Christian, dueño de una gasolinera: “Hoy, un jefe de estación gana entre 3.200 y 4.200 euros brutos al mes, lo que se traduce en 2.400 a 3.150 euros netos”

Entre surtidores, tiendas y restaurantes, el trabajo combina un ritmo intenso, jornadas largas y una alta necesidad de coordinación del personal, pero se recompensa con salarios elevados y beneficios

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Un empleado trabaja en una
Un empleado trabaja en una gasolinera. (REUTERS/Raquel Cunha)

Trabajar en una estación de servicio implica mucho más que repostar combustible. La rutina diaria combina limpieza de instalaciones, reposición de productos, supervisión de la seguridad alimentaria en cafeterías y restaurantes, control de surtidores y mantenimiento de zonas de recarga eléctrica, entre otros. Cada jornada exige adaptabilidad y capacidad para realizar varias tareas al mismo tiempo, especialmente durante los picos de afluencia en la gasolinera. El ritmo es constante, y la atención al detalle resulta imprescindible para garantizar que todo funcione correctamente y que los clientes reciban un servicio eficiente y seguro.

El trabajo en estaciones de servicio combina jornadas largas y responsabilidad constante. Christian Bergamo, director de la estación Carcassonne Arzens Sud (Francia) explica a Le Figaro que su jornada puede superar las 50 horas semanales, aunque se procuran días de descanso para él y sus adjuntos. Sin embargo, este sobreesfuerzo se ve compensado en los salarios. “Hoy, un jefe de estación gana entre 3.200 y 4.200 euros brutos al mes, lo que se traduce en 2.400 a 3.150 euros netos”, pero puede variar dependiendo del tamaño del sitio y del número de empleados, explica. A esto se suma una parte variable de alrededor del 10% vinculada al cumplimiento de objetivos.

No obstante, Bergamo aclara que no cuentan con algunos beneficios que la gente suele esperar. “Contrariamente a una idea preconcebida, no tenemos ningún beneficio en los peajes: pagamos la tarifa completa. Sin embargo, disponemos de una tarjeta de combustible con algunos precios preferenciales en determinados volúmenes”, añade.

El personal, clave para el funcionamiento del establecimiento

La organización del personal es fundamental para mantener el funcionamiento fluido de la estación. Entre temporada baja y alta, el número de empleados en esta gasolinera del sur de Francia varía de 30 a 50, lo que requiere planificación y coordinación constante. La supervisión abarca todas las áreas: tiendas, restaurantes, surtidores, zonas de descanso y recarga eléctrica. La formación de trabajadores temporales ocupa una parte significativa del tiempo del encargado, asegurando que el equipo esté preparado para enfrentar los momentos de mayor presión. “La contratación y formación de los temporales representa una parte importante del trabajo. Me gusta conocer a cada candidato”, asegura Bergamo a Le Figaro.

Oportunidades laborales en gasolineras

Entre 3.000 y 4.000 personas pasan diariamente por una estación de servicio de tamaño medio como la que regenta Bergamo cerca de Toulouse, con picos que pueden alcanzar hasta 6.000 en fines de semana de verano o durante los periodos de mayor afluencia. Este flujo constante obliga a mantener la rapidez y la eficiencia en cada área, desde los surtidores hasta los restaurantes y tiendas. Atender a un público variado, que incluye turistas y peregrinos, requiere flexibilidad y una organización meticulosa para garantizar que la experiencia del cliente sea fluida y segura.

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La profesión ofrece posibilidades de crecimiento y progresión, accesibles a perfiles provenientes de la restauración, la hostelería o la gran distribución. Muchos trabajadores comenzaron aprendiendo en el “suelo de la profesión” y adquiriendo experiencia directa en las operaciones diarias para luego llegar a puestos de responsabilidad. “Casi todos mis supervisores empezaron como empleados. Es un verdadero orgullo”, destaca Bergamo. La formación de futuros jefes combina la práctica en diferentes áreas con la supervisión de personal y la gestión de flujos de clientes, mostrando que el trabajo en una estación de servicio puede ser un paso hacia roles de mayor responsabilidad. “Se puede hacer carrera en la autopista”, afirma el jefe de estación.