La inversión y la demanda interna se convierten en los principales motores del ‘milagro’ económico español

Las previsiones apuntan a que este año España crecerá entre el doble y el triple de lo que lo harán las grandes economías de la UE y del resto del mundo

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El ministro de Economía, Carlos
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante una rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros, en el Palacio de la Moncloa, a 16 de septiembre, en Madrid (España). Jesús Hellín / Europa Press

La economía española no solo resiste frente a la incertidumbre global que frena el crecimiento de los grandes países de la Unión Europa sino que sigue avanzando más de lo previsto. Este buen comportamiento ha llevado este martes al Consejo de Ministros a aumentar una décima el crecimiento estimado del Producto Interior Bruto (PIB) para este año, desde el 2,6% al 2,7%. Justifica esta subida debido a que nuestra economía muestra “signos claros de fortaleza” a medio y largo plazo, según ha señalado el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo.

“Las perspectivas con respecto al crecimiento de 2025 han ido mejorando a lo largo de los últimos meses, como también ha pasado en los años anteriores”, ha explicado Cuerpo, para quien la subida del 2,7% de la estimación del PIB para 2025 es “prudente” respecto a cómo podría cerrar el año.

Ante este avance, Cuerpo ha vaticinado que en los próximos años la economía española crecerá “muy por encima” no solo de la del resto de países de la UE, sino que “liderará también el crecimiento entre las grandes economías mundiales”. Espera que “este año siga creciendo dos o tres veces por encima de nuestros principales socios" y ha recordado que nuestro país fue la economía avanzada que más creció el año pasado en el mundo.

Proyecciones macroeconómicas de la economía
Proyecciones macroeconómicas de la economía española elaboradas por el Banco de España.

Dinamismo de la demanda interna

También las estimaciones del Banco de España apuntan a esa dirección, por lo que ha elevado dos décimas sus previsiones de crecimiento de nuestro país para este año hasta el 2,6%, una décima menos que el Gobierno. Los motores que, a juicio del supervisor, seguirán impulsando la economía española son "el dinamismo de la demanda interna", especialmente del consumo privado, y “la inversión”.

Los autores del informe de proyecciones de septiembre estiman que el crecimiento del consumo privado será del 3,1% para 2025, cuatro décimas más que en sus proyecciones de junio; del 2% para 2026 y del 1,6% para 2027.

En cuanto a la inversión, prevén que aumentará su contribución a la actividad en 2025 con un crecimiento anual del 5%, tasa 1,4 puntos superior a la estimada en junio. Para 2026, el crecimiento lo cifran en el 2,5%, dos décimas más que en sus anteriores proyecciones, y para 2027, del 2%, una décima menos que lo estimado en junio. Así, el informe explica que la inversión mantendrá en 2026 y 2027 “tasas de crecimiento sólidas”, originadas por el despliegue de los fondos europeos, unas condiciones de financiación propicias y el dinamismo de la inversión residencial.

En cuanto al gasto público, el Banco de España augura que moderará su aportación al aumento de la actividad en los próximos años. No obstante, reconoce que se incrementará el gasto en defensa. Prevé que en conjunto, el gasto público crecerá un 1,9% en 2025, seis décimas menos de lo proyectado en junio, y un 1,7% y un 1,6% en 2026 y 2027, respectivamente, lo que supone una décima menos de sus anteriores previsiones para los dos ejercicios.

Previsiones del Banco de España
Previsiones del Banco de España sobre el crecimiento del PIN en 2025.

Los lastres de la economía española

Frente al buen comportamiento del consumo interno y de la inversión, la aportación de la demanda exterior neta al crecimiento del PIB será negativa este y el próximo año y prácticamente nula en 2027. El informe recoge que el sector exterior restará este año medio punto al crecimiento del PIB, frente a -0,3 puntos de su anterior previsión, y dos décimas en 2026 (-0,1 puntos en sus proyecciones de junio). Para 2027, prevé que aportará una décima al PIB, sin cambios respecto al anterior escenario de proyecciones.

Por el lado de las exportaciones, contempla una gradual desaceleración con un crecimiento para 2025 del 3,1%, frente al 1,9% de su previsión anterior, aunque después moderarán su ritmo de avance al 2,3% en 2026 y lo aumentarán en 2027 al 2,8%. En tanto que las importaciones mostrarán un “dinamismo significativo en 2025, con una escalada del 5%, dos puntos más que en la anterior proyección, mientras que se desacelerarán en 2026 y 2027 hasta el 3,1% y el 2,9%, respectivamente.

Más empleo hasta 2027

Otro dato que impulsa a ser optimistas en cuanto al crecimiento económico de España son las proyecciones sobre el empleo. Así, la creación de puestos de trabajo continuará entre 2025 y 2027, aunque a un ritmo más lento. Para 2025 se espera un incremento del empleo medido en términos de personas ocupadas del 2,6%, superior al 2,2% observado en 2024 y cuatro décimas más que el proyectado en junio por el supervisor. Mientras que se ralentizará en 2026 y 2027 hasta el 1,3% y del 1%, respectivamente.

Respecto a la productividad por ocupado, los autores del informe estiman un crecimiento nulo en 2025, frente al incremento del 0,9% en 2024, “tras la fuerte desaceleración que ha experimentado esta variable en la primera mitad de año”, apuntan. En 2026 y 2027, habrá un cambio de tendencia que hará, a su juicio, que el crecimiento de la productividad por ocupado repunte gradualmente hacia tasas similares a su promedio histórico.

En este escenario, la productividad por hora trabajada avanzará un 1,4% en 2025, dos décimas más que en 2024. Para 2026 y 2027, prevé una estabilización de las horas por trabajador, estiman los expertos. En cuanto a la tasa media de desempleo, mantienen sus proyecciones de alcanzar el 10,5% este año, del 10,2% en 2026 y del 9,7% en 2027.

Persisten los riesgos

El informe reconoce que a pesar de que las previsiones son al alza, existen riesgos externos que podrían empeorarlas, como las tensiones comerciales y los elevados niveles de incertidumbre en torno a las políticas económicas a escala global. Incide en que el acuerdo comercial entre Estados Unidos y la UE ha contribuido a clarificar el marco que regirá los intercambios comerciales entre ambas economías, lo que ha permitido disipar “parcialmente” la incertidumbre.

No obstante, avisa de que persisten “dudas relevantes” sobre el desarrollo de la guerra comercial, entre ellas las negociaciones entre EEUU y China, “cuyo desenlace podría generar efectos indirectos sobre la economía europea”, o la implementación de medidas no arancelarias u otras restricciones al comercio.

La economía española creció un 3,2% en 2024, cinco décimas más que en 2023, tras mantener en el último cuarto del año un avance del 0,8%, el mismo que registró en el segundo y tercer trimestre, según el avance de datos de Contabilidad Nacional publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

“En consecuencia, es posible que la incertidumbre llegue a tener un impacto más acusado sobre la economía española que el experimentado hasta el momento”, subraya la institución, que también apunta como riesgos externos la posibilidad de que se produzca “una corrección significativa en los mercados financieros internacionales” y de que la inestabilidad política en Francia genere “episodios de volatilidad financiera con efectos de contagio sobre la zona euro”.

En cuanto a los riesgos internos, el Banco de España menciona el repunte de los costes laborales unitarios observado desde finales de 2024, que de prolongarse, podría “afectar negativamente a la competitividad externa de la economía española y dificultar el proceso de desinflación, especialmente en el sector servicios”.