El arquitecto del estadio Metropolitano revela que “no está acabado” y un problema de sonido: “Al Atlético no le parece noble el hormigón”

Antonio Ortiz obró La Peineta y décadas después la transformó en el Metropolitano. Ahora trabaja en una nueva “envoltura”

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Antonio Cruz, cofundador de Cruz
Antonio Cruz, cofundador de Cruz y Ortiz Arquitectos, responsable del estadio Metropolitano.

El Atlético de Madrid sufrió hace algunos años una dolorosa separación, como fue su marcha del Vicente Calderón. Club, equipo y aficionados tenían una nueva casa, levantada en torno a la vetusta pero reconocible Peineta, tantos años abandonada y a la espera. Iba a tratarse de un estadio olímpico, pero el sueño se frustró, no así el del Atlético, hoy dueño de uno de los templos del fútbol y que en 2026 habrá acogido ya dos finales de Champions League. En 2030 será sede del Mundial. Además, en ausencia del nuevo Santiago Bernabéu, es el mayor de los espacios para conciertos de los grandes artistas nacionales e internacionales.

Lo que pocos conocen es que el Metropolitano aún no está terminado. Lo cuenta Antonio Ortiz, cofundador de Cruz y Ortiz Arquitectos, en una entrevista que ha concedido a Arquitectura en Diálogo. Solo por mencionar dos de sus trabajos, este despacho firma la estación de Santa Justa en Sevilla o la reforma del Rijksmuseum de Ámsterdam. También, el estadio La Cartuja de Sevilla, diseñado para el Mundial de Atletismo de 1999 y recientemente reformado para acondicionarlo al fútbol, eliminando las pistas y acercando la grada, ampliando su capacidad a 70.000 espectadores. Apenas 500 más caben en el Metropolitano, otra de las joyas de Ortiz.

El Metropolitano albergará la final de la Champions League de 2027.

La nueva “envoltura” del Metropolitano

“El Metropolitano no está acabado, estamos en ello”, cuenta el arquitecto, de 78 años. Fue en 1991 cuando Cruz y Ortiz Arquitectos ganó el concurso para desarrollar “una gran infraestructura deportiva” en terrenos del barrio de Rosas, en el distrito San Blas-Canillejas. “Nace -explica- como un proyecto de atletismo muy conocido que es La Peineta, que tenía la característica de que eran 20.000 espectadores con una sola figura en el lado oeste, lo que lo hacía muy especial. Era especial también por ser muy sintético; la estructura, la forma, la función, todo concluye en un único elemento y un solo material, que es el hormigón. Un proyecto muy intenso”.

“Después, por necesidades, ha habido que transformar en estadio de fútbol, y ha sido una afortunada transformación”, celebra Ortiz. Una segunda vida que no ha desechado la primera. La Peineta sigue ahí, “sigue reconociéndose”, es la grada principal y está integrada en el conjunto. Fue el punto de partida. Ahora, el arquitecto y su equipo trabajan en la tercera etapa: “El Atlético nos ha pedido que modifiquemos la envoltura, le pongamos otra imagen, y nosotros no nos negamos a revestir el edificio. A ellos, puedo no entenderlo, el hormigón no les parece un material noble. Te piden esto y si no lo haces tú, lo hará otro. Para que lo haga otro, mejor lo haces tú”.

Accesos del estadio Metropolitano. (Europa
Accesos del estadio Metropolitano. (Europa Press)

“Un problema de salida de sonido”

Pero hay más. Bien es sabida la controversia en torno a la insonorización del Bernabéu. El Real Madrid, tras la ambiciosa reforma de su estadio, acogió conciertos que entre otros inconvenientes incumplían la normativa relativa al ruido, dejando al Metropolitano como único gran espacio de la capital capaz de acoger a decenas de miles de personas en espectáculos como los que ofrecerán Bad Bunny o Coldplay, con varias fechas. Con todo, y aunque se lo hayan dejado en bandeja, el Atlético no se conforma, porque no lo hacen quienes han asistido ya a algún show: el sonido no es bueno. En vista de lo que se viene en 2026 y 2027, se han puesto en marcha para solucionarlo.

“Estamos haciendo una intervención en unas esquinas para corregir un problema de salida de sonido que tiene el estadio”, concreta Ortiz, quien, haciendo cuentas, cae en que este proyecto les acompaña y ocupa ya cerca de 40 años. Algo menos La Cartuja, como también costó menos su segunda vida. “En este caso, esto -el paso de estadio de atletismo a uno de fútbol- estaba pedido desde el principio”, lo que facilitó la “transformación”. Inaugurado así para la final de la Copa del Rey que enfrentó al Real Madrid y al FC Barcelona el pasado abril, será al menos dos temporadas la casa del Real Betis, precisamente porque la suya, el Benito Villamarín, será prácticamente tirado y levantado de nuevo para convertirse en uno de los más amplios y punteros de España.

Estadio La Cartuja de Sevilla.
Estadio La Cartuja de Sevilla. (María José López/Europa Press)