Un hombre se para a repostar diésel y su camión se avería 200 metros más adelante: termina con una factura de más de 7.000 euros

El afectado intentó sin éxito contactar con la estación, que atribuye el fallo a bacterias en el gasoil y asegura haber encargado la limpieza del depósito de la gasolinera

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Un empleado trabaja cerca de
Un empleado trabaja cerca de una boquilla dispensadora de combustible en una gasolinera (REUTERS/Raquel Cunha)

Un repostaje en una estación de servicio de Vaucluse ha acabado costándole más de 7.000 euros a un artesano electricista francés. El pasado 22 de septiembre, su camión se averió apenas 200 metros después de llenar el depósito de gasoil en el Relais de la Mède, cerca de Carpentras.

Según relató a Ici Vaucluse, Ricard se detuvo en la estación cuando el camión estaba prácticamente en la reserva. Tras repostar, recorrió apenas entre 200 y 300 metros antes de que el motor se detuviese de manera brusca, obligándole a apartarse al arcén. “El camión se paró de golpe, por suerte pude colocarlo a un lado”, explicó el afectado.

Enseguida, varias vecinas de la zona le advirtieron de que no era el único en sufrir ese problema. “Me dijeron que un camping-car y otro coche habían tenido la misma avería, y que no era la primera vez que ocurría algo similar en esa gasolinera, donde ya habían denunciado infiltraciones de agua”, relató el artesano.

Tras llamar a la grúa y llevar el vehículo al taller, la reparación ascendió a 7.396,38 euros, una cifra que representa un duro golpe económico para este trabajador por cuenta propia, que depende de su camión para su actividad diaria.

Reclamos sin respuesta

Nada más producirse la avería, Ricard trató de ponerse en contacto con los responsables del establecimiento. Sin embargo, el intento resultó en vano. La estación funcionaba en modo autoservicio y el local permanecía con el cierre echado. Los números de teléfono que aparecían en la fachada tampoco ofrecieron ninguna respuesta.

Una persona carga combustible en
Una persona carga combustible en una gasolinera (REUTERS/Kevin Lamarque)

“Llamé decenas de veces a los dos números, dejé mensajes durante toda la semana y nadie respondió”, lamenta. Ante la imposibilidad de hablar con los responsables, decidió alertar en redes sociales a otros automovilistas de la zona para evitar que más conductores cayeran en la misma situación.

El problema, asegura, va más allá de lo económico. “Si hay infiltraciones en los suelos, el riesgo de contaminación es evidente. Me preocupa también que nadie haga nada por controlar esa situación”, añadió el electricista, que finalmente logró contactar con los actuales gestores de la estación. Estos le habrían asegurado que trabajan en una solución.

Una bacteria en el gasoil

Según explicó la hija de la actual responsable de la estación, el caso no tendría relación con agua infiltrada, sino con una bacteria que puede proliferar en el gasoil. Una empresa especializada habría analizado el depósito y detectado este problema. “Una bacteria se ha desarrollado en el gasoil, pero en ningún caso había litros de agua en el depósito de la gasolinera”, afirmó, negando así las sospechas planteadas por los vecinos.

La misma fuente adelantó que la limpieza del depósito de la gasolinera ya está programada y que la estación volverá a funcionar con normalidad en cuanto el procedimiento se complete. “Cuando el servicio se reanude, pondremos un cartel para avisar a la clientela”, detalló.

Parte de la confusión se debe a la gestión del establecimiento. El anterior propietario falleció a principios de año, y su viuda se hizo cargo del negocio. El teléfono que todavía figura en la fachada pertenecía al difunto, de modo que no se encuentra operativo.

Casos similares en la región

No es la primera vez que aparecen quejas en la zona por carburante de mala calidad. Sofiane, un carrocero que también reposta en el mismo lugar, restó gravedad a lo sucedido y apuntó a una hipótesis distinta: “Si hay agua, el motor puede dar tirones, pero poco más. Lo que ocurre a veces es que hay gente que roba el gasoil y lo sustituye por agua, un método que ya se ha visto en Marsella”.

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Otro vecino de Caromb relató igualmente un percance parecido tras repostar en una estación distinta de la misma región. En su caso, la factura de reparación alcanzó casi los 10.000 euros, lo que pone de manifiesto la magnitud de los daños que un combustible contaminado puede provocar en los vehículos modernos.