La Fundación Juan March presenta su nueva exposición sobre Robert Rauschenberg: “Es el puente entre el expresionismo abstracto y el pop art”

Con motivo de su centenario se conmemorará la ecléctica y multidisciplinar producción cultural del artista

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Robert Rauschenberg trabajando en su
Robert Rauschenberg trabajando en su estudio. (Fuente: Instagram)

El mes de octubre llega con la inauguración de nuevas exposiciones en la ciudad de Madrid. Entre ellas destaca la que presenta la Fundación Juan March, titulada “Robert Rauschenberg: el uso de imágenes”, una muestra monográfica dedicada al artista estadounidense considerado el puente entre el expresionismo abstracto y el pop art. Con motivo del centenario de su nacimiento, la fundación conmemora su ecléctica y multidisciplinar producción artística, devolviendo a la escena madrileña una obra que marcó un antes y un después en la historia del arte contemporáneo.

La exposición supone, además, un acontecimiento histórico: han pasado ya 40 años desde la última vez que la Fundación Juan March organizó una muestra dedicada a Rauschenberg. En esta ocasión, se revisa su manera singular de utilizar la fotografía y la imagen como dispositivos vertebradores de su propuesta creativa. El recorrido reúne una extraordinaria diversidad de materiales: pintura, collages fotográficos, ensamblajes, objetos encontrados e incluso experimentaciones con técnicas insólitas y materiales poco habituales, todo ello testimonio de su constante búsqueda de nuevos lenguajes visuales. Asistimos a una retrospectiva poco convencional, un viaje entre la versatilidad artística.

Producción artística del ecléctico creador
Producción artística del ecléctico creador

De esta manera, sus obras nos invitan a reflexionar sobre el diálogo entre disciplinas y la capacidad del arte contemporáneo de —a través de sus infinitas posibilidades— resignificar los objetos y los materiales, aportando nuevos y más complejos significados. Esta exposición en concreto abarca desde sus célebres Combines (1954-1964), donde fusionó pintura y collage fotográfico con objetos encontrados —a menudo desechos recogidos en la calle o en anticuarios—, hasta sus incursiones más experimentales con técnicas y materiales poco habituales en la práctica artística. Como él mismo afirmaba: Un par de calcetines no es menos apropiado para hacer una pintura que la madera, los clavos, el aguarrás, el aceite y la tela.

Naturaleza muerta escondida (Cortesía de
Naturaleza muerta escondida (Cortesía de Bonhams).

Una retrospectiva multicultural

La exposición, organizada en seis secciones, comienza con las primeras fotografías que Rauschenberg tomó en el Black Mountain College y en Nueva York en los años cincuenta. Después se muestran sus Combines y diferentes técnicas gráficas, y más adelante sus proyectos de escenografía y vestuario junto a la bailarina y coreógrafa Trisha Brown.

Video promocional de la muestra de Helen Frankenthaler en el Museo Guggenheim Bilbao.

También incluye obras de la serie ROCI (Rauschenberg Overseas Culture Interchange, 1984-1991), en la que el artista trabajó con países donde la libertad de expresión o el acceso a la cultura occidental eran limitados, a menudo por regímenes totalitarios. Durante los años ochenta visitó diez países para representar su proyecto, y en esta exposición se presentan piezas dedicadas a Chile, Cuba, Venezuela y Estados Unidos.

A lo largo de su vida, Rauschenberg exploró pintura, escultura, performance y varias técnicas gráficas, rompiendo con la jerarquía tradicional entre disciplinas artísticas. Como señala la introducción del catálogo de la exposición: “En este centenario, el artista sigue muy vivo entre nosotros. No solo fue, como se ha argumentado, un creador bisagra entre el expresionismo abstracto y el pop, sino que su manera de concebir el arte y la práctica artística lo convirtieron en precursor de generaciones posteriores y movimientos artísticos como el ‘nouveau réalisme’ o el ‘arte povera’”.