Las ratas y ratones ya no entrarán en tu jardín si eliminas este elemento común

La presencia de roedores puede convertirse en una molestia constante si no se detecta a tiempo

Guardar
Las ratas y ratones pueden
Las ratas y ratones pueden provocar daños en las plantas del jardín. (Adobe Stock)

Con la llegada del frío, muchos jardines se convierten en un refugio para roedores que buscan calor y alimento. Su presencia, aunque a menudo discreta, puede generar múltiples problemas para los propietarios: desde daños en plantas, huertos y árboles frutales hasta la contaminación de alimentos almacenados al aire libre. Ratas y ratones excavan túneles, roen cables y estructuras, y se reproducen con rapidez, convirtiéndose en una molestia constante si no se detectan a tiempo. Este comportamiento puede afectar seriamente la seguridad del hogar y el cuidado de las plantas, además de generar un estrés innecesario para quienes disfrutan del jardín como espacio de relax.

Su actividad es mayormente nocturna, lo que dificulta percibir su presencia hasta que los daños son evidentes. Muchas personas no se dan cuenta de que tienen roedores hasta que encuentran restos de comida, semillas esparcidas o cables roídos, y en algunos casos incluso agujeros en estructuras o el césped. Además, los intentos de erradicarlos sin métodos adecuados pueden resultar frustrantes e incluso contraproducentes, provocando que los animales se desplacen a otras áreas del jardín o regresen con mayor persistencia. Por ello, es fundamental conocer qué atrae a estos animales y cómo actuar preventivamente.

En sus jardines, muchas personas optan por colocar un comedero para que los pájaros silvestres del entorno puedan descansar allí y alimentarse. Esta pequeña acción, que parece inocua, es precisamente una de las que puede llegar a atraer a los roedores, ya que la comida que cae al suelo se convierte en un recurso fácil durante la noche. La solución más lógica sería prescindir de esta comida para pájaros, pero esto no es necesario si se toman algunas precauciones simples. De hecho, es posible disfrutar de la presencia de aves sin que los roedores se conviertan en un problema recurrente.

Algunas personas optan por tener
Algunas personas optan por tener en su jardín un comedero de pájaro para alimentar a las aves silvestres. (Freepik)

Según ha publicado el medio británico Express, Lucy Taylor, experta en comida de pájaros de Vine House Farm Bird Foods, señala que la clave se encuentra en la calidad de la comida. Las semillas baratas suelen contener rellenos como trigo y legumbres, que generalmente las aves ignoran. Sin embargo, no ocurre lo mismo con los roedores, que se aprovechan de estos restos fáciles de encontrar.

Algunos pájaros hurgarán en la mezcla y tirarán estas semillas al suelo, atrayendo a ratas y ratones. Por lo tanto, el consejo principal es optar por alimentos de alta calidad o semillas de girasol, lo que minimizará la cantidad de comida que se desperdicie y reducirá significativamente el riesgo de atraer roedores indeseados.

Otros consejos para evitar la presencia de roedores sin perjudicar a los pájaros

Colocar el comedero colgado en lugares altos es otra estrategia eficaz, ya que dificulta que los roedores puedan acceder a él. Además, Taylor recomienda añadir un deflector de plástico debajo del comedero, una medida que impide que estos animales trepen por los postes y lleguen a la comida. Este tipo de accesorio, originalmente pensado para mantener a las ardillas alejadas del jardín, resulta igualmente útil para evitar la presencia de ratas y ratones.

Las ratas se han convertido en un problema en muchas ciudades

Existe otro desafío: algunas especies, como el mirlo o el petirrojo, se alimentan directamente en el suelo. Colocar una bandeja con comida para ellos es una forma ideal de atraerlos, pero también de invitar a los roedores si se deja durante la noche. “Dejar este tipo de comedero fuera durante la noche podría ser una invitación para las ratas”, explica la experta a Express. Por ello, es importante retirar el plato por la noche y guardarlo en un lugar seguro, como un garaje o cobertizo. Esta sencilla medida evita que los roedores tengan acceso a la comida mientras permite que las aves sigan disfrutando de su alimento durante el día.