El jubilado al que le faltan 44 trimestres para acceder a una pensión y que ahora trabaja como “cliente misterioso”

El objetivo del jubilado es complementar la pensión hasta conseguir completar el historial laboral

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Cliente misterioso. (Imagen de Archivo)
Cliente misterioso. (Imagen de Archivo)

Bloc de notas en mano, Alain recorre supermercados, joyerías y concesionarios sin llamar la atención. “Si un vendedor se acuerda de ti, significa que has fallado en la misión”, ha explicado. No trabaja para esas marcas ni actúa como inspector; es comprador misterioso para la plataforma Qualivox y, ocasionalmente, Smice.

Cada visita se traduce en un informe detallado en el que evalúa criterios como “la limpieza del aparcamiento, el tiempo de bienvenida y el ambiente general”. La consigna es observar, no juzgar. “Cualquiera puede participar. Solo hay que leer el informe, ser discreto, observar y reportar lo que se ha visto”, ha insistido Alain, según ha comentado el diario francés Le Figaro.

En algunas misiones debe comprar siguiendo una lista y respetando un límite de gasto. “Me reembolsan el dinero y me quedo con los dos productos”. Gracias a esto, reduce el presupuesto del hogar. “Durante un tiempo, mi hijo fue estudiante. Hacía varias misiones a la semana y siempre tenía paquetes de agua en casa”, ha señalado.

Un trabajo a medida

Uno de los mayores beneficios que destaca es la libertad de organización. “Es totalmente compatible con mi estilo de vida. Selecciono misiones cercanas u organizo un tour para agrupar varias visitas”, explica.

A veces baja hasta Dieppe desde Lille, con gasolina y peajes incluidos en el “costo compartido” ofrecido por la plataforma. La remuneración varía según el tiempo estimado por misión: 20, 30 o 40 euros.

Él lo tiene claro: “No es un salario propiamente dicho, sino un reembolso de gastos. Y hago mis propios cálculos: si los gastos superan lo que me ofrecen, lo rechazo”, ha indicado.

Con unas veinte misiones al mes, ingresa 150 o 200 euros netos, que se suman a su pensión de 1.500 euros. “No es como vivimos, pero le pone la mantequilla a las espinacas, y a veces también a las verduras”, ha resumido con humor.

De un revés profesional a una segunda oportunidad

Antes de dedicarse a ser cliente misterioso, Alain trabajó como hotelero, restaurador y auditor de calidad para una cadena hotelera estadounidense.

Todo acabó abruptamente a los 60 años, cuando la empresa decidió prescindir de proveedores externos. “A esa edad, encontrar trabajo es una misión imposible. Los reclutadores te consideran demasiado mayor, demasiado cualificado, o ambas cosas”, ha subrayado.

A este golpe se sumó un déficit de 44 trimestres en su historial profesional, lo que dificultaba el acceso a prestaciones. “No estaba listo para empezar a tejer”, ha ironizado, recordando cómo rechazó una “ayudantía” para buscar alternativas por su cuenta.

Fue entonces cuando descubrió las ofertas de compras misteriosas en internet y decidió dar el paso a una nueva aventura.

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Rutina activa, sin presión

Pero no es perfecto. “A veces me he arrepentido de aceptar una misión al llegar. En esos casos, noto que no fue muy agradable o un poco aburrida y no la vuelvo a hacer”, ha sentenciado.

Pero incluso esas experiencias no le quitan el ánimo. Esta actividad lo mantiene conectado y despierto: “Me da un propósito. La jubilación es buena, pero no hay que quedarse estancado”.

La clave, según él, es la actitud. “El objetivo es simple: complementar su pensión de jubilación sin agotarse ni renunciar a su rutina diaria. Sin presiones innecesarias”, ha asegurado.