Continúa el colapso de las Urgencias madrileñas tras el verano: “Llegará el frío y volveremos a saturados”

Los sanitarios del Hospital Universitario La Paz denuncian la saturación de sus servicios de Urgencias

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Pacientes en los pasillos esperan
Pacientes en los pasillos esperan a ser atendidos en las Urgencias del Hospital Universitario La Paz. (@Urgenciaslapaz/X).

Aunque el verano haya llegado a su fin para muchos, los hospitales siguen sufriendo sus consecuencias: a la espera de que todos los profesionales se reincorporen a sus puestos, centros como el Hospital Universitario La Paz, en Madrid, deja escenas diarias de saturación a causa de la falta de plantilla estructural y el cierre de camas durante la época estival.

Los trabajadores de su servicio de Urgencias han dejado constancia de ello ante los juzgados de guardia en más de una ocasión en el último mes. El pasado 22 de septiembre el centro vivió una “tarde de espanto”, según denuncian los sanitarios en redes sociales. “Salas a rebosar, pacientes en los pasillos, 63 de ellos pendientes de subir a planta”, asegura @Urgenciaslapaz en la plataforma Twitter (ahora X). El parte del día lo evidencia: hasta 50 pacientes se hacinaban en salas preparadas para un máximo de 32 camas, atendidos por 5 enfermeras, 4 TCAE y dos médicos.

“Esto es un infierno”, asevera Guillén del Barrio, trabajador del centro y portavoz del sindicato Trabajadores en Red (TERE) La Paz, por teléfono a Infobae España. “Casi todos los días, tenemos pacientes en el pasillo, porque no caben. Sigue habiendo camas cerradas, porque se supone que son las vacaciones del verano estos tres meses enteros”, explica. El Hospital La Paz es el que más camas cierra durante el verano, tanto en número como en proporción: el sindicato SATSE informaba de que el centro cerraría 397 camas en el mes de agosto, un tercio de las disponibles; actualmente, mantiene unas 200 todavía clausuradas. “Esto era perfectamente evitable, pasa todos los veranos y aquí seguimos”, denuncia Del Barrio.

10 pacientes por enfermera

Las contrataciones previstas para estos meses no han servido para aliviar la presión. “De todas las personas que cogemos vacaciones, solo se sustituye al 21%”, asegura Del Barrio. “Es un parche mucho más pequeño que el tamaño del agujero. No es ningún alivio, todo lo contrario: el verano es otro momento espantoso”, añade. Para tapar la falta de personal, denuncia el portavoz del sindicato TERE, el hospital elude dejar por escrito cuántos pacientes tiene cada profesional bajo su cargo. “Cuando llegamos a trabajar, te asignan una sala y un número de pacientes. Todos los que llegan después no tienen ni una enfermera ni un TCAE asignado, porque no quieren poner por escrito cuántos pacientes llegamos a tener. Si ocurre una desgracia, esa gente queda en el limbo, porque no nos dicen quién se tiene que encargar de ellos, quién tiene la responsabilidad legal”, explica.

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El Congreso de los Diputados debate actualmente la aprobación de una Ley de Ratios de enfermeras, que acumula ya 100 prórrogas parlamentarias. De aprobarse, la norma limitaría a 6 los pacientes que debe atender una sola enfermera, ampliable a 8 en situaciones excepcionales. En las Urgencias de La Paz, las enfermeras llegan a hacerse cargo de 10 al mismo tiempo.

Un problema estructural

Imagen de archivo: Señalización de
Imagen de archivo: Señalización de Urgencias en el Hospital Universitario La Paz, a 25 de septiembre de 2023, en Madrid (España). (Eduardo Parra / Europa Press)

El problema no es exclusivo del verano, insiste Del Barrio. “En octubre remontará la situación del hospital, porque habrá más camas abiertas, pero es la nueva normalidad. Luego llega el frío y volvemos a saturarnos”, lamenta el sanitario. “Estamos saturados diez meses al año, porque en noviembre, como muy tarde, los pacientes se enferman por el frío”, sentencia.

La cuestión de fondo para el sanitario está en el abandono de la atención primaria, “que atendía una barbaridad de casos leves”. Ahora, esos pacientes acuden directamente a las urgencias ante la incapacidad de ver a su médico de cabecera o, incluso “vienen más graves que antes, porque han intentado aguantar”, valora. Desde el servicio de Urgencias del hospital, calculan que cada mes el número de pacientes aumenta entre un 1 y un 2% debido a este problema.

En Madrid, el 70,8% de los pacientes esperan más de un día para ver a su médico de cabecera, con una media de 8,71 días, según el Barómetro Sanitario de 2024. Es, además, la comunidad autónoma que menor presupuesto per cápita destina a su atención primaria (1.482,25 euros por habitante).