Los barcos de la Flotilla están a menos de 20 horas de llegar a Gaza e Israel avisa: “Aún no es demasiado tarde. Transferid la ayuda en el puerto de Chipre”

La llamada Flotilla Global Sumud, integrada por más de 45 embarcaciones que transportan medicinas, alimentos y material escolar hacia la Franja de Gaza, se encuentra ya dentro de la zona de alto riesgo, a unas 150 millas de la costa palestina. A bordo viajan alrededor de 500 activistas internacionales que aseguran estar dispuestos a continuar hasta su destino, a pesar de las amenazas directas de Israel de interceptar e incluso hundir algunos barcos.

Las embarcaciones Alma, Hio y Mikeno han sido interceptadas poco después de iniciar el protocolo ante la cercanía de los barcos israelíes. Imágenes en directo mostraban a los tripulantes con los chalecos salvavidas puestos mientras esperaban la llegada de las fuerzas de Israel. Según los organizadores, desde la madrugada de este martes se han intensificado los hostigamientos por parte del Ejército israelí. Varios buques de guerra habrían ejecutado maniobras peligrosas contra los barcos principales de la Flotilla, llegando a dañar parte de sus sistemas de comunicación. Además, activistas denuncian un incremento en el sobrevuelo de drones y la presencia de navíos no identificados que se aproximan con las luces apagadas, lo que ha obligado a elevar la alerta máxima a bordo.

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, volvió a reiterar la posición de su Gobierno en un comunicado difundido en las últimas horas: “Desde todos los rincones se pide que esta provocación Hamas-Sumud se detenga. Nos unimos a estas voces y recordamos: aún no es demasiado tarde. Transferid cualquier ayuda de manera pacífica a través del puerto de Chipre, la marina de Ascalón o cualquier otro punto de la región hacia Gaza”.

La advertencia llega acompañada de la confirmación de que la Armada israelí interceptará a la Flotilla en las próximas horas. El plan oficial, según fuentes de seguridad hebreas, es trasladar a los activistas al puerto de Asdod, donde serían interrogados y posteriormente deportados, siguiendo el mismo procedimiento de anteriores expediciones. Sin embargo, medios locales apuntan a que, dada la envergadura de esta misión —la mayor hasta la fecha—, algunos barcos podrían ser directamente neutralizados en el mar, una posibilidad que multiplica las tensiones.

En paralelo, varios gobiernos europeos, entre ellos el español, han reiterado sus llamamientos a los organizadores para que no continúen con el rumbo actual. Grecia e Italia han respaldado una propuesta del Patriarcado Latino de Jerusalén para canalizar la ayuda de forma segura y evitar un enfrentamiento directo con Israel. “Acepten esta oferta en solidaridad con los niños, mujeres y hombres de Gaza”, señalaron en una declaración conjunta.

La neerlandesa Roos Ykema, experta en migración y derechos humanos que viaja en una de las embarcaciones, confirmó en las últimas horas la posición aproximada de la Flotilla. Según indicó, el convoy humanitario se encuentra ya a unas 20 horas de alcanzar las aguas frente a la costa de Gaza.

Ykema asegura que la posibilidad de una interceptación es cada vez más real y que los tripulantes se preparan para afrontar un escenario de abordaje: “Somos conscientes de los riesgos, pero seguimos adelante porque nuestra misión es legítima y pacífica. Llevamos ayuda para la población civil de Gaza, no armas”.

La activista subraya que el ambiente a bordo es de vigilancia constante, con turnos organizados para mantener las comunicaciones y protocolos de emergencia en caso de un contacto violento con la Marina israelí. Varios de los barcos han superado ya los puntos de referencia conocidos como la frontera del Madleen y el Handala, lo que marca simbólicamente el último tramo antes de la interceptación.

Aunque algunos gobiernos europeos han enviado buques de apoyo a la zona, ninguno ha cruzado la línea roja establecida por Israel en torno a Gaza. Las unidades se mantienen a distancia prudente, en aguas internacionales, limitándose a ofrecer eventuales tareas de rescate si la situación se descontrola.