La marea pro-palestina abarrota las calles de Italia y presiona a Meloni para que endurezca su postura contra Israel tras la captura de la flotilla

Bloqueando puertos, escuelas y carreteras, los estudiantes, sindicatos y marineros han protestado en las calles de decenas de ciudades en solidaridad de los activistas detenidos en Tel Aviv

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Un manifestante propalestino sostiene un
Un manifestante propalestino sostiene un trozo de tela con el mensaje "No soy Giorgia", en Roma, Italia, a 4 de octubre de 2025. (REUTERS/Claudia Greco)

Desde Turín hasta Nápoles, pasando por Roma, una marea humana pro-palestina sin precedentes ha inundado esta semana las calles de decenas de ciudades italianas para exigir el “fin del genocidio en Gaza” y sanciones contra Israel, en el marco de la huelga general convocada en señal de solidaridad con la Global Sumud Flotilla. La nueva jornada de manifestaciones de este sábado en Roma ha congregado a cientos de miles de personas al grito de “Palestina Libre” o “¡Gobierno de Meloni, dimisión!, sumando así más de un millón de asistentes en total.

Las protestas tuvieron su origen el miércoles, después de que la Armada israelí interceptara en aguas internacionales la Flotilla Global Sumud pro-palestina, una misión humanitaria internacional para llevar ayuda a Gaza rompiendo el bloqueo naval Israel. A bordo de los más de 40 barcos civiles viajaban unas 500 personas, incluidos políticos y la activista climática Greta Thunberg. En la delegación italiana había políticos de la oposición y una veintena de activistas.

El pasado miércoles en Nápoles, grupos pro-palestinos bloquearon la estación de tren, mientras que en la capital se llegaron a congregar en esa misma jornada unas 10.000 personas que marcharon hacia las oficinas de Meloni antes de ser detenidas por la policía. La mayor central sindical del país, CGIL, convocó de inmediato una huelga general programada para el pasado viernes, y los estibadores de Génova impidieron con éxito el acceso al puerto con el fin de bloquear las armas israelíes y sofocar el comercio. Italia ya vivió una huelga el 22 de septiembre en apoyo a la causa palestina, pero dicho paro contaba sólo con el apoyo de la Unión Sindical de Base (USB), por lo que no llegó a tomar la fuerza que se esperaba.

Sindicatos, marineros y la generación Z siguen dispuestos a desafiar a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien trata de mantener una posición equidistante desde el inicio del conflicto en Oriente Medio. Y es que el Gobierno de extrema derecha de Meloni, lejos de mostrar su condena contra las detenciones de los activistas, se ha mostrado muy crítico con la misión a la que llegó a tildar de “innecesaria, peligrosa e irresponsable”.

Meloni se mantiene firme sobre el reconocimiento del Estado Palestino

Meloni ha llegado a citicar la matanza de ciudadanos palestinos en Gaza, afirmando que la respuesta de Israel a los atentados de Hamás el pasado 7 de octubre de 2023 es “desproporcionada”. Pero en lo que a la solución de dos estados se mantiene firme y muestra reservas: Italia solo reconocerá el Estado palestino si se liberan los rehenes israelíes y el grupo Hamás abandona el gobierno, una postura que trata de contentar a la administración conservadora de Donald Trump en Estados Unidos.

Mientras crece la presión para que Hamas acepte el alto el fuego, Israel continúa sus operaciones en Gaza

De hecho, la italiana ha acusado a la oposición de instrumentalizar el incidente de la flotilla y ha sostenido que las huelgas solo perjudicarán a los italianos. En un video publicado en Facebook, advirtió que “en los próximos días, me temo, los ciudadanos italianos afrontarán varios inconvenientes debido a un asunto que, a mi juicio, tiene poco que ver con la cuestión palestina y mucho con asuntos internos italianos”.

Pero en el panorama europeo, son cada vez más los países que endurecen su postura contra el gobierno de Benjamin Netanyahu. También la Comisión Europea, que propuso a principios de septiembre una serie de sanciones a los ministros extremistas y la suspensión parcial del Acuerdo de Asociación. Mientras, la presión social empuja a sus líderes, desde Roma hasta Madrid, con el objetivo de pedir a sus líderes endurecer las medidas. Los avances en el plan de paz propuesto por EEUU podrían empujar a Meloni para sumarse al esfuerzo europeo.