Por qué no se pueden equiparar las predicciones de la Aemet con las cabañuelas de Jorge Rey: “Pueden tener su arraigo e interés cultural, pero carecen de base científica”

El organismo meteorológico denuncia que esta información falsa puede tener consecuencias graves si la población pierde confianza en los avisos y alertas oficiales

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Un vehículo aplastado por un
Un vehículo aplastado por un árbol durante la gran nevada provocada por la borrasca 'Filomena', en Madrid (España), a 9 de enero de 2021. (Irina R.H. - Europa Press)

Fue en 2021 cuando Jorge Rey saltó a un estrellato muy particular. El joven dijo que llegaría una fuerte borrasca que dejaría nevadas donde hacía décadas que no se veían y acertó. Hablaba de Filomena, el temporal que anegó el centro del país con nieve. Madrid y las ciudades aledañas del área metropolitana colapsaron frente a los ojos de millones de personas que miraban atónitas la nevada. Las imágenes que se quedaron grabadas en la retina, pero también en el imaginario colectivo. No obstante, la certeza de Rey, que siempre se asocia a este evento, no se basaba en ningún método científico sino en uno tradicional. Su acierto fue puro azar, pero desde entonces, son muchos los que siguen y difunden sus pseudopredicciones basadas en “las cabañuelas”, un sistema tradicional y sin fundamento científico que consiste en la “observación de los cambios atmosféricos en los 12, 18 o 24 primeros días de enero o de agosto, para pronosticar el tiempo durante cada uno de los meses del mismo año o del siguiente”.

Rey utiliza TikTok, Instagram, Twitter, WhatsApp, YouTube y hasta una página web para lanzar su particular pronóstico del tiempo con música épica de fondo y rótulos alarmantes. Entre todas sus redes sociales, cuanta con cerca de medio millón de seguidores. Los hay que siguen al joven por simpatía, no obstante, se muestran escépticos ante sus predicciones, pero también quienes creen a pies juntillas sus palabras y le dan pábulo. Ante este peligroso caldo de cultivo, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) lazó un comunicado a través de sus redes sociales para explicar cómo funciona la meteorología para dejar de lado la superstición.

La meteorológica es una única forma de predecir el tiempo

La Aemet insiste en que la única vía válida para estudiar la atmósfera es la investigación científica y quita todo crédito a los métodos alternativos y falso. El organismo rechaza de manera categórica los métodos pseudocientíficos como las cabañuelas, que se basan en correlaciones arbitrarias. Según la agencia, estas técnicas ofrecen predicciones vagas, como “en noviembre lloverá mucho” o “en enero habrá muchas nevadas”, afirmaciones que no aportan información nueva, “después de todo, es normal que en invierno haga frío y en verano calor”.

El organismo público también advierte que la desinformación meteorológica puede tener consecuencias graves, especialmente durante fenómenos extremos, si la población pierde confianza en los avisos y alertas oficiales. En este sentido, denuncian que hay medios de comunicación que publican “que estas pseudopredicciones coinciden con las de Aemet”. Esto se debe a que son dicotómicas, es decir, llueve o no llueve, por lo que existe la posibilidad de que se cumpla, pero solo “por pura casualidad”.

Que el azar se convierta en acierto no vuelve equiparables las informaciones de la Aemet -con un método científico y un capital tecnológico valorado en millones de euros- con las de una persona sin conocimientos que aplica un sistema completamente arbitrario. “La idea del tipo las cabañuelas pueden fallar, al igual que los modelos meteorológicos, es tan grave como decir ‘no me tomo un medicamento porque no siempre cura‘. Los modelos meteorológicos y la ciencia permiten saber en qué se falla y en qué se puede mejorar” e insisten: las cabañuelas “pueden tener su arraigo e interés cultural, pero carecen de base científica”.