España duplicará el crecimiento del PIB de la Eurozona, aunque la inflación también subirá: la OCDE mejora las previsiones pese a los aranceles de Trump

Los precios en España registrarán incrementos equivalentes a los del PIB: 2,6% en 2025 y 2% en 2026

Guardar
Pedro Sánchez y Carlos Cuerpo.
Pedro Sánchez y Carlos Cuerpo. (Montaje Infobae)

Buenas noticias para España. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé un panorama de crecimiento económico notablemente superior al de la eurozona durante 2025 y 2026, según la última actualización del informe Perspectivas Económicas publicado este martes. La previsión recién revisada eleva en dos décimas el crecimiento para España en 2025, situándolo en 2,6%, y en una décima el avance estimado para 2026, hasta 2%.

A diferencia de países vecinos como Francia, Italia y Alemania, que mantienen o rebajan sus proyecciones (0,6% de crecimiento previsto para Francia e Italia en 2025 y 0,3% para Alemania), la economía española destacará al duplicar el crecimiento del PIB de la eurozona, que solo alcanzaría el 1,2% en 2025 y el 1% en 2026, cifras rebajadas también en una décima frente a los cálculos anteriores. Para 2026, la diferencia será todavía más clara: España anticipa un crecimiento exactamente doble respecto al espacio común europeo.

La institución con sede en París detalla que la inflación en España registrará incrementos equivalentes a los del PIB –2,6% en 2025 y 2% en 2026–, superando en cinco décimas y en una, respectivamente, las previsiones para la eurozona esos mismos años. Al analizar la inflación subyacente, España cerrará 2025 en 2,3% y bajará a 1,9% en 2026, con una lectura que se ubica una décima por debajo de la media europea en ambos periodos, lo que significa, según el informe, una evolución más favorable que en otros países del entorno.

Noticias del día 23 de septiembre del 2025.

En este balance internacional, la OCDE destaca la “resiliencia mayor a la anticipada” mostrada por la economía global durante los primeros meses de 2025, con los países emergentes como principales impulsores. “La producción industrial y el comercio se vieron respaldados por la anticipación de los aumentos arancelarios”, detalló el organismo, señalando también el papel central de la inversión vinculada a la inteligencia artificial en el impulso de Estados Unidos y el efecto compensador del estímulo fiscal en China, frente a retos del comercio y del sector inmobiliario.

Desaceleración gradual a nivel mundial

El pronóstico mundial apunta a una desaceleración gradual del PIB, que pasaría del 3,2% previsto en 2025 al 2,9% en 2026, ya que la producción avanzada por expectativas de aranceles retrocederá y las mayores barreras al comercio acabarán afectando los intercambios globales y, con ello, la inversión.

En el caso de Estados Unidos, la economía mantendrá un crecimiento del 2,8% este año y afrontará una desaceleración hasta 1,8% en 2025 y 1,5% en 2026; esto se debe a que las inversiones en alta tecnología no lograrán compensar completamente el impacto negativo de los aranceles y una reducción en la inmigración neta. El informe de la OCDE subraya que la tasa media de aranceles estadounidense subió el pasado agosto hasta 19,5%, su nivel más alto desde 1933: “Los plenos efectos aún están por materializarse, ya que las empresas los absorben en sus márgenes, aunque empiezan a presionar el consumo y el empleo”, advierte la organización.

Para China, se anticipa un crecimiento del PIB de 4,9% en 2025 y un ajuste a 4,4% en 2026, cifras superiores en dos y una décima respectivamente frente a la revisión anterior, pero que reflejan el agotamiento del boom industrial ligado a la anticipo de aranceles y el menor efecto del estímulo fiscal.

El presidente del Gobierno ha anunciado este martes que España alcanzará su compromiso de llegar al 2% del gasto en seguridad y defensa este mismo año 2025, lo que supondrá una inversión adicional de 10.471 millones de euros. (Fuente: La Moncloa)

La OCDE proyecta que la inflación en las principales economías del Grupo de los Veinte se ralentizará conforme se modere el crecimiento y disminuyan las tensiones del mercado laboral, reduciéndose del 3,4% en 2025 al 2,9% en 2026; en el segmento de países ricos del G-20, la inflación subyacente se mantendría estable cerca del 2,6% en 2025 y 2,5% en 2026.

Respecto a los riesgos globales, el organismo llama la atención sobre “importantes desafíos” como la posibilidad de un aumento en los aranceles bilaterales, nuevos picos inflacionarios, tensiones de deuda o una posible corrección “sustancial” en los mercados bursátiles. Igualmente, advierte sobre la “volátil valoración” de los criptoactivos y la creciente interconexión con la banca tradicional.

En contraposición, la OCDE sostiene que una retirada de restricciones comerciales y un despliegue más acelerado de la inteligencia artificial podrían traducirse en un mayor dinamismo económico.

Recomendaciones de la OCDE

Como recomendaciones, el organismo recomienda a los gobiernos “cooperar dentro del orden comercial vigente para reforzar la transparencia y abordar las cuestiones de seguridad económica”, así como disciplina fiscal para crear “colchones anticrisis” y la promoción de reformas estructurales que potencien el PIB y los estándares de vida. “Siempre que las expectativas de inflación se mantengan bien ancladas, las reducciones de los tipos de interés deberían continuar en aquellas economías donde la inflación subyacente apunta al objetivo”, señala el informe.

El informe termina con una recomendación directa a los bancos centrales, instándoles a “permanecer vigilantes” y “actuar con decisión” si la estabilidad de precios se ve en peligro, enfatizando además que “mantener la independencia de los bancos centrales preservará la credibilidad de la política monetaria y reducirá la volatilidad y la persistencia de la inflación”.