El truco de 5 euros que consiguió que un ciclista recuperara su bicicleta robada

Un chico descubre un taller lleno de bicicletas robadas gracias a un rastreador en Países Bajos

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Bicicletas negras de alquiler. (Europa
Bicicletas negras de alquiler. (Europa Press)

Un grupo de amigos de Enschede (Países Bajos) salió de fiesta y uno de ellos dejó la bici aparcada en un parque de la localidad. Al volver, descubrió que se la habían robado. A pesar del disgusto, gracias a que había instalado un localizador en su bici, pudo seguir las coordenadas. La señal les condujo a un inmueble que, a simple vista, parecía una vivienda corriente, pero en realidad era un taller clandestino.

Los agentes descubrieron allí una taller ilegal dedicado al despiece de bicicletas robadas en el que encontraron bicicletas eléctricas , baterías, y piezas listas para la reventa. El robo de la bicicleta terminó con dos detenidos y la policía aún averigua a quién pertenece cada una, según informa el medio neerlandés Oost.

Cómo poner el rastreador a tu bici

AirTags, el dispositivo de localización
AirTags, el dispositivo de localización de Apple. (Wikimedia Commons)

El rastreador o Airtag tiene un precio que oscila desde los cinco a los 30 euros, en función de cuánto se quiera uno gastar. “Este tipo de rastreador emite una señal que se detecta en los teléfonos, por ejemplo”, explica el residente de Enschede, quien revisó su teléfono inmediatamente después de descubrir que había perdido su bicicleta.

“Pagué unos cinco euros en Action por un rastreador llamado Smart Finder, compatible con Apple y Android”, declara para Oost el hombre al que le robaron la bicicleta. Recomienda no colocarlo en el cuadro de la bici ni en nada metálico, ya que puede interferir con las señales del rastreador. Para evitarlo, una opción más segura es coserlo en alguna parte no metálica de la bicicleta. Por ejemplo, se puede guardar en la bolsa del asiento de atrás de la bici o en la funda del sillín. También se puede hacer un pequeño sobre para guardarlo.

Para evitar el robo de bicicletas, también existen en el mercado otro tipo de dispositivos de localización que se ajustan al manillar o con su propia aplicación móvil. Y, otras bicicletas, vienen con el propio localizador incorporado, aunque su precio es superior.

Robos de bicicletas

Parquin de bicicletas en Utrecht.
Parquin de bicicletas en Utrecht. (Reuters)

La capital de Países Bajos, Ámsterdam, es la capital del mundo del ciclismo. Incluso el número de bicicletas que hay en la ciudad supera a sus propios habitantes. No es de extrañar, entonces, que el hurto de bicicletas sea un problema nacional en el país.

Cada año, se roban cerca de medio millón de ellas. Un negocio que mueve más de 600 millones de euros. Según un estudio de Bureau Beke y la Fundación contra el Robo de Bicicletas Eléctricas (SAFE) del año 2022, hay una tendencia en alza del número de personas que deciden tomar medidas preventivas contra el robo de bicicletas como es la contratación de pólizas de seguro.

El estudio también revela que las bicicletas eléctricas son el gran objetivo de los ladrones, que luego intentan vender en el extranjero. En el caso contrario, el uso de las bicis antiguas no son las más atractivas para los ladrones, ya que la oportunidad de conseguir un beneficio con su robo es mucho menor. Sin embargo, entre los ciudadanos neerlandeses existe una mayor disposición a pagar más por una bicicleta, como las que tienen un chip integrado en el cuadro o en la batería. En el caso de las denuncias por robo, la mayor parte de las que tienen opción a ser recuperadas son aquellas con GPS o cualquier tipo de rastreador que permita localizarlas. Algunas veces, ni siquiera se han movido de ciudad y aparecen en portales de segunda mano listas para su reventa.