Una chica de 15 años es atropellada y un hombre aprovecha para robarle el teléfono: tuvo 20 metros de impacto

Una joven de 15 años fue atropellada la semana pasada en Seine-et-Marne, Francia, en un violento accidente ocurrido el miércoles cerca de la estación de tren de Lagny-Thorigny. La adolescente cruzaba un paso de peatones alrededor de las 19:30 cuando fue embestida por un vehículo Peugeot 405 conducido por una mujer de 55 años. El impacto fue tan fuerte que la víctima salió despedida unos 20 metros y cayó violentamente al suelo, según informó Le Parisien .

La conductora, que circulaba a baja velocidad, declaró que no vio a la joven hasta que fue demasiado tarde. De inmediato descendió del vehículo para asistirla. La adolescente fue trasladada de urgencia al hospital por los servicios de emergencia. Su estado era grave y, en el momento del traslado, su vida corría peligro, según confirmó La Dépêche.

Sin embargo, lo más indignante ocurrió instantes después del accidente: mientras la joven se encontraba herida en el asfalto y era atendida por la conductora, un hombre que presenciaba la escena aprovechó la confusión para acercarse y robarle el teléfono móvil, que había caído al suelo tras el impacto.

El insólito y repudiable acto quedó registrado en las cámaras de seguridad de un comercio cercano. En las imágenes se ve cómo el sujeto, un residente de Thorigny-sur-Marne de 60 años, se agacha, recoge el teléfono y se lo lleva. Más tarde, cuando el celular comenzó a sonar, el hombre respondió la llamada: era el padre de la víctima, que intentaba contactarse con su hija tras enterarse del accidente. El ladrón le dijo que su hija “acababa de ser baleada”, una afirmación falsa que agravó aún más el momento.

Gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad y a la rápida actuación policial, el individuo fue identificado y detenido al día siguiente. Durante el registro en su domicilio, las autoridades encontraron el teléfono robado. En su declaración, el hombre admitió haber cometido el robo.

El viernes 19 fue citado ante los tribunales, donde le condenaron a diez meses de prisión en suspenso. Además, el juez le impuso la obligación de realizar un curso de ciudadanía, en un intento por hacerle tomar conciencia de la gravedad de sus actos.

El caso ha generado una ola de indignación en la comunidad local y en las redes sociales. Esta vez no recae el rebate en la violencia del accidente. Lo más impactante es la reacción deshumanizada y delictiva del testigo, robo que cometió aprovechándose de una situación de vulnerabilidad. Las autoridades recordaron la importancia de la solidaridad y la responsabilidad ciudadana ante situaciones de emergencia.

En momentos de necesidad, como en un accidente vial, es cuando más se pone a prueba nuestra humanidad. Robar a una persona que ha sufrido un fuerte impacto es un acto cruel y una muestra de la descomposición ética que hay que rechazar como sociedad. Y más aún en momentos donde se aprovecha del dolor ajeno. La solidaridad siempre debe prevalecer sobre el egoísmo.