Esta isla europea se ha convertido en el sueño de los jubilados franceses: un retiro dorado “con 1.200 euros al mes”

El coste de vida asequible, el clima agradable y la amplía oferta de actividades culturales y de ocio convierten este destino en el lugar ideal para disfrutar de una jubilación cómoda y activa

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Las pensiones de jubilación en 2025 y su capacidad adquisitiva auguran un futuro sombrío para nuestros mayores.

A pesar de un aumento nominal del 2,4% en las pensiones en 2023, el poder adquisitivo real de los jubilados franceses disminuyó un 1,2% debido a la inflación. Esta erosión ha llevado a muchos pensionistas a buscar destinos más asequibles para su jubilación. Madeira, con su clima templado, coste de vida más bajo y calidad de vida elevada, se ha convertido en el nuevo paraíso para los jubilados franceses. Con pensiones que no siempre son suficientes para poder llegar a fin de mes en sus ciudades natales, muchos encuentran en la isla portuguesa una opción atractiva para vivir cómodamente con sus ingresos.

El interés por Madeira entre los jubilados franceses se explica por varias razones económicas y sociales. La pensión media en Francia es de 1.541 euros netos al mes, una cifra que en zonas como París o Lyon apenas cubre gastos básicos. A esto se suma la reforma de 2023, que eleva la edad mínima de jubilación a 64 años, y los retrasos en la revalorización de pensiones que afectan a unos 14 millones de franceses. Estos factores empujan a muchos a buscar destinos más asequibles y con mejor calidad de vida, como Madeira.

Alquileres asequibles sin pagar más impuestos

Uno de los principales atractivos de Madeira es su coste de vida significativamente inferior al de Francia. Alquilar un piso de dos habitaciones fuera del centro o en zonas menos turísticas cuesta entre 600 y 800 euros al mes, lo que permite a un jubilado vivir cómodamente y llegar a fin de mes sin problemas, según relata el medio local Grazia. Los productos frescos y locales, así como los mercados tradicionales, son más económicos que en Francia, sobre todo frente a grandes marcas importadas.

Porto Moniz, en Madeira, Portugal
Porto Moniz, en Madeira, Portugal (Adobe).

Además, el convenio fiscal franco-portugués permite evitar pagar impuestos doble sobre las pensiones, lo que supone un alivio tras las preocupaciones por la reciente reforma tributaria de las pensiones. Este equilibrio entre ingresos y gastos hace que Madeira sea una opción atractiva para quienes quieren estirar su pensión y disfrutar de una buena calidad de vida sin renunciar a la comodidad ni a actividades culturales y de ocio.

Destino elegido por su calidad de vida

Madeira destaca por su clima templado durante todo el año, con inviernos moderados (15‑16 °C) y veranos frescos gracias a la altitud y la influencia del océano Atlántico. La isla ofrece un entorno seguro, con baja criminalidad, y resulta fácilmente accesible desde Europa, lo que la convierte en un lugar ideal para jubilados que buscan tranquilidad sin aislarse. Además, su paisaje natural impresionante, desde acantilados vertiginosos hasta bosques declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO, invita a disfrutar de la naturaleza. Estas condiciones permiten una jubilación activa y relajada, combinando bienestar, salud y ocio, sin el estrés ni el coste de vida elevado que caracteriza a muchas ciudades francesas.

El Pico do Arieiro, en
El Pico do Arieiro, en Madeira (Portugal).

La isla también ofrece una amplia variedad de actividades gratuitas o de bajo coste. Los famosos senderos permiten recorrer bosques frondosos y disfrutar de vistas panorámicas sin gastar un euro. Los mercados locales, como el Mercado dos Lavradores en Funchal, permiten probar frutas exóticas y bebidas típicas por unos pocos euros. Para los amantes del mar, las playas de cantos rodados o arena negra y las piscinas naturales volcánicas de Porto Moniz son accesibles gratuitamente o a muy bajo coste. Festivales culturales y jardines botánicos completan una oferta de ocio asequible perfecta para las personas mayores que quieran vivir su retiro sin sacrificar el entretenimiento y la diversión.