Telma Ortiz, hermana de la reina Letizia, podría ser denunciada por el impago de su casa en La Moraleja: “Ella pensaba que su pareja iba a pagar”

La vida personal de Telma Ortiz, hermana de la reina Letizia, atraviesa uno de sus capítulos más delicados. A la reciente ruptura con el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar se suma un conflicto legal derivado de la vivienda que ambos compartían en la exclusiva urbanización madrileña de La Moraleja. Lo que comenzó como una historia sentimental marcada por la discreción ha acabado transformándose en un asunto con tintes judiciales y una nueva exposición mediática de la cuñada de Felipe VI.

Telma y Robert habían consolidado una relación de más de seis años, de la que nació una hija en común. Sin embargo, las diferencias en torno a la economía familiar minaron la convivencia. Diversas fuentes apuntaron a Vanitatis que Ortiz asumía la mayor parte de los gastos del hogar, mientras que el irlandés apenas aportaba ingresos regulares, lo que acabó generando tensiones continuas. A ello se sumaba el elevado ritmo de vida que Gavin aspiraba a mantener, muy por encima de las posibilidades reales de la pareja.

La gota que colmó el vaso, sin embargo, no fue solo el dinero. El abogado decidió publicar hace un par de años El cuarto poder, un libro en el que volcó sus reflexiones sobre la política y la sociedad. Telma nunca apoyó el proyecto y, según personas cercanas, esa discrepancia derivó en fuertes discusiones, una de ellas tan grave que marcó un antes y un después en su relación. Desde entonces, la distancia entre ambos se hizo cada vez más evidente.

El domicilio que compartían se convirtió en el símbolo de sus desencuentros. Se trataba de un chalé de alto nivel cuyo alquiler ascendía a 5.000 euros mensuales. El contrato figuraba a nombre de los dos, lo que hacía que ambos fueran responsables de las obligaciones de pago. No obstante, desde mayo del pasado año dejaron de abonar la renta, un hecho que sorprendió a los propietarios.

Según ha relatado el periodista Luis Pliego en el programa El tiempo justo, los arrendadores habían confiado en que, por tratarse de la hermana de la reina, no tendrían problemas con los pagos. Incluso aceptaron una fianza inferior a la habitual, convencidos de la solvencia de los inquilinos. La realidad fue distinta: la fianza se agotó pronto y, al no recibir más dinero, los dueños encargaron a sus abogados la redacción de una orden de desahucio.

Lo más llamativo es que los propietarios descubrieron por la prensa que la vivienda estaba desocupada. Aseguran que ni Telma ni Robert entregaron las llaves ni notificaron oficialmente su marcha. No obstante, el director de la revista explica que la hermana de la reina podría esquivar los tribunales: “Ahora es cuando ellos han redactado la demanda de desahucio, demanda que Telma va a poder eludir porque al parecer ya no vive en ese hogar”.

Este silencio ha generado malestar en los arrendadores, ya que consideran que la deuda pendiente asciende al menos a 25.000 euros y están dispuestos a reclamarla en los tribunales. “Telma pensaba que era su pareja la que iba a pagar, pero el contrato de la casa está a nombre de ambos, por tanto los dos, o no, van a recibir esa demanda de desahucio”, ha explicado Pliego.

La polémica ha tenido eco en Zarzuela. Fuentes próximas a Casa Real señalan que Felipe VI se enteró del conflicto a través de la portada de la revista Lecturas, lo que habría generado incomodidad en Palacio. No es la primera vez que la familia política del monarca protagoniza titulares poco favorables, y este episodio añade un nuevo capítulo a la ya de por sí compleja relación entre la esfera privada de los Ortiz y la imagen pública de la institución.

Aunque Telma ha intentado siempre proyectar un perfil discreto, su vida ha estado condicionada por su vínculo con la reina. Sus relaciones sentimentales, sus cambios de domicilio y sus trabajos han sido examinados bajo la lupa de la opinión pública. Madre de dos hijas de diferentes parejas y con tres matrimonios fallidos, ha tenido que afrontar constantemente titulares que ponen en cuestión su estabilidad.

El caso del desahucio no hace más que reforzar esa percepción de inestabilidad. Mientras en lo personal trata de rehacerse tras la separación, en lo profesional ha iniciado una etapa prometedora como asesora en la Gerencia de Movilización de Recursos y Alianzas Globales de CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe. Sin embargo, el progreso laboral contrasta con un presente personal marcado por las deudas, los reproches y la necesidad de recomponer su vida familiar.