José Elías descubre un negocio agrícola de éxito: los tomates Cherry que mezclan tecnología y tradición en Almería

Los fundadores aseguraron al empresario que la explotación alcanza los dos millones de kilos anuales y un rendimiento de referencia de diez kilos por metro cuadrado

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Tomati&Co considera que la diferencia
Tomati&Co considera que la diferencia entre su producto y el de la competencia es el sabor, la textura y la presentación (Montaje Infobae España)

Tecnología, método y marca. Estos son los tres pilares que han hecho del cultivo de tomate Cherry en ramo un negocio de éxito para un grupo de jóvenes agricultores de Almería. Las instalaciones de la empresa Tomati&Co son un ejemplo de cómo el sector agrario se adapta a las nuevas tecnologías, con balsas que recogen el agua de lluvia, otra que almacena el drenaje para reutilizarlo, paneles solares que alimentan el invernadero y un sistema de calefacción con recuperación de CO₂ para impulsar el crecimiento sin perder eficiencia.

El empresario José Elías visitó las instalaciones de la empresa y comprobó de primera mano cómo funciona el cultivo de los tomates. En la huerta, cada sector riega a la carta con fósforo, potasio, calcio y el resto de nutrientes que dicta la curva de desarrollo. El sustrato de fibra de coco permite controlar salinidad, humedad y oxígeno en raíz. El resultado de este perfecto engranaje se ve en el ramo, uniforme, brillante y crujiente, y se palpa en el ritmo de trabajo, con una producción durante todo el año, pedidos que salen en 24 horas y exportación con cadena de frío medido.

El sistema de riego de las plantaciones es multitúnel, con doble ventilación, pantalla de sombreo y calefacción por raíl. Además, la caldera de gasóleo calienta agua para el circuito térmico y su tubo de escape se depura para inyectar CO₂ al invernadero. La empresa almeriense añade también buffers para estabilizar la temperatura y alimentar una red que reparte calor cuando hace falta.

Este sistema de riego no es el mismo para todos los ejemplares. Cada sector que compone la planta cuenta con una bomba y receta propia. Es decir, nutrientes ajustados a fenología, pH y conductividad controlados, y reutilización del 90% del agua gracias a canaletas que llevan el drenaje a una balsa específica. Además, el sustrato de coco asegura a la empresa homogeneidad en sus frutos y permite replantar con rapidez sin perder control sobre la raíz.

En cuanto a la mano de obra, la planta de Tomati&Co cuenta con un estándar de cuatro personas por hectárea en campaña, que se encargan del entutorado, eliminado de brotes, manejo de hojas, recolección y preparación del ramo. La empresa también utiliza abejorros para la polinización y el equipo decide cuántos tomates debe haber por ramillete para que maduren de forma uniforme, sin rajas y con un brillo óptimo para su comercialización.

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Sabor, textura y presentación para diferenciar el producto

La producción de la planta se escalona por sectores para poder producir los doce meses del año, con replantaciones que evitan las apagones de la oferta. La cosecha de los tomates se recolecta a primera hora y el género sale al mercado en el día. Cuando se trata de mercados lejanos, como el de Reino Unido, el producto se estabiliza en una cámara antes de ser transportado a los camiones con refrigeración para evitar saltos térmicos.

La empresa Tomati&Co decidió dar el salto de la producción a la comercialización, diferenciando su producto de la competencia por el sabor, la textura y la presentación. Para ello, utilizan formatos para el consumo directo y un canal específico para la alta restauración. La compañía creó también un pack con formato aperitivo y un cobranding con Enrique Tomás, que ofrece tomates Cherry con tacos de jamón. Además, se aventuraron a la apertura de la primera tienda monoproducto de tomate Cherry en Almería.

Los fundadores aseguraron al empresario José Elías que la explotación de tomates alcanza los dos millones de kilos anuales y un rendimiento de referencia de diez kilos por metro cuadrado. Además, la densidad ronda 3,3 cabezas por metro cuadrado, con unas 34.000 cabezas para 17.000 plantas en el bloque que visitó el emprendedor. Así, el manejo ajusta longitud de ramos, número de frutos y ventilación para equilibrar calibre, dulzor y firmeza.