Cuánto cuesta un euro frente al dólar este 6 de octubre

La moneda estadounidense tiene cambios en su cotización de forma permanente

Guardar
El euro es la moneda
El euro es la moneda de la Unión Europea y su símbolo es €. (Jesús Avilés/Infobae)

La relación euro-dólar es clave para entender qué está pasando en la economía global. Cuando una de estas monedas se mueve, los efectos se sienten en las bolsas, en los precios de productos importados y hasta en las decisiones de inversión de grandes empresas.

Hoy, la divisa estadounidense muestra variaciones importantes frente al euro, en un contexto marcado por cambios en las tasas de interés, datos económicos mixtos y tensiones geopolíticas.

Aquí te contamos cómo se movió el tipo de cambio este 6 de octubre y qué factores están detrás de su comportamiento.

Precio del dólar en euros hoy

El euro, también llamada moneda
El euro, también llamada moneda única, es la moneda oficial de la Unión Europea. (Archivo Infobae/Agencias)

En la última sesión, el mercado de divisas experimentó variaciones en el dólar estadounidense y el euro. De acuerdo con los últimos datos, 1 dólar estadounidense se cambia por 0,8532 euros.

Estas variaciones en el tipo de cambio son indicativas de cómo los cambios económicos, las políticas de la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. y el Banco Central Europeo, junto con los acontecimientos geopolíticos y socioeconómicos, afectan la valoración de las monedas.

Mantenerse al día con el tipo de cambio es crucial para los agentes de la economía mundial, ya que facilita la toma de decisiones informadas y adecuadas en un panorama económico.

Proyecciones económicas para Europa en el cierre de 2025

El euro es la moneda
El euro es la moneda oficial de 20 países de la Unión Europea. (Archivo Infobae/Agencias)

La Comisión Europea destacó en su más reciente reporte de primavera de 2025 que la economía de la región arrancó con una base más sólida de lo previsto y se espera que mantenga un ritmo moderado en lo que resta de este periodo con una recuperación previstas para el 2026, a pesar de la incertidumbre de los mercados globales y las tensiones comerciales.

Se espera que el proceso desinflacionario en curso avance de forma sostenida, tras moderarse hasta el 2.4% en 2024 y se proyecta que la inflación en la eurozona alcance el objetivo del Banco Central Europeo (BCE) del 2% para este año y mantenga este tendencia en 2026.

Los mercados globales se mantienen a la expectativa de las políticas comerciales de Estados Unidos, principalmente la imposición de aranceles impulsados por la administración de Donald Trump a sus principales socios comerciales.

La Comisión Europea especificó que si bien el aumento de los aranceles desplaza la demanda estadounidense de las importaciones hacia los bienes de producción nacional, también actúa como un shock adverso de oferta, puesto que encarece los bienes extranjeros para los hogares y las empresas estadounidenses.

Las peores caídas del euro en su historia

A lo largo de su historia, la moneda europea ha sufrido varias caídas que afectaron tanto su cotización como la confianza en la economía de la Eurozona. Una de las más severas ocurrió en 2010, durante la crisis de deuda soberana. Países como Grecia, Irlanda y España atravesaban serios problemas financieros, lo que llevó a la creación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para frenar el contagio y restaurar la confianza.

Otro momento crítico se dio entre 2022 y 2023, cuando el euro cayó a su nivel más bajo frente al dólar en dos décadas, alcanzando la paridad 1:1. La guerra en Ucrania, la crisis energética por el recorte del gas ruso y la diferencia en políticas monetarias entre el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Europeo de Desarrollo (FED) provocaron una fuga de capitales hacia el dólar, debilitando aún más la divisa europea.

Para 2025, el valor del euro volvió a resentirse tras un acuerdo comercial con Estados Unidos que elevó los aranceles a exportaciones europeas. Esto generó inquietud sobre una posible desaceleración económica en la región, reflejando la vulnerabilidad de la moneda frente a tensiones comerciales.

En 2012, durante una etapa crítica de la crisis financiera, la imposibilidad de devaluar a nivel nacional dentro de la Eurozona agravó los desequilibrios. La caída del tipo de cambio afectó exportaciones clave, especialmente de Alemania y contribuyó a una mayor incertidumbre económica en el bloque.