Un granjero amenaza a los viajeros que ocupan sus terrenos con soltar al toro: “Si no se van, pondré una vaca en celo”

Las autoridades están intentando evitar que el hombre suelte al animal

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Un toro en un prado
Un toro en un prado (Freepik)

La desesperación ha conseguido poner al límite a este granjero. Sus terrenos en Boussu (Bélgica) se han convertido en la residencia vacacional de decenas de turistas. Los viajeros han colocado sus caravanas y tiendas de montaña durante más de una semana. El terreno del belga se ha convertido en un camping público y gratuito.

Este factor ha conseguido enfadar bastante al granjero, que no ha dudado en desplegar todos sus medios. Aunque se trate de un método tan inusual como desesperado, el hombre ha recurrido a su toro Ferdinand para poner fin a todos estos actos.

¿Cómo se ha llegado a ese punto?

Antes de decidir que el animal sería la solución, se habían probado miles de maneras para echar a los turistas. El primer plan de acción fue llamar a la policía, se explicó a los ocupas que se trataba de una propiedad privada y fue en vano. El granjero decidió alertar entonces a las autoridades municipales e intentar dialogar.

Para poder arrojar algo de claridad al caso, la alcaldesa Sandra Narcisi decidió compartir un comunicado. El revuelo causado tensó más la situación. En el escrito informaba que, efectivamente, se traba a de una propiedad privada perteneciente a ese hombre. Por lo tanto, una vez avisadas las autoridades y confirmada como propiedad privada, las fuerzas del orden actuaron según la ley. Realizaron una intervención donde obligaban a salir a todos los turistas instalados, esta acción no resultó exitosa y todo ha continuado igual.

Fuente: @DESOKUPADEMOLITION

Sus propios métodos

Ante la lentitud de la ley y el modus operandi de la policía local, el hombre declaró sus intenciones: “Ferdinand vive en el terreno que colinda con la parcela de hormigón. Los viajeros bloquearon las vallas, pero decidí reabrirlas. Él es el cuidador del lugar”, informa Sudinfo. El granjero asegura solamente querer recuperar su propiedad, no busca tomar medidas legales ni recibir indemnizaciones.

“Ferdinand no es un mal toro. Pero si no se van, no dudaré en poner una vaca en celo en el terreno”. Sus palabras han sido claras y piensa que el animal será el que ponga fin al asunto. La policía local, por su parte, pide moderación: “Entendemos la preocupación de todos, pero instamos a ambas partes a mantener la calma y a permitir que el proceso siga su curso”. Una orden policial también prevé una intervención contundente si los ocupantes no abandonan el local antes del jueves.

Mientras tanto, el granjero se muestra paciente, aunque sigue asumiendo los costes del proceso judicial y asegura querer llevar su plan a cabo si los viajeros no obedecen a las autoridades. “Dijeron que se irían antes de la fecha límite. Estoy esperando a ver cómo se desarrolla la situación”, ha explicado con desesperación. De momento todo sigue igual pero la situación es tensa. Ambos bandos tienen sus intenciones claras. Los acontecimientos pueden pasar a ser mucho peor y desembocar en fatídicos resultados.