Los pilotos de avión temen ser deslumbrados por las placas solares: “Ante la falta de normas, tememos un incidente grave”

Francia derogó por “simplificación administrativa” una ley que medía su impacto cerca de aeropuertos. Ámsterdam-Schiphol ha logrado que se retiren 5.000 paneles

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Planta fotovoltaica.
Planta fotovoltaica.

Fue Países Bajos donde empezó a preocupar. Es el segundo mayor exportador agrícola en el mundo y referencia en energía limpia beneficiado, además de por la voluntad, por el clima o la orografía, y se supondría un país también amable para volarlo. Es la planicie y es hermoso desde el aire. Sin embargo, unos ya populares elementos alineados con este progreso son objeto de reclamaciones entre pilotos de avión.

La pasada primavera, el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, el tercero más grande del continente, comenzó a sumar incidencias curiosamente en los días más soleados. De 10:00 a 12:00 horas de la mañana, la pista principal sufría cierres. Se debían a decenas de quejas de pilotos, todos ellos por lo mismo: sufrían un deslumbramiento muy fuerte cuando se aproximaban a la pista, al aterrizar, una de las denominadas “fases críticas” de un vuelo.

Un total de 85 tripulaciones denunciaron haber perdido la visibilidad en la maniobra. En esta ocasión los causantes del deslumbramiento no eran punteros láser, como ha ocurrido en otros casos, sino que el foco estaba en un parque solar de casi 100 hectáreas instalado cerca de Schiphol. El problema no acabó resolviéndose hasta que se desmantelaron 5.000 placas solares. En julio, los tribunales lo ordenaron al afectar las operaciones del aeropuerto.

La energía solar repite hasta julio de este año como principal fuente de energía en Andalucía.

Francia, sin ley

La prensa francesa se ha hecho eco de la noticia destacando que en su país puede suceder y además favorecido por la normativa, o por la falta de ella. La había. Los promotores de parques fotovoltaicos que pretendían instalarse cerca de infraestructuras aeroportuarias necesitaban un estudio de deslumbramiento, pero desde octubre de 2024, y por razón de “simplificación administrativa”, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) exime de este requisito.

Un colectivo local que agrupa a pilotos de aerolínea, controladores aéreos, operadores aeroportuarios y promotores de parques fotovoltaicos persigue que se dé marcha atrás. Unos, porque no quieren que los deslumbramientos puedan provocar accidentes o ya solo retrasos o paralización del tráfico aéreo. Los últimos, porque temen sufrir las consecuencias económicas que han debido asumir en el parque solar de Ámsterdam.

El portavoz del colectivo, Anthony Madern, explica al periódico Sud Ouest que la eliminación del requisito le parece inaceptable porque la DGAC debe mantener la máxima seguridad para tripulaciones y pasajeros. Además, según Madern, Francia era un ejemplo positivo en la gestión de este tipo de riesgos, pero ahora, con la falta de regulación preventiva, temen que ocurra una tragedia: “Ante la falta de normas, tememos un incidente grave”.

Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. (Europa
Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. (Europa Press)

La seguridad primero

Por ello, el colectivo ha enviado una carta al ministerio de Transporte pidiendo que vuelva a ser obligatorio el estudio de deslumbramiento cuando se quiera instalar un parque solar cerca de un aeropuerto. El sector aéreo insiste en que no se puede dejar la seguridad en manos de la buena voluntad de los promotores, aunque ellos también ven importante combinar la transición energética con la seguridad pública.

En España, la prioridad es la seguridad de las operaciones aéreas, lo que implica la realización de estudios de impacto ambiental y la adaptación a los requisitos de la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) y de los gestores aeroportuarios. Se deben cumplir los procedimientos de autorización administrativa, construcción y explotación y considerar la Ley de Evaluación Ambiental.

Los paneles fotovoltaicos están diseñados para absorber luz, no reflejarla. Se estima que tan solo se refleja el 3% de la luz, porcentaje muy parecido al de un lago en calma junto al aeropuerto, según el sector. En este sentido, hay instrumentos para medir dónde y cuándo se pueden producir deslumbramientos a lo largo del año y, en ese caso, calcula la irradiación y si pueden producir incidentes.