Una novia llega tarde a su boda y el cura empieza la ceremonia sin ella: “Debemos tener respeto hacia los demás”

La mujer estaba en el atrio de la iglesia intentando solucionar un “problema con el vestido”

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Una mujer en una boda.
Una mujer en una boda. (Freepik)

“La mejor base para un matrimonio feliz es la mutua incomprensión”. Según esta frase —que se atribuye a Oscar Wilde (que se burló a menudo de este tipo de uniones)—, la pareja de esta noticia tendrá una convivencia maravillosa, porque empezó su unión oficial con una escena rocambolesca marcada por los malentendidos y por la impaciencia del cura que debía realizar su enlace.

El ‘suceso’ ha ocurrido en Italia, en concreto en Varazze, un pueblo de 13.000 habitantes situado en la costa del norte del país. Era el pasado domingo 14 de septiembre, en la iglesia de Sant’Ambrogio, que se disponía a celebrar una boda. Todo iba bien: el novio estaba listo (tal vez nervioso, tal vez no), esperando la llegada de su prometida, con todos los invitados sentados en sus lugares y el cura con todo dispuesto. Pero la novia no aparecía.

Sin embargo, antes de dar una impresión equivocada añadiendo una tensión narrativa que no existió, hay que aclarar dos cosas: la primera es que la novia ya se encontraba en el lugar, pero tardó en entrar a la iglesia porque estaba en el atrio del edificio intentando solucionar un “problema con el vestido”; y la segunda que esa tardanza fue de tan solo cinco minutos. Para mucha gente, son los típicos ‘minutos de cortesía’ en un evento así. Sin embargo, para el cura —que demostró no ser lector de Evelyn Waugh, quien dijo que “la puntualidad es la virtud de los aburridos”— fue una falta de respeto.

Y es que el párroco Claudio Doglio se negó a esperar y comenzó la ceremonia sin la presencia de la novia. Tras la polémica desatada, ha explicado su decisión en el periódico Corriere della Sera, donde ha señalado que su prioridad era mostrar “respeto por los demás fieles que asisten a la misa dominical”. El cura añadió que había intentado persuadir a los recién casados de elegir otro momento para la ceremonia. “Intenté sugerir a los novios que organizaran la ceremonia en otro horario, pero ellos quisieron casarse absolutamente a las 11. Sin embargo, a esa hora hay misa. Por eso recomendé ‘sean puntuales’, precisamente porque a la misa asisten fieles que no tienen nada que ver con el matrimonio”, subrayó el sacerdote a Corriere della Sera.

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El enfado de la novia

La recomendación del párroco iba más allá de la simple puntualidad, según él. También pidió a los novios que en las invitaciones se indicara un horario adelantado en un cuarto de hora, con la intención de prevenir los habituales retrasos de algunos invitados. A pesar de estas advertencias, tal como dijo el sacerdote, la novia no llegó puntual. Y a las 11:05, Claudio Doglio dio inicio al matrimonio, cumpliendo su amenaza previa de no esperar más de cinco minutos. “Había avisado que, cuando las campanas comenzaran a sonar, la ceremonia empezaría”, señaló. Y lo cumplió. Este contratiempo obligó a la novia, una vez ya iniciado el rito, a cruzar la nave central sola y visiblemente molesta, ante la sorpresa de los presentes.

El sacerdote ha defendido su actitud: “Visto lo que ha sucedido, seguro que no celebraré más matrimonios coincidiendo con la misa dominical”.