
El rey Felipe VI ha inaugurado este martes la segunda jornada del debate general de la Asamblea General de Naciones Unidas con un discurso centrado en la grave situación en Oriente Próximo. Desde la tribuna del plenario en Nueva York, el jefe del Estado ha denunciado la “masacre” que, a su juicio, el Gobierno israelí está cometiendo en Gaza, al tiempo que ha exigido un alto el fuego inmediato y sin condiciones.
“Nos cuesta tanto comprender lo que el Gobierno israelí está haciendo en la Franja de Gaza. Por eso clamamos, imploramos, exigimos: detengan ya esta masacre. No más muertes en nombre de un pueblo tan sabio y tan antiguo, que tanto ha sufrido a lo largo de la historia”, subrayó Felipe VI en uno de los pasajes más contundentes de su intervención. El monarca remarcó que los bombardeos sobre hospitales, escuelas o refugios, así como el desplazamiento forzoso de cientos de miles de civiles, “repugnan a la conciencia humana y avergüenzan a la comunidad internacional”.
Esta es la tercera vez que Felipe VI representa a España en la apertura del debate general de la ONU. Lo hizo por primera vez en septiembre de 2014, apenas tres meses después de su proclamación, y volvió a hacerlo en 2016. En 2015 también subió a la tribuna, aunque entonces en el marco de la Cumbre de Desarrollo Sostenible.
Condena al terrorismo y llamado a la paz
El jefe del Estado quiso dejar claro que su condena a la actuación del Gobierno israelí no implica indulgencia alguna con Hamás. “Condenamos rotundamente el execrable terrorismo de Hamás y reconocemos el derecho de Israel a defenderse”, señaló, antes de advertir de que ese derecho debe ejercerse “aplicando sin reservas el derecho humanitario en toda Gaza y Cisjordania”.
El Rey reclamó a la comunidad internacional que no permanezca de brazos cruzados y se implique de manera efectiva en una solución al conflicto. En este sentido, defendió la fórmula de los dos Estados como única vía posible hacia una paz estable. “La comunidad internacional debe asumir su responsabilidad para hacer realidad cuanto antes una solución viable que contemple la existencia de los dos Estados”, apuntó.

Felipe VI recordó que España reconoció en mayo de 2024 al Estado de Palestina, junto con otros países europeos, y afirmó que ese gesto debe servir para avanzar hacia un consenso internacional que garantice tanto la existencia de un Estado palestino como el reconocimiento universal de Israel. “Se trata de alcanzar una paz regional justa y definitiva, basada en la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas”, insistió.
Defensa de la ONU y de los valores democráticos
El discurso del monarca no se limitó a Oriente Próximo. Felipe VI dedicó buena parte de su intervención a reivindicar el papel central de Naciones Unidas, en el año en que se conmemora el 80 aniversario de su fundación. “La ONU es imprescindible e insustituible, porque la dignidad del ser humano no es negociable”, afirmó.
“Creer en las Naciones Unidas es creer en la universalidad de los principios y valores recogidos en su Carta y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos; es eludir la tentación de relativizarlos con particularismos o excepciones”, subrayó el jefe del Estado, para quien el multilateralismo sigue siendo “la voz de la razón” en un mundo “trepidante y desbocado”.
Felipe VI también aludió a la guerra en Ucrania, provocada —recordó— por “la agresión injustificada y no provocada de Rusia”. El monarca sostuvo que la paz en Europa “no será posible sin justicia” y alertó sobre el riesgo de que la erosión democrática se convierta en un problema estructural a escala global.
El Rey aprovechó para destacar la posición de España en favor de los derechos humanos, de la defensa de los migrantes y refugiados, y de los compromisos internacionales en materia social y medioambiental. En ese sentido, reivindicó el valor del Pacto Mundial Migratorio y del Pacto Mundial de Refugiados, que España apoya “con convicción plena”.
Una Asamblea General dedicada a los conflictos
La intervención del monarca español se produce en un debate marcado por la guerra en Gaza y por la crisis en Ucrania en la ONU. Tras Felipe VI, comenzó su intervención el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, un día después de que Donald Trump asegurara que Kiev podrá recuperar todo su territorio.
Felipe VI, en cambio, se mostró en sintonía con las posiciones más firmes de Naciones Unidas y con un mensaje opuesto en varios aspectos a las tesis del expresidente estadounidense. Mientras Trump insistió en calificar la inmigración como “invasión”, el monarca defendió que, gestionada adecuadamente, puede ser “un vector de desarrollo mutuo”.
El Rey cerró su intervención con un llamamiento a la responsabilidad compartida de los Estados miembros. “En estos tiempos confusos, que ponen a prueba la capacidad de diálogo, es cuando más fieles debemos permanecer a los valores esenciales para la convivencia democrática”, concluyó.
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