El día de la marmota de la política francesa: Lecornu 2.0 vuelve a intentarlo “por obligación” para salvar los presupuestos y evitar elecciones

El exministro de las Fuerzas Armadas aceptó el encargo de Macron y deberá buscar apoyos suficientes, al menos, para evitar una mayoría que lo derroque en una moción de censura

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El primer ministro francés Sebastien
El primer ministro francés Sebastien Lecornu en el Hotel Matignon, la residencia del primer ministro, el 8 de octubre de 2025. (Stephanie Lecocq/Pool via AP)

Puede decirse que la política francesa vive en el día de la marmota en el año de la marmota. Macron ha vuelto a apostar el futuro del país (un gobierno y unos presupuestos) con Sebastien Lecornu como primer ministro, cinco días después de su primer nombramiento, en los que ha protagonizado el Ejecutivo más breve en la historia del país.

Y es que, con vetos a izquierda y derecha, al presidente francés no le quedaban muchas más cartas para nombrar a un octavo primer ministro (en ocho años). Se trata de evitar “el caos”, justifica el jefe del Elíseo, es decir, un bloqueo político que derive en una convocatoria electoral o incluso que ‘se cobre su propia cabeza’, como así se lo piden la derecha, la izquierda y hasta diversos miembros de su propia coalición.

En su primer intento, Lecornu dimitió apenas 24 horas después de anunciar los perfiles que formarían su futuro Gobierno. La lista que propuso el exministro de las Fuerzas Armadas incluía a antiguos miembros de otros ejecutivos macronistas, lo que despertó las críticas de sus socios potenciales, entre ellos la derecha moderada de Los Republicanos.

“La confianza y las condiciones no están dadas”, escribió Lecornu el día de su dimisión el pasado sábado. La idea que defendía (y defiende) el reelecto primer ministro francés es un Gobierno “que responda a la realidad parlamentaria”, pero que “no sea rehén de ningún partido”.

Y una semana después, con el mismo candidato, nada parece haber cambiado porque Lecornu sigue sin convencer al resto de fuerzas: el partido Horizons (la formación de centro fundada por el ex primer ministro Édouard Philippe), decidió este sábado que no formará parte del nuevo gobierno, aunque sí ofrecerá su ocasional apoyo externo, al igual que Los Republicanos. Por su parte, los ecologistas ya han avisado que lo censurarán, mientras que los socialistas han condicionado su apoyo. Los extremos también han señalado que tumbarán cualquier intento.

La oposición califica la decisión de “increíble” y “ridícula”. Para Lecornu, “lo ridículo es el espectáculo en el que se ha visto envuelta toda la vida política durante varios días”, afirmó este sábado ante las preguntas de los periodistas. “A principios de semana lo tuve claro: mi misión había terminado. Pero resulta que, a pesar de la urgencia de tener textos económicos y financieros, de tener que presentarlos a tiempo, no tengo la sensación de que hubiera muchos candidatos”, ha añadido.

La calculadora de Lecornu

¿Qué cálculos debe hacer Lecornu? Para evitar correr el mismo destino que Michel Barnier y François Bayrou, el Gobierno debe asegurarse de no reunir una mayoría absoluta en su contra. Es decir, no necesita necesariamente una mayoría positiva. Puede beneficiarse de la abstención o la ausencia de ciertos diputados, o aprovechar el hecho de que fuerzas políticas rivales (como la izquierda y la extrema derecha) no quieran salir en la misma foto como facilitadores de una moción de censura.

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¿Qué piden los socialistas? El grupo que lidera Olivier Faure quiere obtener beneficios del gobierno Lecornu 2.0. Y todo gira en torno a la criticada reforma de pensiones, el proyecto estrella del presidente de la República. Macron trató de tender la mano mostrándose dispuesto suspender la reforma de manera temporal. Todo quedó en vano, pues los socialistas tacharon la medida de “cosmética” y pidieron su suspensión total e inmediata. Pero la eliminación de la reforma de las pensiones es, al mismo tiempo, una línea roja para Los Republicanos y para Horizontes.

Sin agenda, con un calendario apretado y con dos retos ¿imposibles?

Lecornu, que admite que “no tiene agenda”, debe nombrar cuanto antes un Gobierno para cumplir con los plazos que dicta la Constitución, con el objetivo de aprobar los presupuestos de 2026 a más tardar el 31 de diciembre. El texto debe presentarse este lunes en el Consejo de Ministros y dos días después en la Asamblea.

¿Cuánto durará Lecornu? Es imposible saberlo, pero las opciones son de todo menos optimistas, y un nuevo premier caído golpeará también a las dañadas finanzas del país. Macron, señor de lo imprevisible, dispara su última bala, que ya falló, y que ahora busca evitar lo que muchos ven como seguro: nuevas elecciones.