Simón Pérez recuerda su video viral con Silvia Charro y se rompe: “No quiero llorar en directo...”

El programa ‘Equipo de Investigación’ ha traído al presente a los dos economistas, que cayeron en desgracia tras un polémico vídeo que se hizo viral en 2017

Guardar
Simón Pérez en el programa
Simón Pérez en el programa 'Equipo de investigación'. (La Sexta)

Viendo el currículum de Simón Pérez nada hacía presagiar que acabaría convertido en el protagonista de un video viral que no solo sigue siendo recordado, también terminó con su carrera. Fue en el año 2017 cuando el economista, que estaba licenciado con excelencia, tenía un máster con honores, trabajaba como profesor en la universidad y también como asesor en la banca privada, saltó a las redes sociales tras publicarse un video en el que junto a la que era su pareja por entonces, Silvia Charro, en el que hablaban sobre las ventajas de las hipotecas fijas.

Si bien el contenido no podía ser más serio, ambos aparecían en malas condiciones. Tenían las pupilas dilatadas, la mandíbula desencajada, estaban nerviosos... Como se supo más tarde, ambos habían consumido cocaína poco antes y los efectos eran innegables. Pese a esto, el vídeo se publicó y todo comenzó a desmoronarse bajo sus pies.

Simón Pérez en el programa
Simón Pérez en el programa 'Equipo de investigación'. (La Sexta)

Ocho años más tarde, Simón Pérez ha vuelto a ponerse ante las cámaras, en esta ocasión de Equipo de investigación, donde ha recordado de su caída a los infiernos. El economista, antes de entrar en el asunto, se rompe al ver las imágenes: “Voy a fumar, que no quiero llorar en directo; me da mucha pena verme tan guapo y arreglado, y ahora tan desmejorado...”, dijo antes de ponerse en pie, para después contar que por entonces tenía “una casa en Madrid, otra en Barcelona y un BMW”.

Según ha narrado en el espacio de La Sexta, el detonante fue la presión por los números y es que “nos pusimos el objetivo de llegar a doce millones de euros al año. No llegaba, así que empecé a trabajar muchas horas y a meterme coca para trabajar y en diciembre pasó lo del vídeo viral”.

Silvia Charro en el programa
Silvia Charro en el programa 'Equipo de investigación'. (La Sexta)

Así se gestó el vídeo de la polémica

Silvia Charro, que también estaba en plató, recordó los acontecimientos del día en el que grabaron. Contó que Simón la llamó porque le dijeron que tenían que “repetir el vídeo porque no había salido bien, no se oía bien”. “Yo le dije que casi no había dormido, que estaba en una comida de empresa en la que estaba bebiendo, pero mis jefes me dijeron que fuera y diera el nombre de la empresa, así que fui. Recuerdo que Simón me recogió en taxi y yo me caí al abrir la puerta. Estaba en un estado horrible”, contó Silvia, asegurando que “era la primera vez” que se ponía “delante de una cámara”.

Decidimos consumir coca para que se le bajara la borrachera”, confesó Simón, que explicaba que la que era su pareja estaba “toda borracha”. “Al día siguiente me llamó mi jefe preguntándome que qué había hecho. Yo no entendía nada y me dijo que buscara mi nombre en Google”. Fue entonces cuando fueron conscientes de lo que había sucedido.

Simón Pérez y Silvia Charro
Simón Pérez y Silvia Charro en su video viral. (YouTube)

Al día siguiente a los dos les despidieron de sus trabajos. “Yo era el dueño del 35 por ciento de una empresa. Mis acciones valían 680 mil euros, era todo mi patrimonio. Me quedé en la calle con 30.000 euros y un gasto mensual de entre cinco y ocho mil. Es la tumba de mi carrera como economista y el nacimiento como payaso virtual, como un meme”, reveló Simón Pérez, que no ha logrado reponerse.

De hecho, tal y como cuenta en el espacio televisivo, a día de hoy se ‘gana la vida’ haciendo retos extremos y peligrosos a cambio de dinero. “Por 200 euros tiré una impresora por la ventana y tengo un juicio pendiente y una multa de 3.000 euros. No lo volvería a hacer, es uno de los retos que no debería haber hecho”. No solo eso, pues también ha llegado a vestirse de Pikachu, bajar a la calle y gritar “‘puta, límpiame la casa’”, a cambio de 200 euros.

“Prácticamente, todos los días me pagan por algo”, cuenta, antes de dar desvelar más de estos retos: “Me rapé las cejas por 1.000 euros la primera vez, la segunda por 200 y la tercera por 80 euros, y ahora si tú me das 50 euros, yo me rapo las cejas si quieres”.