La pintura temporal que es perfecta si vives de alquiler: para suelos, muebles y paredes y solo hay que despegar

La firma Glasst presenta Unpaint, un recubrimiento biodegradable que se aplica como pintura y se retira como una lámina, ideal para inquilinos, museos o decoraciones temporales

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Imagen de una pared pintada
Imagen de una pared pintada (Freepik)

Vivir de alquiler es ya una realidad para una gran parte de los españoles. Según la última Radiografía del Mercado de la Vivienda elaborada por Fotocasa, uno de cada cuatro españoles (25%) vive de alquiler. La cifra se dispara entre los jóvenes: casi un 70% asegura no poder acceder a la compra de una vivienda y depende de este sistema.

Si bien alquilar tiene ventajas como la movilidad o la ausencia de hipoteca, presenta un inconveniente recurrente: la dificultad de personalizar el espacio. Los contratos suelen prohibir modificaciones permanentes, desde pintar paredes hasta sustituir el mobiliario, salvo que el inquilino se comprometa a devolver la casa tal y como la recibió.

Ese choque entre el deseo de hacer de un piso “una casa” y las limitaciones del alquiler ha sido el punto de partida de una innovación que promete cambiar las reglas del juego.

Mujer en una casa de
Mujer en una casa de alquiler (Freepik)

Una pintura que se despega como un plástico

La marca colombiana Glasst ha presentado en una feria de tecnología su nuevo producto: Unpaint, una pintura temporal que, una vez seca, puede retirarse de cualquier superficie sin dejar rastro ni dañarla.

El secreto está en su tecnología llamada “Glasstomer”, que convierte la pintura líquida en una fina película elástica y biodegradable. Esta capa se desprende de forma muy similar al plástico protector que recubre las pantallas de los dispositivos nuevos.

El modo de aplicación es idéntico al de una pintura convencional: se vierte en una bandeja y se aplica con brocha, rodillo o incluso con spray. Los fabricantes recomiendan dos o tres capas con intervalos de una hora de secado. Tras 24 horas, la superficie queda lista y, a simple vista, parece una pared recién pintada.

Aunque su primer mercado natural son los inquilinos, las posibilidades de Unpaint van mucho más allá. Museos, galerías de arte o tiendas podrían utilizarla para renovar la estética de sus salas en cada exposición o temporada de ventas.

La compañía también sugiere usos creativos en festividades como Navidad o Halloween, en cuartos infantiles como lienzos gigantes para que los niños pinten sin miedo, o incluso en hoteles que busquen una identidad visual cambiante sin costes de obra.

El producto es apto para superficies muy diversas: mármol, madera, cristal, metal, ladrillo, estuco, granito e incluso algunas telas.

Ventajas y limitaciones

Entre sus beneficios destacan la reversibilidad, la sostenibilidad y la seguridad de uso. Al ser biodegradable, el recubrimiento comienza a deteriorarse de forma natural unos 12 meses después de la aplicación. Esto permite que no genere residuos contaminantes y se convierta en una opción más ecológica frente a las pinturas sintéticas tradicionales.

Sin embargo, no es tan resistente como una pintura convencional: se raya con mayor facilidad y soporta peor los golpes. Se trata, en definitiva, de una solución para quien busca un cambio estético temporal y no un acabado permanente.

Para retirarla, basta con pinchar una esquina y tirar. La película sale entera, con una textura parecida a la de un globo, sin necesidad de lijar ni aplicar disolventes.

Por el momento, Glasst busca ampliar su red de distribución. Actualmente, Unpaint se comercializa a través de la página web oficial de la marca y en Amazon en algunos países, aunque aún no ha llegado a España.

Este odría convertirse en un aliado inesperado para los millones de inquilinos que desean darle personalidad a sus viviendas sin entrar en conflicto con sus caseros.