El pueblo medieval más bonito de Cataluña, según ‘National Geographic’: es ideal para visitar en otoño y tiene menos de 30 habitantes

Descubre un rincón lleno de historia y encanto en plena naturaleza

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Beget, un pueblo catalán de
Beget, un pueblo catalán de menos de 30 habitantes. (visitcamprodon.cat)

El cambio de estación trae consigo diversas consecuencias. El clima se vuelve más frío, el sol se oculta cada vez más temprano y, de manera similar, muchas otras cosas también cambian.

Una de estas consecuencias es el tipo de turismo: la playa pasa a un segundo plano y se buscan experiencias más rurales y acogedoras. En general, las personas buscan pueblos donde puedan relajarse y alejarse de la multitud.

Según el National Geographic, este es el pueblo medieval más bonito de Cataluña, por lo que es una opción excelente para visitar en otoño. Su nombre es Beget, un pequeño municipio de Girona que, tal y como especifica el INE, tiene menos de 30 habitantes.

Qué ver en Beget

Adentrarse en este pueblo catalán supone descubrir un pequeño núcleo medieval entre los paisajes abruptos de la Alta Garrotxa. Uno de sus puntos positivos es que mantiene su esencia intacta gracias al aislamiento, que favoreció la preservación de sus construcciones originales.

Pasear por sus calles empedradas es entrar en un escenario sin ruido ni masificaciones. Además, la tranquilidad se respira gracias al agua de la riera y la paz que transmite el paisaje montañoso.

Uno de los hitos más reconocibles es la iglesia de Sant Cristòfol, monumento románico de finales del siglo X o principios del XI. Destacan el campanario de 22 metros y el ábside lombardo, además de la talla policromada de Cristo en majestad, del siglo XII, considerada una de las más valiosas de Cataluña, según destacó National Geographic.

El pueblo más antiguo de Cataluña que tiene un yacimiento íbero declarado Patrimonio de la Humanidad.

El interior, decorado por Joaquim Vayreda en el siglo XIX, recrea la estética de época, aportando singularidad al conjunto. El entorno del templo se completa con puentes de piedra del siglo XIV y barrios conectados por pasarelas que recuerdan la estructura de los pequeños pueblos prepirenaicos.

Entre las excursiones más frecuentadas destaca el sendero hasta la ermita del Remei, pequeña construcción de los siglos XVII y XVIII, a solo 550 metros del núcleo urbano. Para caminantes experimentados, la ruta circular conocida como ‘camino de los contrabandistas’ ofrece un recorrido de 13 kilómetros por parajes naturales.

Gastronomía de Beget

La oferta gastronómica de Beget se asienta en la tradición catalana, es sencilla y se basa en productos de proximidad. Aunque no existen grandes restaurantes, los visitantes encontrarán establecimientos familiares donde poder probar embutidos artesanales, quesos, carne a la brasa y platos de temporada, como estofados de setas.

La cocina local se acompaña de pan artesanal y vinos de bodegas cercanas. Entre los postres destaca la crema catalana, un clásico de la repostería regional que los vecinos preparan en ocasiones festivas.

En los meses más fríos, las sopas y los guisos recuperan recetas antiguas adecuadas para el clima de la zona. Los turistas pueden adquirir productos elaborados en la comarca, como miel, mermeladas o frutos secos, al pie de la carretera o directamente de los productores.

Esta experiencia sencilla y auténtica coincide con el espíritu de Beget, un lugar que ha convertido la calma y el respeto a sus raíces en su mejor atractivo.