El PP no tiene una postura clara en Gaza: del “no es un genocidio” de Almeida al “alzo la voz ante la barbarie” de Guardiola

Génova evita secundar las palabras del presidente del Gobierno alegando que “deben ser los tribunales internacionales” quien dicten esta conclusión y califican de “cortina de humo” las nueve medidas de sanción aprobadas por el Ejecutivo

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El presidente del PP, Alberto
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados. (Europa Press)

La respuesta israelí en Gaza es un tema incómodo para el Partido Popular. Dos años después del inicio de los ataques que han causado 64.000 muertos en la Franja, el primer partido de la oposición evita calificarlos de “genocidio”, como sí ha hecho el Gobierno; pero tampoco muestra el apoyo incondicional hacia el Gobierno de Benjamin Netanyahu que predica Vox.

La postura oficial que fija el presidente del primer partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, es que “todo país tiene derecho a defenderse de los ataques terroristas de Hamás”, pero reconoce al mismo tiempo que el ejército israelí “no puede no diferenciar población civil y militar”. Desde Génova insisten en que “son muy claros” con este tema, pero cuando son preguntados por los periodistas sobre esta calificación, que Sánchez decidió pronunciar de manera pública y por primera vez el pasado lunes, el líder de la oposición mantiene que “eso deben dictarlo los tribunales internacionales".

La vicesecretaria de Regeneración Institucional del PP Cuca Gamarra secundó este jueves las palabras del líder popular, afirmando que “existen unas reglas de juego” y que “hay que ser respetuosos” con ellas. Añade además que este tipo de debates “tienen mucha complejidad” y que cualquier avance en la posición de España “debe hacerse en el marco de los aliados internacionales”.

Misma tibieza demostraron los populares cuando fueron preguntados por el paquete de sanciones a Israel anunciado este martes por el Ejecutivo para -dijo textualmente- frenar el genocidio”. Y es que no está del todo claro si el PP se encuentra en la oposición o en el apoyo a medidas como el embargo total de armas o las sanciones a ministros “extremistas” del gabinete de Netanyahu, porque desde Génova se limitan a criticar que el decreto es una “cortina de humo” de Pedro Sánchez para “tapar los escándalos” que rodean al entorno del presidente del Gobierno.

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Divisiones internas

A pesar de los intentos de Génova por ocultarlo, las diferencias internas entre los barones territoriales ha quedado patente en los últimos días. En algunas ocasiones ha llegado a ser diametralmente opuesta. En un extremo se encuentra el PP madrileño de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida, quienes encarnan la defensa a ultranza de Israel y niegan explícitamente un “genocidio”. El alcalde madrileño acusó a la izquierda de “buscar la destrucción del estado judío” y llegó a declarar que era “lamentabílisimo” que se acuse a Israel de practicar genocidio con la población de Gaza.

En el otro extremo se encuentran otros barones populares, entre los que se encuentra la presidenta de Extremadura, María Guardiola, que sí se ha atrevido a condenar públicamente la “barbarie y el horror” de la situación. “Por responsabilidad, alzo la voz ante la barbarie y el horror que se está viviendo en Gaza”, señaló.

El dirigente andaluz, Juanma Moreno, también ha rechazado ciertas actuaciones de Israel, aunque todavía no se ha referido a los ataques sobre la población palestina con este término, que la oposición le urge a pronunciar: “Esto hay que pararlo, este disparate de Gaza hay que pararlo [...] Las acciones de Israel no pueden ser infinitas”, declaró el popular en una intervención en el Parlamento andaluz

La portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Ester Muñoz, volvió a negar este jueves que haya diferencias dentro del partido sobre la actuación de Israel en Gaza y, de hecho, vio “perfectamente compatibles” las declaraciones sobre este asunto que han realizado tanto el alcalde de Madrid como la presidenta extremeña. Pero esta ambigüedad eleva progresivamente la presión social sobre los populares, a quienes la oposición ya tacha de “cómplices” de lo que ocurre en Gaza.