Casi la mitad de los jóvenes españoles de entre 18 y 30 años reconoce haber sido víctima de violencia psicológica durante su infancia o adolescencia y son sus progenitores los principales causantes. La violencia física, que han sufrido cuatro de cada diez, ocupa el segundo lugar y son los padres, de nuevo, los que la han ejercido en mayor medida. El tercer tipo de violencia la han sufrido tres de cada diez jóvenes en España y es la sexual. Es más, uno de cada diez ha continuado sufriéndola en la edad adulta. En este caso, la mayoría a manos de las parejas (32%), desconocidos adultos (25%) y amistades (21%). Esta es la radiografía desoladora que recoge el estudio sobre Prevalencia de la violencia contra la infancia y la adolescencia, presentado este jueves por el Ministerio de Juventud e Infancia.
En el informe, elaborado por Sigma Dos a través del recuerdo de adultos de entre 18 y 30 años en una macroencuesta que ha contado con más de 9.000 respuestas, se define la violencia contra la infancia y la adolescencia como cualquier acción, omisión o trato negligente que prive a los menores de sus derechos y bienestar, interfiera en su desarrollo físico, psíquico o social, o se ejerza a través de cualquier medio, incluidas las tecnologías digitales. Esta definición abarca desde el maltrato físico y psicológico hasta la explotación sexual, el acoso escolar, la violencia de género, la trata de seres humanos y la violencia digital. Las personas que más la sufren durante son las niñas y mujeres adolescentes, las personas LGTBIQ+, las personas migrantes, quienes cuentan con un nivel de estudios inferior a los universitarios, o aquellas que cuentan con algún grado discapacidad
La violencia afecta a más de la mitad de los menores
La violencia psicológica es la forma de maltrato más extendida. El 48% de los jóvenes encuestados afirma haberla sufrido antes de los 18 años. Este tipo de violencia se manifiesta en conductas de control, abuso emocional, intimidación, desprecio y control económico. La prevalencia es mayor en la adolescencia (45%) que en la infancia (19%), y un 16,9 % la experimentó de forma continuada en ambas etapas. Las principales perpetradoras son las madres (60%) y los padres (56%), aunque en la adolescencia aumentan los casos atribuidos a la pareja (32%) y a las amistades (44%). El entorno familiar y el escolar son los contextos donde más se produce este tipo de violencia, con un 81% y un 73% de los casos, respectivamente.
En cuanto a la violencia física, el 40% de los encuestados reconoce haberla padecido en la infancia o adolescencia. Este tipo de maltrato incluye desde empujones y bofetadas hasta agresiones más graves, como el uso de armas o intentos de estrangulamiento. La prevalencia es mayor en la adolescencia (35%) que en la infancia (18%), y los hombres presentan una incidencia superior (46%) respecto a las mujeres (34,8 %). Los padres (38%) y las madres (37%) son los principales agresores, seguidos de compañeros de estudio o actividades deportivas (35%). El entorno familiar (67%) y el escolar (54%) son los espacios donde más se reporta este tipo de violencia.

Un tercio sufrió abusos sexuales y la mayoría no denunció
La violencia sexual afectó a un tercio de los jóvenes, con una incidencia mayor en mujeres (33%) que en hombres (24%). Los entornos más frecuentes donde la han sufrido son el familiar (46%), comunitario (37%) y escolar (36%). “Al igual que en otras formas de violencia, los datos evidencian un uso escaso de los recursos de ayuda”, recoge el texto a partir de los datos: el 52% no obtuvo atención ni ayuda y frente al 7% que sí tuvo especializada. Ellas, además, denuncian en menor medida (6%) que ellos (14%). Entre las personas en quien o quienes se apoyaron destacan los/as amigos/as (61 %) y las madres (30,3 %)
Uno de cada cuatro jóvenes sufre maltrato en pareja
Uno de cada cuatro jóvenes ha sufrido maltrato en el ámbito de la pareja, pero la cifra se duplica entre quienes tuvieron pareja durante la infancia o adolescencia. La prevalencia es mayor en mujeres (28%) que en hombres (22%) y se manifiesta formas psicológicas, físicas y sexuales, y en dos de cada tres casos el perpetrador es un hombre. El 13,3 % de quienes sufrieron este tipo de violencia en la infancia o adolescencia la experimentaron también en la etapa adulta.
La negligencia, entendida como la falta de cuidados adecuados por parte de los adultos responsables, afecta al 24,4 % de los encuestados. Los padres (49,1 %) y las madres (47,7 %) son los principales responsables. La prevalencia es mayor en la adolescencia (21,9 %) que en la infancia (8,9 %), y el 10,8 % de quienes la sufrieron en la infancia o adolescencia la experimentaron también tras alcanzar la mayoría de edad.
La violencia digital, que incluye agresiones psicológicas o sexuales a través de internet, redes sociales o dispositivos electrónicos, afecta al 24,9 % de los jóvenes. Esta forma de violencia se produce mayoritariamente en la adolescencia (23,1 %), y no existen diferencias significativas entre hombres y mujeres. Los principales perpetradores son la pareja (27,9 %) y personas desconocidas, tanto adultas (26,3 %) como menores de edad (23,9 %).
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