¿Cuál es el “partido del campo”? La pugna entre PP y Vox se traslada fuera de la ciudad

En Génova están convencidos de que el voto de Vox es “recuperable” y plantea un cambio de rumbo que supone ir en contra de medidas que ellos mismos aprobaron en las instituciones europeas

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El líder de VOX, Santiago
El líder de VOX, Santiago Abascal y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Eduardo Parra/Europa Press)

El PP ha entrado en este curso en modo electoral y busca arrebatar votos en territorio Vox, o al menos, entrar al choque en dos temas capitales para los de Abascal: la migración y el campo español. A pesar del bajón de los populares en las encuestas (el CIS le da su peor resultado de la legislatura) y el moméntum de Vox, en Génova están convencidos de que el voto de Vox es “recuperable” y que su ascenso se debe a la polarización. “La única posibilidad de que haya un cambio de Gobierno en España es que el PP tenga los votos suficientes para poder gobernar. No hay otra posibilidad”, ha reiterado en varias ocasiones Feijóo.

Si en materia migratoria la línea comienza a ser más difusa entre los de Feijóo y los de Abascal, el PP quiere marcar un perfil propio para distinguirse de los socialistas, a quienes acusan de “socialismo de salón”; y a Vox, a quien critica de “ruralismo de pancarta” que en realidad no propone soluciones reales. Así, el PP español, que en su momento apoyó el Pacto Verde europeo, sostiene ahora que el sector primario enfrenta como principal obstáculo una “burocracia abundante” y un exceso de regulaciones derivadas de políticas climáticas.

El pasado fin de semana, Feijóo realizó un acto en Membrilla (Ciudad Real), que coincidió en horario con la segunda jornada del Europa Viva 25, el gran evento de Vox celebrado en la capital, lo que subraya la pugna directa entre ambas formaciones por el electorado rural y conservador.

Un momento delicado en las encuestas y un castigo electoral

¿Y por qué es tan importante el voto rural? Porque el escenario electoral es muy ajustado, y en un momento en el que obtener mayorías absolutas es sumamente complicado, Feijóo es conocedor que debe ir voto por voto, o como decía él en Galicia, “concello a concello”. El contexto es especialmente delicado para el PP, que ha gobernado en coalición con Vox en cinco comunidades autónomas —Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón y Región de Murcia— y mantiene acuerdos en un centenar de ayuntamientos. Por otro lado, el crecimiento de Vox, que según las encuestas alcanza el 17,4% de intención de voto, ha supuesto una pérdida de alrededor de un millón de votantes para el PP, que cae al 30,7%, su peor resultado desde las elecciones generales de 2023, según el CIS.

La confrontación política se ha trasladado al escenario de los incendios que asolan España y que según el sistema Copernicus, el número de hectáreas quemadas solo en agosto ha sido de 340.000. Una noticia que ha sido motivo de actualidad política, en primer lugar, desde la sede del partido popular en Génova. (Fuente: Interior, Guardia Civil, Europa Press, UME)

El politólogo y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de MAdrid, Jaime Ferri, añade a esto un posible castigo electoral en aquellas regiones devastadas por los incendios durante este verano, donde la cuestionada gestión de prevención y acción ha recaído en en manos de los barones populares.

El voto es más ‘barato’ que el urbano

El voto rural tiene especial relevancia porque, electoralmente hablando, tiene mayor valor. Esto no se debe a ninguna razón rara, sino el valor que le da el propio sistema electoral, donde las grandes provincias como como Madrid o Barcelona reparten menos escaños de los que deberían representar si fuera un sistema proporcional a la población. En cambio, las provincias más pequeñas se encuentran sobrerrepresentadas. En otras palabras, un diputado en Soria o un diputado en Ávila o un diputado en Cuenca, cuesta menos votos que un diputado en grandes circunscripciones como Madrid o en Valencia. Hasta 35 diputados, según algunos sondeos, se deciden en circunscripciones consideradas como el mundo rural.

¿Y a quién vota el mundo rural? Ferri explica que, históricamente, el voto del campo ha sido un voto conservador, que hasta los últimos años se ha decantado por el Partido Popular. Pero eso ha cambiado en los últimos años. Vox ha logrado competir con los populares hasta el punto de lograr algo que era prácticamente imposible, que es lograr representación en las provincias que reparten tres escaños, donde el propio sistema favorece el bipartidismo, ya sea de la mano de socialistas o populares. Guillermo Fernández, doctor en Ciencia Política en la Universidad Carlos III, recuerda el caso de las elecciones de noviembre de 2023, cuando los de Abascal lograron representación en provincias como Cuenca o como Ávila. “Vox logró que esas provincias, cuyo diseño prácticamente inducía el bipartidismo, repartieran un diputado para el PP, otro diputado para el PSOE, otro diputado para VOX”, afirma Fernández.

Vox quiere ser el “partido del campo”

Abascal ha orientado su estrategia a seducir al voto rural y, muy en particular, al voto del sector primario. “Vox ha querido ser el partido del campo, el partido del sector primario y sobre todo el partido de agricultores y ganaderos, cinegético y sector taurino”, señala Fernández.

Sobre esa base, añade el politólogo, la extrema derecha ha querido anunciarse como el partido de la defensa de la tradición, entendida como un determinado modo de vida y de una manera de relacionarse con el medio rural, contra el ecologismo y contra el animalismo. Y todo esto, según ellos, supone ir en contra del Pacto Verde.

Además, Vox ha sabido aprovechar mejor el sentimiento de abandono que existe en la España vaciada, donde sus habitantes sienten haber sido relegados a ciudadanos de segunda. Además, apunta Fernández, ha capitalizado mejor la rebelión contra el estigma de un modo de vida que los urbanitas consideran “atrasado”. “Vox ha querido dar la palabra al sector primario, devolver dignidad y decirles: Todo está bien. Tu forma de vivir, tu forma de relacionarte con los animales, tu forma de relacionarte con el mundo, con el ecosistema están bien”, afirma.

“la extrema derecha ha capitalizado mejor que la derecha centrada, eh, fundamentalmente dos sentimientos. Por un lado, el sentimiento de abandono, el sentimiento de que esas provincias o esas regiones de la España vaciada o de la España rural, eh, han sido dejadas, han sido abandonadas, han sido poco tenidas en cuenta”