La Policía Nacional consigue identificar a “La mujer de rosa”, asesinada en 2005 y que formaba parte del proyecto ‘Identify me’ de la Interpol

Se trata de la segunda identificación realizada por agentes españoles desde el inicio de una campaña coordinada por Interpol, trata de resolver 46 casos de mujeres fallecidas pendientes de identificar

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Ficha compartida por la INTERPOL
Ficha compartida por la INTERPOL de "La mujer de rosa" (Policía Nacional)

Agentes de la Policía Nacional han logrado identificar a la conocida como “La mujer de rosa” en el marco de la operación internacional ‘Identify me’, impulsada por Interpol. Se trata de la segunda identificación realizada por agentes españoles desde el inicio de una campaña coordinada por Interpol, trata de resolver 46 casos de mujeres fallecidas pendientes de identificar.

El cuerpo de “La mujer de rosa” fue hallado por un taxista el 3 de julio de 2005 en el municipio barcelonés de Viladecans, con indicios de que la muerte se había producido de forma violenta y que el cadáver había sido trasladado al lugar unas 12 horas antes del hallazgo. Las investigaciones iniciales no permitieron establecer su identidad, permaneciendo el caso sin resolver durante casi dos décadas.

Una mujer rusa de 31 años

Esta identificación se ha conseguido tras varios cotejos de material identificativo recibido por la Oficina Central Nacional (OCN) Interpol Madrid desde la OCN de Ankara, en la que se informaba de la posible coincidencia de unas impresiones dactilares que obraban en las bases de datos turcas, correspondientes a una mujer de origen ruso, con las del caso de “La mujer de rosa”.

Una vez recibidas las huellas por parte de la Sección de Antropología Forense de la Comisaría General de Policía Científica, se llevó a cabo el estudio y cotejo corroborando la identidad de esta mujer, que contaba con 31 años de edad en el momento de su fallecimiento. La identificación fue ratificada posteriormente con las autoridades rusas tras el cotejo del perfil genético de la víctima con una hermana de la fallecida.

“La OCN de Interpol en Madrid ha liderado en España la coordinación de la operación, canalizando los siete casos nacionales y manteniendo un constante intercambio de información con otros países”, explican desde la Policía Nacional.

“La mujer del cobertizo”

Este caso se une al ya resuelto en marzo de este mismo año en el que se logró la identificación de una mujer de origen paraguayo, cuyo cadáver fue encontrado en el municipio Sant Julià de Ramis (Girona) en agosto de 2018, en un caso conocido como “La mujer del cobertizo”.

El cuerpo fue encontrado por uno de los inquilinos de una masía llamada Mas Ciurana, situada cerca del río Terri en Sant Julià de Ramis (Girona), colgado en un gallinero que formaba parte de esa masía.

La víctima no llevaba documentación, joyas ni nada que permitiera identificarla, lo que dificultó la investigación. No se localizó ningún vehículo en las cercanías que pudiera dar pistas, y los vecinos tampoco la reconocían. La autopsia descartó signos de criminalidad y los informes forenses apuntaron a que la causa de la muerte fue un suicidio.

Su identidad se estableció en marzo de este año gracias al cruce de huellas dactilares entre las bases de datos policiales de Paraguay y España, con la colaboración de la Oficina Central Nacional de Asunción y la de Madrid. Se sabe que la mujer había llegado a España en 2013 y que su desaparición había sido denunciada por su hermano en Paraguay a mediados de 2019.

‘Identify me’

El proyecto ‘Identify Me’ de Interpol es una iniciativa internacional lanzada en 2023 con el objetivo de identificar los cuerpos de mujeres fallecidas que fueron encontrados en distintos países de Europa y que, pese a las investigaciones, nunca llegaron a ser reconocidos.

La campaña se centra principalmente en casos de mujeres halladas muertas en circunstancias sospechosas —muchas de ellas con indicios de homicidio— y cuyos nombres siguen siendo desconocidos. Interpol decidió dar visibilidad a estos casos publicando información detallada en su web oficial: descripciones físicas, fotografías de ropa o pertenencias encontradas con las víctimas, datos de ADN, huellas dactilares, características dentales o tatuajes. Todo este material se hace accesible tanto a fuerzas de seguridad como al público en general, para que alguien pueda reconocerlas y aportar información.

La iniciativa se puso en marcha en colaboración con once países europeos, entre ellos Bélgica, Países Bajos, Alemania, Austria y España, y cuenta con el respaldo de Europol y de diversas organizaciones de derechos humanos.