Las estrictas reglas del príncipe Guillermo y Kate Middleton en la crianza de sus hijos: comunicación abierta y una prohibición

En su entrevista televisiva, el primogénito del rey Carlos III ha revelado algunos detalles sobre la educación de George, Charlotte y Louis

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Los príncipes de Gales, Guillermo
Los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, junto a sus tres hijos en un vídeo difundido por Kensington Palace. (RRSS)

La vida cotidiana en Adelaide Cottage, la residencia de los príncipes de Gales en Windsor, se caracteriza por una serie de reglas de crianza estrictas y poco habituales, diseñadas para ofrecer a sus hijos —el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis— una infancia lo más normal posible. Entre las normas más destacadas figura la prohibición de móviles para los niños, una medida que los padres consideran esencial para protegerlos y fomentar la comunicación familiar.

En su reciente entrevista televisiva, el príncipe Guillermo ha sido claro sobre esta política familiar: “Ninguno de nuestros hijos tiene teléfono, somos muy estrictos con eso”, declaró durante su conversación con Eugene Levy en el programa The Reluctant Traveller. Esta decisión, que ha sorprendido a muchos por la edad de los niños —George tiene doce años, Charlotte diez y Louis siete—, responde al deseo de los príncipes de mantener a sus hijos alejados de las redes sociales y de las distracciones digitales durante sus primeros años de formación.

La rutina diaria en el hogar de los príncipes de Gales también resalta la importancia de compartir las comidas en familia. Guillermo explicó que sentarse juntos a la mesa para cenar y conversar sobre el día es una tradición fundamental. “Nos sentamos y charlamos, es realmente importante”, afirmó el príncipe, subrayando que tanto él como Kate Middleton se esfuerzan por equilibrar sus responsabilidades oficiales con la vida familiar. “Lo más importante en mi vida es la familia, y todo gira en torno al futuro; si no das a los niños un hogar feliz, saludable y estable desde el principio, creo que les espera un camino difícil”, confesó el príncipe en su charla con Eugene Levy.

Participación en tareas domésticas

En el entorno doméstico, Guillermo y Kate tratan de reforzar la normalidad con la participación activa de los niños en las tareas del hogar. Aunque cuentan con una niñera a tiempo completo, Maria Turrion Borrallo, ella no reside en la casa, lo cual permite a los príncipes implicarse en la vida diaria de sus hijos. A este respecto, la experta en temas reales Katie Nicholl explicó previamente a Mirror que los niños “tienen que hacer tareas a cambio de su paga semanal”, y que en Adelaide Cottage “están logrando realmente tener una vida familiar normal, feliz y ordinaria”. Los pequeños ayudan a poner la mesa, recogen sus platos y colaboran en la limpieza, sin recibir ningún trato especial por su condición real.

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La ausencia de una niñera interna es una decisión consciente de Guillermo y Kate, quienes prefieren encargarse personalmente de llevar y recoger a sus hijos del colegio siempre que sus agendas lo permiten. Esta implicación directa ha sido reconocida por otros padres del colegio Lambrook, quienes valoran la puntualidad y el compromiso de los príncipes en la rutina escolar.

Comunicación abierta

La comunicación abierta y el manejo emocional son otros pilares de la crianza en la familia de los príncipes de Gales, especialmente tras el diagnóstico de cáncer de Kate Middleton. Guillermo ha señalado que en su hogar se habla de los temas difíciles con franqueza: “Somos una familia muy abierta, hablamos de las cosas que nos preocupan, pero nunca sabes del todo el efecto que pueden tener. Lo importante es estar ahí para los demás y tranquilizar a los niños de que todo está bien”, explicó en su entrevista. El primogénito del rey Carlos III añadió que cada persona tiene sus propios mecanismos para afrontar las dificultades y que sus hijos han sabido adaptarse “de manera brillante” a la situación de salud de su madre.

Una de las reglas más firmes en la casa es la prohibición absoluta de gritar. Según declaró a The Sun una fuente cercana a los príncipes en 2020, “gritar está completamente prohibido para los niños y cualquier indicio de gritos se resuelve apartando a los implicados”. En esos momentos, Guillermo o Kate utilizan el llamado ‘chat sofa’, un método que consiste en sentarse con el niño para hablar sobre lo ocurrido y ayudarle a expresar sus emociones de forma calmada. Esta política también se aplica a los propios padres, quienes nunca levantan la voz al disciplinar a sus hijos, sino que explican las consecuencias de sus actos con serenidad.