Una mujer muere asfixiada al quedar su cabeza atrapada entre el elevalunas del coche: “Comenzó a dar marcha atrás”

Hace unos meses, Bernadette Delmotte falleció accidentalmente mientras limpiaba su coche en Saona y Loira (Francia), asfixiada por el cierre automático de las ventanillas.

Esta mujer, nacida en el Congo, de origen belga, y exentrenadora y consultora de entrenamiento, había abandonado París para comprarse una casa hace diez años en Saona y Loira (Francia). “Se había enamorado perdidamente de este lugar”, dice Béatrice según France3, una de sus mejores amigas. “También estaba muy comprometida con el pueblo. Era amiga de todos, del alcalde, de los vecinos...”.

El accidente dejó desconcertada hasta a la policía, sin embargo, la investigación ha establecido progresivamente las bases de lo que sucedió realmente: un accidente sin la intervención de terceros y muerte por asfixia. El coche, que no tenía puesto el freno de mano, empezó a rodar hacia atrás. Para detenerlo, Bernadette se abalanzó por la ventanilla abierta para que no siguiera avanzando. Pero su mano se movió sobre el control de la ventanilla, y para cuando se enderezó, se detuvo sobre su cuello.

Su mejor amiga, Béatrice, fue la primera en enterarse de la tragedia. Preocupada porque Bernadette no llegó a una comida que organizaron, y tras no responder varias de sus llamadas, decidió ir a su casa. Fue allí cuando la descubrió asomada por la ventanilla de su Fiat 500 rojo, sin vida.

El desconcierto marcó los primeros momentos tras esta pérdida. Todos sus seres queridos coinciden en lo mismo: una mezcla de confusión y negación tras lo ocurrido. No les resultó fácil comprender cómo un hecho tan cotidiano como limpiar el coche puede transformarse, en cuestión de segundos, en una tragedia que cambió sus vidas.

“Al principio, incluso la policía estaba confundida”, recuerda François Delmotte según France3, hermano de la fallecida. “Se preguntaban: ‘¿Qué demonios pasó?’. Yo tampoco lo entendía. Cuando me llamaron para contármelo, estaba confundido, en negación. Abrumado por la emoción, me dije a mí mismo de todo: que alguien la había atacado, que se había suicidado... y luego, poco a poco, lo comprendí“.

“Cuando pierdes a alguien tan querido, al principio te quedas incrédulo. Luego piensas en las circunstancias“, explica Béatrice. “Fue tan misterioso: pensamos en muchas cosas, ya sea que había sufrido un infarto o que alguien, un loco, había venido a robarle el coche y hacerle daño. Pero nunca nos imaginamos lo que realmente ocurrió”.

Un Fiat 500, como la mayoría de los vehículos modernos, cuenta con sistemas de seguridad anti-pinzamientos en las ventanillas, que efectúan que se pare al detectar un obstáculo. Este caso pone en duda el correcto funcionamiento del sistema, haciendo pensar a sus familiares de que se trató de un fallo que podría haber evitado la tragedia.

Algunas de las preguntas que atormentan a los seres queridos de la víctima son las siguientes: ¿El vehículo no tenía sistema de seguridad? ¿O tenía uno que resultó defectuoso? ¿Fue el propietario quien lo activó y configuró? La situación ha provocado que el hermano de la víctima escriba una carta a Fiat, donde deja constancia de que no está en proceso de reclamar una indemnización: “Eso no me devolverá a mi hermana. Simplemente quiero empezar a considerarlo para evitar más tragedias”