El oro oculto bajo las tierras raras de Jaén y el enemigo inesperado que amenaza su explotación

La exploración minera en la zona de Avellanar debe esperar la reducción del nivel de peligro por fuego

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Tierras raras en Jaén: riqueza
Tierras raras en Jaén: riqueza bajo tierra, fuego en la superficie. (Steve Marcus/Reuters)

El auge global de la demanda de minerales estratégicos ha situado a Andalucía en el centro de la atención internacional. La región es una de las referentes en minería metálica, con explotaciones en Riotinto (huelva) o Cobre Las Cruces (Sevilla), y ha sido seleccionada por la Comisión Europea para albergar proyectos estratégicos en el marco de la Ley de Materias Primas Críticas.

En este contexto, la empresa australiana Osmond Resources ha puesto sus ojos en el distrito minero de Linares-La Carolina (Jaén), donde prevé investigar una superficie de 228 kilómetros cuadrados en busca de circonio, hafnio, rutilo y tierras raras. Su interés responde a la necesidad de abastecer a industrias clave en la transición energética: desde baterías para vehículos eléctricos hasta paneles solares o equipos médicos.

La amenaza fantasma

No obstante, la compañía se ha topado con un obstáculo que no está bajo tierra, sino en la superficie. Jaén es una de las provincias con mayor riesgo de incendios forestales de España y la normativa andaluza prohíbe entre mayo y octubre las actividades que puedan provocar fuego, como los trabajos de prospección o la explotación minera.

Esto frena incluso las investigaciones preliminares, necesarias para determinar la calidad y la cantidad de los minerales. Solo cuando el nivel del fuego descienda de “muy alto” y pase por un periodo de seguridad, se podrán iniciar las obras.

Así, la empresa australiana prevé acceder con los vehículos pesados, explosivos y maquinaria especializada una vez tenga luz verde para abrir hasta 15 pozos de perforación en la zona antes de que termine el año.

El proyecto, denominado Orion EU Critical Minerals, se centra en la zona de Avellanar, donde ya hubo exploraciones en los años 50 y 60 en busca de torio y uranio, y que cuenta con una mina histórica de galena.

Vídeos y fotografías aéreas que muestran las zonas verdes y hectáreas que han sido consumidas por el fuego (Fuente: greenpeace).

La rentabilidad bajo la lupa

El uso de explosivos, lubricantes y vehículos pesados convierte cualquier explotación minera en un foco potencial de fuego. Por ello, la empresa deberá implementar estrictos planes de autoprotección: cortafuegos, protocolos de emergencia, vigilancia intensiva y paradas obligatorias cuando aumente el riesgo.

Sin embargo, estas medidas de seguridad incrementan los costes iniciales y pueden obligar a suspender la actividad durante varios días, lo que compromete la viabilidad económica del proyecto.

Además, en Cáceres o en la sierra portuguesa se han vivido situaciones similares, donde los planes de extracción de minerales críticos se han visto frenados por factores ambientales y sociales.

Desarrollo económico VS sostenibilidad

La posibilidad de atraer inversión extranjera y generar cientos de empleos directos resulta atractiva en una provincia castigada por la despoblación. Por eso, la Junta de Andalucía respalda el proyecto, consciente de la riqueza potencial.

En cambio, organizaciones y fundaciones dedicadas a la defensa del medio rural, advierten de que “la minería puede ser una oportunidad, pero no puede desarrollarse al margen de la realidad climática ni de la seguridad ambiental”, como lo hace Fundación Savia.

Natalia Shartova, investigadora del Instituto de Salud Global de Barcelona, habla sobre los efectos del calor.

Un recurso estratégico

Las tierras raras, un grupo de 17 elementos químicos (los lantánidos, el itrio y el escandio), son hoy esenciales para la industria tecnológica y energética. La dependencia de China obliga a Europa a intensificar la búsqueda de nuevos yacimientos de estos elementos en territorios de la UE y Estados Unidos.

En España, y en Jaén, el desafío es doble: geológico y climático. Bajo el suelo puede haber riqueza estratégica, pero los efectos del cambio climático, especialmente en épocas de intenso calor, amenazan las superficies rurales que deben protegerse frente a los incendios.