La sanidad británica cerca del colapso tras el anuncio de cáncer de Carlos III y Kate Middleton: “Están animando a que las personas se examinen”

Según ha informado la forense jefe de Norfolk, Samantha Goward, el Servicio Nacional de Salud no dispone de capacidad suficiente para responder al incremento de pacientes que solicitan revisiones oncológicas

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El rey Carlos III y
El rey Carlos III y la princesa Catalina de Gales, en el balcón del Palacio de Buckingham. Londres 9 de junio de 2018. (IMAGEN DE ARCHIVO).

La familia real británica lleva con el corazón encogido más de un año. A comienzos de 2024, el monarca, Carlos III, anunciaba que había sido diagnosticado de un cáncer y tendría que someterse a un tratamiento para paliar la enfermedad. Sorprendentemente, tres meses después, era su nuera y futura reina, Kate Middleton, quien se enfrentaba desgraciadamente al mismo reto. Aunque a día de hoy la princesa de Gales ya se encuentra recuperándose de su año más duro, el hijo de Isabel II todavía no ha actualizado nada sobre su estado y ahora la prensa británica se hace eco del impacto que ha tenido en la sociedad estas noticia.

Las llamadas a la detección temprana del cáncer que han realizado en los últimos meses el rey Carlos III y la princesa de Gales han generado un efecto indiscutible en la población británica. Sus mensajes han animado a miles de personas a someterse a revisiones médicas, pero al mismo tiempo han puesto de manifiesto la fragilidad del Servicio Nacional de Salud (NHS), incapaz de absorber sin tensiones el aumento de derivaciones.

La situación ha sido descrita en un informe reciente por la forense jefe de Norfolk Samantha Goward, quien ha advertido en el diario The Mirror de un fenómeno paradójico: el impacto positivo de las campañas de concienciación de celebridades —incluyendo a miembros de la realeza— está provocando retrasos significativos en las listas de espera.

Goward emitió estas conclusiones en el marco de la investigación sobre la muerte de Michael Moore, un hombre de 83 años de East Harling que falleció en septiembre de 2023 a causa de un cáncer de vejiga. En su informe, la forense señaló que Moore sufrió demoras tanto en el diagnóstico como en el inicio del tratamiento. Y, aunque no pudo determinar si una atención más rápida habría cambiado el desenlace, sí subrayó que el caso ilustra un problema mayor: el NHS no dispone de capacidad suficiente para responder al incremento de pacientes que solicitan revisiones oncológicas tras los anuncios de figuras públicas.

Quién es quién en la casa real británica: del rey Carlos, el más tardío de la historia, al polémico príncipe Andrés.

Las consecuencias de la visibilidad real

El documento, citado por The Mirror, apunta directamente al impacto que tienen los comunicados de celebridades en la percepción ciudadana. “Ha habido retrasos significativos en el tiempo de espera debido a que celebridades de alto perfil anuncian sus diagnósticos de cáncer. Añade que el hecho de que las celebridades estén animando a las personas a que se examinen si tienen preocupaciones ha generado una presión adicional en el NHS”, explica el citado medio.

Goward reconoce los esfuerzos del Fideicomiso Hospitalario Universitario de Norfolk y Norwich por reducir las demoras en los últimos años, pero advierte de que esas mejoras han vuelto a resentirse. El aumento de casos que llegan a consulta está retrasando no solo los diagnósticos iniciales, sino también el seguimiento de pacientes que ya han pasado por la enfermedad o que esperan iniciar tratamiento.

En sus propias palabras: “El NHS no tiene la capacidad de gestionar la gran cantidad de derivaciones por cáncer que recibe, lo que está causando retrasos significativos en los tiempos de espera. Lo que afecta a quienes esperan un diagnóstico, se someten a vigilancia y retrasa el diagnóstico de una recurrencia, así como a quienes esperan tratamiento”.

De hecho, los datos respaldan su teoría. La detección temprana ha mejorado en Reino Unido considerablemente: según NHS England, entre septiembre de 2023 y agosto de 2024, casi seis de cada diez pacientes (58,7 %) fueron identificados en fases iniciales de la enfermedad, un récord frente a los niveles previos a la pandemia. Sin embargo, efectivamente el sistema arrastra problemas estructurales: en 2024 más de 74.000 personas no iniciaron tratamiento en el plazo de 62 días fijado por los protocolos, un retraso que desde Cancer Research UK consideran una amenaza seria para la supervivencia de los pacientes.

Pero la preocupación no es nueva. Ya en febrero de este año, poco después de que el rey Carlos III revelara su diagnóstico, el director de operaciones del NHS England, Chris Cobb, reconocía públicamente que los hospitales debían prepararse para una avalancha de nuevas derivaciones. “Debemos estar preparados, ya que tendremos mucha actividad tras la noticia”, señaló entonces. Y ese pronóstico se ha cumplido. El sistema de salud, que arrastra años de sobrecarga estructural, se enfrenta ahora a una presión añadida que amenaza con poner en riesgo la atención de los pacientes si no aumenta su inversión.

La princesa británica Kate, a
La princesa británica Kate, a la izquierda, habla con Rebecca Mendelhson durante una visita al Hospital Royal Marsden, donde recibió su tratamiento contra el cáncer, en Londres, el martes 14 de enero de 2025 en Londres, Inglaterra. (Chris Jackson/Pool Photo via AP)

El alivio de Kate Middleton

El pasado 14 de enero, Kate visitó por sorpresa el hospital londinense donde recibió quimioterapia y confirmó a través de un comunicado en su perfil oficial en la red social X que su tratamiento ha dado resultado. “Es un alivio estar ahora en remisión y sigo enfocada en la recuperación”, escribió. También reconoció que adaptarse a la “nueva normalidad” tras un diagnóstico de este tipo es un proceso largo, aunque aseguró estar optimista de cara al futuro. En contraste, sobre el estado de salud de Carlos III apenas se han difundido novedades. Lo único que se ha confirmado es que el monarca continúa en tratamiento de quimioterapia, sin actualizaciones recientes acerca de su evolución.