Lecornu insta a Macron a no adelantar elecciones y nombrar un nuevo primer ministro en 48 horas

El primer ministro en funciones da por concluida su misión tras sondear posibles acuerdos de estabilidad y considera que existe una mayoría parlamentaria dispuesta a evitar un adelanto legislativo

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El primer ministro en funciones,
El primer ministro en funciones, Sebastien Lecornu y el presidente, Emmanuel Macron (Ludovic Marin, Pool via AP)

El primer ministro francés en funciones, Sébastien Lecornu, ha recomendado al presidente Emmanuel Macron que descarte, por el momento, un adelanto electoral y que designe en las próximas 48 horas a un nuevo jefe de Gobierno capaz de aglutinar una mayoría parlamentaria de estabilidad. En una entrevista concedida a la cadena pública France 2, Lecornu zanjó cualquier duda sobre su continuidad en el cargo al afirmar que su “misión ha terminado”, tras haber cumplido con el encargo presidencial de sondear posibles acuerdos entre los grupos políticos representados en la Asamblea Nacional.

El dirigente conservador, de 39 años, que había presentado su dimisión el pasado lunes, fue designado temporalmente para intentar evitar una nueva crisis institucional mediante la búsqueda de un pacto que desbloquee la parálisis legislativa. Después de dos intensas jornadas de contactos, que culminaron este miércoles con una reunión de casi dos horas en el Palacio del Elíseo, el propio Lecornu concluyó que existen “márgenes para el entendimiento” entre las fuerzas moderadas, especialmente en torno a la aprobación del presupuesto de 2026 antes de que finalice el año.

Los partidos moderados, dispuestos a un acuerdo presupuestario

Las conversaciones, según fuentes cercanas al Ejecutivo, se centraron en la posibilidad de alcanzar un “contrato de estabilidad” que incluya medidas concretas en materia fiscal, de pensiones y de poder adquisitivo. Lecornu, que en los últimos días se ha convertido en una figura clave del macronismo, defendió la viabilidad de un pacto transversal entre socialistas, ecologistas, comunistas, centristas y conservadores moderados.

“Una mayoría de la Asamblea Nacional rechaza la disolución, porque ve claramente que no aporta ninguna solución”, declaró el primer ministro saliente, insistiendo en que “hay varios grupos dispuestos a ponerse de acuerdo sobre un presupuesto común”. En su intervención televisiva, Lecornu deslizó además que Macron debería “nombrar un nuevo primer ministro en las próximas 48 horas”, un plazo que el propio presidente habría aceptado para evitar prolongar el vacío de poder.

La perspectiva de un adelanto legislativo había generado un clima de creciente incertidumbre política y económica en Francia. Los mercados castigaron duramente al país en las últimas horas, mientras la popularidad del presidente Macron se desplomaba hasta el 14%, su nivel más bajo desde el inicio de su mandato.

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El primer ministro saliente de Francia, Sebastien Lecornu, hace una comparecencia en el Hotel Matignon, la residencia del primer ministro, el miércoles 8 de octubre de 2025. (Stephanie Lecocq, Pool via AP)

La reforma de las pensiones, punto de fricción

El gran obstáculo para un consenso sigue siendo la reforma de las pensiones, aprobada en 2023 por decreto y sin votación parlamentaria, que elevó la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. La medida, considerada el principal símbolo del desgaste político de Macron, provocó una oleada de protestas sindicales y una ruptura casi total entre el Gobierno y la izquierda.

Durante su entrevista, Lecornu reconoció que “habrá que encontrar un camino hacia el debate sobre la suspensión” de dicha reforma, dando a entender que el futuro primer ministro podría explorar su revisión parcial. “No estoy aquí para hacer anuncios, ya que he dimitido, pero este tema es, en efecto, un verdadero punto de bloqueo”, admitió.

Sin embargo, el ala conservadora rechaza de plano cualquier retroceso. Roland Lescure, ministro de Economía dimisionario, advirtió en declaraciones a France Inter que modificar la reforma “costará cientos de millones en 2026 y miles de millones en 2027”. Aunque se mostró dispuesto a “hacer concesiones”, subrayó que “habrá que financiarlas”.

La izquierda, por su parte, exige que la suspensión sea condición indispensable para participar en cualquier acuerdo. El economista Thomas Piketty, una de las voces más influyentes en el debate público, reclamó abiertamente que Macron “pruebe con un primer ministro de izquierdas después de tres intentos fallidos de centroderecha”.

La ultraderecha y la izquierda radical, fuera de las negociaciones

Ni la ultraderechista Marine Le Pen ni el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, participaron en las rondas de contactos dirigidas por Lecornu. Ambos dirigentes han rechazado cualquier colaboración con el presidente y reclaman la disolución inmediata de la Asamblea Nacional.

Le Pen anunció que presentará una moción de censura “sea cual sea el Ejecutivo que salga de esas negociaciones” y denunció “el patético espectáculo de juegos partidistas” en el que, según ella, se ha convertido la política francesa. Mélenchon, por su parte, ha pedido directamente la dimisión de Macron y prometió votar contra cualquier nuevo Gobierno “de continuidad”.

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Los últimos sondeos, publicados este miércoles, otorgan un 33% de intención de voto al Reagrupamiento Nacional de Le Pen en unas eventuales legislativas, frente al 25% de la alianza de izquierdas y el 14% del bloque centrista macronista. La derecha tradicional obtendría alrededor del 12%.

En este contexto de fragmentación extrema, la hipótesis de una nueva disolución de la Asamblea —como la que ya tuvo lugar en 2024— sigue siendo una apuesta arriesgada para Macron. Pese al avance de la extrema derecha, las encuestas no garantizan la formación de una mayoría estable, lo que podría conducir de nuevo a un bloqueo institucional.