Richard, peregrino del Camino de Santiago desde Benidorm: “En cuatro días no me he cruzado con nadie”

El joven empezó su viaje el pasado jueves y está previsto que continúe durante 45 días más por el Camino del Sureste

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Un joven da comienzo al
Un joven da comienzo al Camino de Santiago y se suma a una ruta de transformación física y espiritual. (RTVE)

Cada año, miles de personas se lanzan a recorrer Camino de Santiago buscando mucho más que un propósito físico. Para muchos, es una travesía espiritual, una pausa en medio del ruido cotidiano para conectar consigo mismos. Entre esa multitud de caminantes destaca la historia de Richard Nevado, un joven de 24 años nacido en Benidorm, que decidió iniciar su propio viaje a pie hacia la tumba del Apóstol Santiago. El periódico El Español recoge su testimonio durante el viaje.

La aventura comenzó el pasado jueves, con un objetivo muy claro: recorrer más de 1.100 kilómetros en solitario hasta llegar a Santiago de Compostela. No se trata de un desafío deportivo ni de una excursión improvisada. Para Richard, este camino es, sobre todo, una búsqueda interior. “No tengo nada estable todavía. La verdad que no lo sé, por eso estoy haciendo el camino este”, confiesa mientras cruza la frontera entre la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia.

Tras trabajar en hostelería y pasar por varios intentos universitarios, el último en la Universidad de Alicante, Richard admite que aún no ha encontrado su lugar. Ese vacío existencial le ha conducido a la necesidad de una catarsis, un viaje interior que le ayude a ver las cosas más claras. El año pasado ya había conseguido completar el Camino Francés de Saint-Jean-Pied-de-Port, y aquella experiencia dejó una huella profunda. “Al volver a casa empecé a ver señales del Camino desde Benidorm. Cualquier día se me va la cabeza y lo empiezo y pues ha sido ahora”, cuenta.

Cuarenta y cinco días, más de mil kilómetros

El plan es ambicioso: alrededor de 1.140 kilómetros en unos 45 días, aunque no hay un cronograma rígido. Antes de salir, dejó su trabajo, armó su mochila y partió con la tranquilidad de quien no tiene prisa por llegar. Lleva una tienda de campaña, aunque todavía no ha tenido que usarla. “De momento la gente me está acogiendo. Son conocidos de conocidos. Es un viaje a la aventura”, relata.

@asiesrichard documentando su viaje durante
@asiesrichard documentando su viaje durante el Camino de Santiago (Fuente: TikTok)

En lugar de tomar la Vía de la Lana, más tradicional, optó por una ruta que atraviesa Castilla-La Mancha, pueblos pequeños y caminos menos transitados. Esta elección implica más esfuerzo físico y menos compañía, pero también un contacto más directo con la España interior y sus habitantes.

El joven peregrino asegura que la experiencia le está resultando positiva, aunque no la idealiza. “En cuatro días no me he cruzado con nadie”, admite. Esto no es casualidad, pues ha elegido una ruta poco frecuentada: el Camino del Sureste, un itinerario que atraviesa más de 1.100 kilómetros desde Alicante hasta enlazar con las grandes rutas jacobeas en Benavente.

No es una ruta para principiantes. Federico Ramírez Huerta, presidente de la Asociación Amigos del Camino de Santiago en Alicante, lo explica: “es un camino para peregrinos muy veteranos, sobre todo porque te vas a encontrar con la soledad en muchos tramos del trayecto”. La ruta atraviesa localidades como Orito, Petrer, Villena y Yecla, para continuar hacia Albacete, Cuenca, Toledo, Madrid, Ávila, Valladolid y Zamora antes de unirse a la Vía de la Plata o al Camino Francés.

El Camino de Santiago tiene numerosas variantes, unas llegadas desde Francia y otras desde Andalucía, pero a nadie se le había ocurrido crear un camino marítimo que uniera la ciudad de Nueva York con la capital de Galicia.

La travesía no está exenta de obstáculos. Uno de los más inesperados es la falta de señalización en algunos tramos. Richard cuenta que, en la zona de montaña entre Torremanzanas e Ibi, algunas flechas amarillas habían sido borradas deliberadamente. “Personas vinculadas a cotos de caza, a quienes no les gusta que la ruta esté señalizada”, explica.

Aun así, la hospitalidad que encuentra en los pueblos compensa las dificultades. “La gente tiene muchísima curiosidad, me preguntan por el equipo, por lo que hago. El trato es increíble”, asegura. Además de caminar, Richard está documentando su experiencia en redes sociales. Publica cada etapa en TikTok e Instagram, donde antes compartía rutas de montaña. Lo que comenzó como un archivo personal para amigos y familiares se convirtió en un fenómeno inesperado. “Los dos primeros vídeos, increíbles. Mis seguidores se han duplicado”, cuenta sorprendido.

En definitiva, Richard camina sin certezas absolutas, pero inmerso en un viaje espiritual que poco a poco le va acercando a su destino. El esfuerzo físico le hace sacar toda la resiliencia. “El hecho de que sea duro significa que cuando llegue al pueblo a descansar, me sentiré en la gloria”, declara solemne. Su historia surge de una decisión extraordinaria que desafía el cortoplacismo y, de entre la cotidianeidad turbulenta e inmediata, instaura una idea de pausa, para pensar sobre todas esas cosas importantes que necesitan tiempo y perspectiva.