El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este lunes en la Asamblea General de Naciones Unidas que su país reconoce oficialmente al Estado de Palestina. La declaración, recibida con aplausos en Nueva York, coloca a París en el centro de un movimiento diplomático que en apenas dos días ha sumado también a Australia, Reino Unido, Canadá y Portugal, marcando un giro relevante en la política internacional hacia Oriente Medio.
“Nos hemos reunido aquí porque ha llegado el momento”, proclamó Macron ante los representantes de la ONU. “El momento de liberar a los rehenes, de detener la guerra, las masacres y la huida de la población. Ha llegado el momento porque en todas partes existe una urgencia apremiante. Ha llegado el momento de la paz. Estamos a pocos instantes de perder la posibilidad de alcanzarla, y por eso nos hemos reunido aquí”.
El líder francés remató su intervención con un anuncio histórico: “Esta es la razón por la que hoy, en esta cámara, debemos allanar el camino hacia la paz. Nos corresponde a nosotros hacer todo lo que esté en nuestras manos para preservar la posibilidad de una solución de dos Estados. Hoy declaro que Francia reconoce al Estado de Palestina”.
Reino Unido da un giro histórico
El reconocimiento británico, anunciado el domingo por el primer ministro Keir Starmer, supone un viraje diplomático de enorme calado. Londres había evitado este paso durante décadas, alegando que debía ser fruto de un acuerdo negociado entre israelíes y palestinos.
La decisión de Starmer, apenas un año después de llegar al poder, se enmarca en un intento de reforzar el papel del Reino Unido como actor relevante en la mediación internacional. Downing Street justificó el movimiento como “necesario para dar credibilidad a la solución de dos Estados” y como un acto de “responsabilidad moral ante la situación de Gaza y Cisjordania”.
La oposición conservadora criticó el anuncio por considerarlo “prematuro”, mientras que sectores laboristas y organizaciones de derechos humanos lo celebraron como un paso “histórico”.
Canadá cede a la presión de la sociedad civil
El gobierno de Justin Trudeau también se sumó a la ola de reconocimientos. Ottawa llevaba años bajo presión de organizaciones de la diáspora palestina y de ONGs canadienses que denunciaban la situación humanitaria en Gaza.
El ministro de Exteriores, Mélanie Joly, señaló que la decisión no significa “un aval a Hamás” sino un respaldo al pueblo palestino y a su derecho a tener un Estado viable. Canadá había sido tradicionalmente uno de los aliados más firmes de Israel en América, por lo que este reconocimiento simboliza un cambio de tono notable en su política exterior.
Australia busca un papel más activo en Oriente Medio
La primera ministra Albanese defendió el domingo que la decisión de Canberra responde a la necesidad de “dar un horizonte de paz a una región que se desangra”. Australia, al igual que Canadá, había estado históricamente más cerca de Israel en los foros internacionales, pero el Gobierno laborista decidió moverse en línea con varios socios europeos.
En palabras de la ministra de Exteriores, Penny Wong, “no reconocer al Estado palestino significaba mantener un bloqueo diplomático que no ha aportado resultados en décadas”. La medida fue bien recibida por buena parte de la opinión pública australiana, aunque criticada por sectores conservadores y por grupos proisraelíes.
Portugal refuerza la postura europea
El domingo, Portugal se convirtió en el cuarto país occidental en sumarse a la oleada. El ministro de Exteriores, Paulo Rangel, lo anunció oficialmente en Lisboa: “Hoy, día 21 de septiembre de 2025, el Estado portugués reconoce oficialmente el Estado de Palestina”.
El gobierno luso subrayó que se trata de una decisión coherente con la postura histórica de Portugal en defensa de la solución de dos Estados. Sin embargo, dentro de la coalición gobernante hubo voces críticas que alertaron sobre el “riesgo de un gesto simbólico sin efectos prácticos” si no se acompaña de un plan europeo más amplio.
Una ventana que se estrecha
La cascada de reconocimientos refleja un cambio notable en la postura de varias democracias occidentales. Hasta ahora, el reconocimiento del Estado palestino provenía sobre todo de países de Asia, África y América Latina. Que potencias como Reino Unido, Francia o Canadá den este paso podría aumentar la presión sobre otros socios europeos, en especial Alemania o Italia, que de momento no han formalizado un reconocimiento.
Israel reaccionó con dureza. El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó los anuncios de “premios al terrorismo” y advirtió de que no contribuirán a la seguridad de la región. Desde Ramala, el presidente palestino Mahmud Abás los celebró como “un acto de justicia largamente esperado” y pidió a Naciones Unidas acelerar el proceso de membresía plena.
Con todo, Francia, junto a Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal, ha querido enviar un mensaje claro y conjunto con otros países como España, Noruega o Irlanda: aún existe una ventana para la paz, pero se está cerrando rápidamente.
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