una amenaza creciente para estas especies.

La pérdida de aves supone a su vez un peligro para los ecosistemas: estos animales ayudan a polinizar las flores, dispersar semillas y controlar plagas. “Los destinos de las aves y los árboles están entrelazados: los árboles dependen de las aves para regenerarse y las aves dependen de los árboles para sobrevivir”, expresó la doctora Malin Rivers, jefa de priorización de conservación en Botanic Gardens Conservation International, en declaraciones recogidas por The Guardian.

La conservación funciona

Imagen de archivo: El Cabildo
Imagen de archivo: El Cabildo libera una tortuga verde en la zona norte de Fuerteventura. (Europa Press)

Ante este panorama, científicos y activistas climáticos llamaron a los gobiernos a cumplir los compromisos climáticos y de protección de la naturaleza para evitar el declive y extinción de más especies. La doctora Grethel Aguilar, directora general de la UICN, recordó que hay ejemplos de éxito, como el de la tortuga verde, que demuestran que los planes de conservación funcionan.

Esta especie de tortuga estaba en peligro de extinción hace unos 50 años, pero las iniciativas de conservación han logrado aumentar su población un 28% en los sitios de anidación en la Isla Ascensión, Brasil, México y Hawái. Para Roderic Mast, copresidente del grupo de especialistas en tortugas marinas de la comisión de supervivencia de especies de la UICN, este es “un poderoso ejemplo de lo que la conservación global coordinada durante décadas puede lograr para estabilizar e incluso restaurar las poblaciones de especies marinas longevas”.

Mientras, las focas árticas muestran el caso contrario: estos animales se encuentran al borde de la extinción debido a la pérdida de hielo marino, que se derrite a causa del aumento de las temperaturas. El adelgazamiento del hielo marino implica que a las focas árticas les resulta cada vez más difícil encontrar zonas de descanso y reproducción, convirtiéndose en presa fácil para los osos polares. “Su difícil situación es un duro recordatorio de que el cambio climático no es un problema lejano: viene desarrollándose desde hace décadas y está teniendo consecuencias aquí y ahora”, apuntó el doctor Kit Kovacs, líder del programa de Svalbard en el Instituto Polar Noruego.